1.- INTRODUCCIÓN AL TRATADO DE LOS PADRES

Hay una costumbre en muchas comunidades judías de estudiar Pirkei Avot durante los meses de verano, un capítulo por semana en cada Shabat. Nos gustaría sugerir que si hay una elección sobre qué programa de enseñanza pública de la Torá se debería establecer es Pirkei Avot. Además, Pirkei Avot es quizás el mejor material con el cual acercar a los judíos a la Torá y de la observancia de las mitzvot. Si tienes conexiones con otros judíos, no hay nada que tenga más poder para traerlos de vuelta a la Torá y a Dios que el estudio de Pirkei Avot.

Tres Rectificaciones

Según la Cabalá hay tres niveles diferentes de conciencia en la psique, conocidos por sus acrónimos:

  • Jabad: las facultades intelectuales de Jojmá (sabiduría), Biná (entendimiento), y Daat (conocimiento).
  • Jagat: las facultades emotivas de Jesed (bondad), Guevurá (poder), y Tiferet (belleza).
  • Nehi: las facultades de conducta o acción de Netzaj (victoria), Hod (reconocimiento), y Iesod (fundamento).

De estos tres, nuestro énfasis presente recae sobre la rectificación de jagat, las emociones, y específicamente en la corrección de nuestras emociones a través del estudio de Pirkei Avot. Considerando que el estudio del Jasidut, específicamente el Jasidut Jabad, rectifica las facultades intelectuales, y observar las leyes del Shulján Aruj (Código de Ley Judía) rectifica las acciones, estudiando Pirkei Avot rectificamos las emociones.

Rectificando las emociones

Las emociones juegan un papel importante inspirándonos a actuar de acuerdo a nuestra raíz espiritual. Idealmente, el comportamiento se expresa de manera natural y estable, en tanto las emociones están llenas de conflictos y compulsión.

Es como consecuencia de la naturaleza tumultuosa de las tres emociones del corazón –la bondad, el poder y la belleza– lo que hace su rectificación tan importante. Esto es especialmente cierto durante los meses de verano, el tiempo en el que uno debe «guardar» especialmente sus ojos para ver sólo lo que es bueno y modesto. Como los sabios enseñan: «el ojo ve y el corazón desea.»

Mientras que la observación del Shulján Aruj rectifica las facultades más estables de comportamiento -victoria, reconocimiento y fundamento- como se ha mencionado, es específicamente a través del estudio de Pirkei Avot que rectificamos las emociones más impulsivas.
El Arizal dice que quien refina los poderes emotivos del alma, completamente, automáticamente corrige su mente -las tres facultades intelectuales de sabiduría, entendimiento y conocimiento. Pero quien refina sus acciones -victoria, reconocimiento y fundamento- no tiene necesaria y automáticamente rectificadas sus facultades emotivas y rasgos de carácter, las midot. Rabi Saadia Gaón escribe que el cometido principal en la vida es rectificar nuestras midot. Y de esto se trata Pirkei Avot.

Estudiar con Alegría


El Rey David también sabía que al rectificar las facultades emotivas automáticamente se rectifica el intelecto. Esto significa que un judío bueno es automáticamente un judío sabio. Pero David cometió el error de asumir -antes del pecado con Batsheva- que lo mismo se puede decir de quien ha rectificado sus acciones.


Tienes que rectificar tus acciones, pero no creas que esto significa que has rectificado automáticamente tus midot, tus rasgos de carácter (simplemente mira a tu alrededor y verás que esto es cierto). 


Que a través del estudio de Pirkei Avot durante estos meses de verano, logremos llegar a la purificación del corazón con alegría. Como es sabido, el rey David mismo, ejemplo consumado del retornante (baal teshuvá) en la Torá, también es conocido como el «dulce cantor de Israel.»

“Una es mi paloma, mi perfecta”

Sesenta Reinas – Sesenta tratados sin el Tratado de los Padres

En el Midrash Rabá de El Cantar de los Cantares1 rabi Itzjak pregunta: “¿Cuáles son las sesenta reinas?”, son los sesenta tratados de las halajot etc.” Y está dicho: “son sesenta los tratados de las halajot”, y vino Rabi Itzjak y excluyó del total de sesenta al Tratado de los Padres, porque son todos principios morales y rectificación de las cualidades y no es un tratado de halajá.2 Es sabido que hay 63 tratados y 6 órdenes de la Mishná, pero cuando se consideran a los 3 babot [Baba Kama, Baba Metzía y Baba Batra] como un tratado de Neziḳin, “Daños”, y no se cuenta al Tratado de los Padres, entonces hay exactamente sesenta tratados en la Mishná, “Sesenta son las reinas”.

La continuación del versículo es «Una es mi paloma, mi perfecta.» En ese Midrash Rabi Itzjak explica esta expresión a su manera, (ver allí) pero tenemos que resaltar que “las sesenta reinas” se refiere a los sesenta tratados de halajá, podemos decir que “Una es mi paloma, mi perfecta” alude al Tratado de Pirkei Avot.

«La buena educación precedió a la Torá»

Una de las razones3 por las que este tratado se llama «Padres», es porque el perfeccionamiento de los poderes emotivos del alma es el principio «padre» y la raíz de la observancia de todos los preceptos prácticos en la Torá: la halajot. Como dicen los sabios, «La buena educación precedió a la Torá»4 (en la Cabalá y Jasidut, esta afirmación es explica como que significa que un buen comportamiento, es decir, el perfeccionamiento de los poderes emotivos del alma, tiene prioridad sobre la Torá, es decir, enseñar halajot). Una alusión numérica a esta idea es que los «Padres» (אָבוֹת ) tiene el mismo valor numérico que «Una» (אַחַת ) – «Una es mi paloma, mi perfecta.»

2 Ética de los Padres – Aprender cómo ser buenos

El objetivo de Ética de los Padres es ser bueno – un buen judío (יְהוּדִי טוֹב , iehudí tov), comportarse como un hijo (בֶּן , ben) con su Padre en el Cielo; de hecho, los dos términos hebreos comparten el mismo valor numérico, 52. Los tratados de la halajá (las sesenta «reinas») nos enseñan cómo observar correctamente las mitzvot por pura fe («Todos tus preceptos son fe»), sin embargo, aprender a ser una buena persona y un individuo honesto (además de observar los preceptos y todos sus detalles) es también aprender de la Torá, ya que «no hay algo bueno sino la Torá.» Este material de estudio está prologado en el tratado de Avot [Padres], que comienza así: «Moisés recibió la Torá en el Sinaí», como los sabios lo describen en una adivinanza popular: «El bien [refiriéndose a Moisés, de quien se afirma: ‘porque él era bueno’’] vendrá, y recibirá el bien [se refiere a la Torá, de la que se afirma: ‘Porque os he dado una ética buena’] del Bueno [Dios, de quien se dice: «Dios es bueno con todos»] para los buenos [el pueblo judío, de quien se afirma: ‘Dios se ha beneficiado de los buenos.’]»5 


Esto se afirma explícitamente en el segundo capítulo de la Ética de los Padres en la respuesta a la pregunta, «¿Cuál es un buen camino al que una persona debe aferrarse?» En la respuesta abarcadora de «un buen corazón».6


«Un buen corazón» (לֵב טוֹב , lev tov) es igual a 49, que es una alusión a la rectificación en general alcanzada durante los cuarenta y nueve días del Omer. Estos son los días en que se lee la Ética de los Padres, observando así el precepto de «la buena educación precedió a la Torá», es decir, la rectificación de los poderes emotivos del alma antes de recibir la Torá en Shavuot.

Un buen corazón» (49) = 7 veces 7, que alude a la inter inclusión de los siete poderes emotivos del alma, desde la bondad en la bondad hasta el reinado en el reinado, con lo que estamos familiarizados de las intenciones que tenemos al contar el Omer.


Por otra parte, más allá de la rectificación de los siete atributos del corazón, la bondad es la rectificación de la psiquis de principio a fin -por el poder de la fe, el primer poder del alma (la motivación interna de la cabeza superior de la sefirá de la corona), hasta el poder de la humildad, el poder final del alma (la motivación interna de la sefirá de reinado). La alusión numérica a esto es que de todos los nombres de los poderes de la psique, sólo el primero y el último son divisibles por 17 («bueno»; טוֹב , tov). Fe (אֶמוּנָה , emuná; 102) es igual a 6 veces 17 (las seis combinaciones de las tres letras de la palabra «bueno» (טוֹב ) y «humildad» (שִׁפְלוּת , shiflut; 816) es igual a 48 (la mente; מֹח , moaj) veces 17 (es decir, 8 veces «fe»; אֶמוּנָה ), aludiendo al hecho de que “el final se inserta en el principio y el principio en el final».


Esta alusión nos enseña que el punto intrínseco de todas las potencias del alma, de principio a fin, es la bondad (la bondad de Dios, que es la esencia de la bondad, y la bondad de cada judío, que -desde el punto de vista de su esencia interior- es esencialmente bueno). Este punto de bondad es la más alta intención que podemos alcanzar mediante el estudio de la Ética de los Padres.

3 Ética de los Padres -. Tomar Algo Bueno


El propósito del tratado de Avot es enseñarnos cómo ser buenos. De hecho, en los seis capítulos del tratado hay 108 (la guematria de «tomar», קח , kaj) mishnaiot («versos») que nos enseñan a ser buenos. Esta alusión numérica se refiere al versículo: «Retorna, Israel, a Havaiá, tu Dios… tomad con vosotros palabras… y tomad bondad.»


Las 108 mishnaiot en el tratado Avot también alude a la palabra «ley» (חֹק , jok; 108). 


Mientras que una ley es un tipo de mandamiento supra-racional, la bondad es algo que puede ser comprendido con un «buen» razonamiento. Por lo tanto, todas las enseñanzas de Ética de los Padres son un tanto paradójicamente «buenos estatutos», que ofrecen al individuo una sensibilidad interior hacia la bondad y el valor de las enseñanzas de la Torá, incluso aunque no se entiendan plenamente en sus mentes. Las increíbles enseñanzas del tratado de Avot son aceptadas como leyes Divinas cuya bondad se percibe muy bien tanto por la mente como por el corazón.

La expresión «una buena ley» (חֹק טוֹב , jok tov) se menciona explícitamente en la Biblia en el versículo: «Y sobre el monte Sinaí Tú has descendido, has hablado con ellos desde el Cielo, y les diste leyes honestas y enseñanzas verdaderas, y buenos estatutos y mandamientos».

En toda la Biblia, la frase «monte Sinaí» aparece 17 veces («bueno», tov, טוֹב ), en alusión a la «buena ética» que hay en el tratado Avot, que comienza así: “Moisés recibió la Torá en el Sinaí” (“el Bueno vendrá y recibirá el bien de la buena para el buenos”, como vimos). De estas 17 veces, 16 de ellas están en los cinco libros de la «Torá de Moisés», y una vez en el versículo antes mencionado en Nejemia. El libro de Nejemia es de hecho la segunda mitad del libro de Ezra, y los sabios se refieren a los dos como un solo libro. Como Ezra-Nejemia (עֶזְרָא נְחֶמְיָה ) es igual a Iehoshúa (יְהוֹשֻׁעַ ) podemos ver cómo se alude aquí al secreto de la Mishná de apertura de la Ética de los Padres: «Moisés recibió la Torá en el Sinaí y la transmitió a Iehoshúa, y Iehoshúa a los Ancianos y los Ancianos a los Profetas y los profetas la transmitieron a los hombres de la Gran Asamblea [durante la época de Ezra y Nejemia]».


1 Parashá Koraj 9:2


2 Ver Jidushei HaRaShash, Bamidbar Rabá, Koraj, 23.

3 En este sentido véase, Tiferet Israel, y las explicaciones sobre la Ética de los Padres por el Rebe de Lubavitch, Rabí Menajem Mendel Schneerson.

4 Tana Devei Eliahu 1.

5 Esto se refiere en la guematria, «Moisés recibió la Torá en el Sinaí» (מֹשֶׁה קִבֵּל תּוֹרָה מִסִינַי , Moshé kibel Torá miSinai), que es igual a 74 (עֵד , ed, «testigo») veces 17 (טוֹב , tov, «bueno») -el pueblo judío son testigos a la bondad de Dios, «Vosotros sois Mis testigos, dice Dios.»6 La alusión aquí es que la Ética de los Padres (פִּרְקֵי אָבוֹת , Pirkei Avot) es igual a «bueno» (טוֹב ; tov, 17) veces «porque es bueno» (כִּי טוֹב ; ki tov 47) siendo la media de 17 ┴ 47 = 32, que es el valor numérico de «corazón» (לֵב , lev), que es el «buen corazón», que incluye toda la bondad del alma de un individuo.

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