El Nacimiento de un Pueblo
En la parashá de la semana, Vaerá, está el comienzo de las 10 plagas de Egipto. En esta parashá Vaerá hay 7 plagas y las 3 últimas están en la próxima parashá Bo. Siendo “que todo va de acuerdo al comienzo”, la primera plaga da el tono de todas las demás, aunque por supuesto el momento culminante está en la última plaga. Pero como “el final está insertado en el principio y el principio en el final”, el final es la plaga de los primogénitos. Pero en esencia Dios advierte a Mitzraim, al faraón, incluso antes del inicio de todas las plagas.
De todas maneras, la primera plaga es golpear la idolatría de Egipto, que es el río Nilo, transformar sus aguas en sangre, por eso la primera plaga es sangre. Todo comienza con sangre y también finaliza con sangre en la plaga de los primogénitos. Todas las plagas están bajo la señal de la sangre, de sangre en sangre. Entonces, la primera plaga es tomar el agua y transformarla en sangre.
El faraón hizo de sí mismo una idolatría. Salía cada día al agua, al Nilo, y hacía allí sus necesidades para que piensen que no necesitaba hacerlo, así explica Rashi. Entonces, Hashem le dice a Moshé Rabeinu: “sal a la mañana, bien temprano, te presentarás ante él”, te aparecerás ante el faraón cuando llegue y le advertirás de la plaga de sangre. Así comienzan las plagas.
Respecto a esta expresión “y te presentarás ante él” hay discusión en la Guemará, cuál es la intención de que Hashem le diga a Moshé: ונצבת לקראתו , venitzavta licrató, que es la base de las plagas. Hay dos opiniones de una pareja muy conocida de amoraim, los sabios Rabí Iojanán y Reish Lakish. De acuerdo con la conclusión del Talmud, Rabí Iojanán dice de “y te presentarás ante él”, le está recordando que es un rey, una persona honorable, y hay una mitzvá de la Torá de honrar a los reyes. También en otro contexto, que ya veremos, vemos que hay un precepto de honrar al faraón, aunque sea un malvado, porque es un rey. Entonces Hashem le está diciendo a Moshé, que al presentarse le explique de frente y de buena manera, exactamente lo que va a suceder aquí. Háblale bien, detállale exactamente qué deseas, que sucederá, y que le adviertes habrá una plaga, que va a ser malo para él, pero dilo de buena manera.
Explica el Rebe de Lubavitch que incluso las cosas más duras hay que decirlas de forma gentil. A pesar de que parezca extraño, cuando vayas a hacer algo duro, hazlo de buena manera, y en especial aquí que es un rey, y aunque es un rey gentil, de todas maneras, explícale de frente. Esto es de acuerdo a lo que explica Rabí Iojanán.
Reish Lakish por el contrario dice no, venitzavta licrató, “y te presentarás ante él”, hazut bo panim, “con atrevimiento”, no “explícale” sino hazlo con bravura. Esta es una discrepancia de un extremo al otro. Rashi dice que ambos aprenden de la palabra “ante él” que significa de forma honorable o como a veces se ve en el Tanaj, una expresión de guerra. Rabí Shmuel Eliezer, el Maharashá , dice que Rabí Iojanán de seguro lo aprende de “ante él”, ante su grandeza, pero Reish Lakish lo aprende de “presentarse”, que a veces significa pelear, plantear una lucha. Sea como sea hay discrepancia entre los sabios.
El Talmud conecta esta discrepancia con la cuestión de cómo se le debe hablar al Faraón, con amabilidad o con atrevimiento. Reish Lakish dijo algo más respecto a un verso de la parashá siguiente. Dijimos que las plagas comienzan con sangre y llegan hasta la plaga de los primogénitos, también una clase de sangre. ¿Qué dice allí? Allí está escrito que Moshé Rabeinu se presentó ante el faraón y le advirtió acerca de la última plaga de la oscuridad, pero luego ya no volvió. Y más todavía, el faraón mismo le dijo que si volvía lo iba a matar. Pero Moshé le advirtió allí de la plaga de los primogénitos y entonces le dijo “y bajarán a mi todos tus esclavos”, todos tus esclavos nos pedirán que salgamos de Egipto, y no “tú bajarás”, por rendir honor al reinado. Al final el faraón mismo bajó para rogarle que se vayan de Egipto. Y al final está escrito “y salió del faraón con furia”. Este es el final del verso y de la parashá. Primero habló amablemente, “y bajarán” y no “tú bajarás”, pero, en definitiva, la última palabra, lo último que sucedió antes de la plaga de los primogénitos es que salieron de ante el Faraón con furia.
Hace una semana explicamos que todas las porciones semanales tienen una expresión central que suma numéricamente “Bereshit”, “En el principio”, que es como el bereshit de la parashá. En la próxima parashá Bo la expresión es “Y salió del faraón con enojo” = Bereshit, ויצא מעם פרעה בחרי אף ” = בראשית . Pero además hay otra palabra. Está escrito en Tikunei Zohar que las letras de Bereshit, בראשית , es ברית אש , brit esh, “Pacto de fuego”. Hay muchas combinaciones con las letras de la palabra Bereshit, y uno de los principales que trae el Zohar es que sus dos letras iniciales y las dos últimas, forman la palabra, pacto brit, y las dos letras centrales forman fuego, esh. Aquí la expresión “Y salió del faraón” = brit, ויצא מעם פרעה = ברית y “con furia” = fuego, חרי אף = אש . Así se despide Moshé del faraón hacia el final, antes de la plaga de los primogénitos.
¿Qué escriben los sabios? Primero habla amablemente, como dice Rabí Ionaján. Pero aquí Reish Lakish explica las palabras finales –y todo sigue de acuerdo al final- que “salieron del faraón con enojo”, “¡le dio una bofetada y salió!” Simplemente se enfrentó al faraón, le dio una bofetada en la mejilla y salió, así explica Reish Lakish. Al estudiar Torá uno tiene que imaginarse y vivenciar todo lo que estudia. Aquí estas de pie frente al rey, él te habla no muy amablemente pero igual lo tratas con respeto, y hacia el final simplemente te acercas, le das una bofetada en la cara y sales, y este es el inicio de la plaga de los primogénitos.
¿Quiénes son Rabí Iojanán y Reish Lakish? Está escrito que Rabí Iojanán es el tzadik. Siempre que hay una discusión entre estos dos sabios, explica Jasidut que son dos personalidades típicas. Está el justo por principio, que nunca pecó, y está el que era pecador, y no simplemente pecador sino un delincuente tal como Reish Lakish, pero que volvió en teshuvá, arrepentimiento. Entonces, de entre todos los sabios, quizás el más importante que simboliza al Baal teshuvá es Reish Lakish. Terminó siendo un gran tzadik, pero comenzó siendo un arrepentido y Rabí Iojanán fue el justo completo. Ellos eran cuñados, ya que Rabí Iojanán lo acercó y lo hizo hacer teshuvá ofreciéndole a su hermana por esposa, y así sucedió.
Entonces vemos que el tzadik dice: “es un rey, hay que tratarlo con amabilidad”, pero el baal teshuvá salió de allí, no actúa así. Porque el baal teshuvá es un esclavo del faraón rey de Egipto, pero el tzadik no. Así está escrito que los levitas en Egipto no sufrieron la esclavitud, no fueron esclavos. ¿Pero quién es un judío malvado? Aquel que está en el exilio de Egipto, sometido e influenciado por el faraón que lo esclaviza, mentalmente un esclavo del faraón. Estuvo allí y salió, pero necesita darle al faraón la bofetada en el rostro antes de abandonarlo. Rabí Iojanán, el tzadik, no estuvo allí y puede hablarle amablemente, cumplir el precepto de honrar al rey.
Uno de los comentaristas más importantes, el Jatam Sofer, dice que en esencia también si se brinda honor al rey malvado, este honor es como dice el dicho “antes de la quiebra, genio”. Antes de que la clipa, la cáscara impura se quiebre finalmente, antes de que la persona se quiebre definitivamente hay que dejarlo enorgullecerse. Esto lo aprendemos de la reina Ester, que invitó a Hamán el malvado, lo elevó muy alto, le produjo gran orgullo de ser el único invitado frente al rey al banquete que organizó, sabiendo (gracias a la sabiduría de Ester, la sabiduría de las mujeres) que cuanto más se enaltece a Hamán así ha de caer, y así fue. Esto lo aprendemos del versículo “antes de la quiebra, genio”, antes de que se rompa la cáscara impureza, se la enorgullece.
Así dice el Jatam Sofer también respecto al faraón rey de Egipto, también en este contexto del faraón rey de Egipto, el precepto de darle honor es en realidad enaltecerlo para así derribarlo. Más todavía, dice algo más fuerte, si desprecias al rey, con esto lo absuelves. Si ya lo castigaste con el desprecio, entonces no recibirá el castigo que le corresponde porque ya lo recibió. Por lo tanto, si en verdad quieres que caiga totalmente tienes que darle honor. Así explica el Jatam Sofer. También en nuestro contexto, hay quienes honran al reinado con la intención que explica el Jatam Sofer.
Entonces hemos expresado aquí dos reglas generales: Por un lado, puede dar honor alguien que no estaba atrapado allí, que no salió de allí, y por lo tanto no tiene la cualidad de la ira. Hoy, por Providencia Divina estamos en el mes de Tevet. Cada mes tiene un sentido de acuerdo a la Cabalá, y Tevet tiene el sentido de la ira. ¿Qué es la ira? “Enójense, pero no pequen”, enojo contra la impureza, el sentido del alma de enojarse por el mal que hay en el mundo.
¿Qué mejor ejemplo de ira sagrada que el enojo de Moshé con el faraón antes de la plaga de los primogénitos? “Lo abofeteó y salió”. Esto de la bofetada era tan fuerte para los grandes sabios de Israel en el tiempo del exilio, que alguien dijo quizás el significado no era textual, sino que le habló mal pero no le dio una bofetada. Otro explica que quizás “lo abofeteó”, sitró se refiere a sitra, “lado”, o sea que salió de costado, no como se sale frente a un noble caminando para atrás y mirando a la persona.
Vemos que entre los grandes sabios de Israel era difícil digerir la opinión de Reish Lakish. ¿Cómo alguien puede darle una bofetada al rey? Pero Rashi dice que así está escrito en el texto y es literalmente así para la mayoría de los comentaristas. Porque Reish Lakish estaba acostumbrado a esto. Era un baal teshuvá, y así tiene que enojarse y dar otra bofetada. Esto no contradice que al principio del mismo verso se habla con honra, porque también este honor que se da, como dijimos en nombre del Jatam Sofer, es “antes del quiebre, genio”, enaltecer a la cáscara impura para derribarla.
La intención por supuesto es como está escrito “golpeemos y se curó”, golpeemos a Egipto y curamos al pueblo de Israel, porque a través de las plagas el pueblo de Israel se eleva y nace. Como los dolores de parto antes del nacimiento, hay una crisis –quiebra-. Entonces la clipá se quebró, cuando estuvimos en el exilio como una preñez, donde la mujer siente que algo se rompe y entonces se produce el alumbramiento, nace el hijo y sale a la luz del mundo.
Así era entonces, resaltemos nuevamente esta imagen, y también hoy justamente en este contexto. Por un lado el reino es el reino, le corresponde cierto honor, pero en el momento más crítico, en especial cuando este reinado hace enojar intencionadamente, tiene que ser también “y salió de lo del faraón con ira”, con una bofetada.
Uno de los grandes jasidim de nombre Shmuel, dijo ¿qué es en realidad esta bofetada? Moshé Rabeinu no hace nada sin motivo y tampoco se enoja sin motivo. Sobre Moshé está escrito que salió del faraón enojado. Pero él no se enoja, ni hace nada porque sí. Dice que el beneficio aquí fue separar definitivamente al faraón de su afinidad por el pueblo de Israel. Cuando un judío puede venir y darle una bofetada al rey sin temor, sin avergonzarse, dado que Hashem le había dicho a Moshé que sea como “Elokim para el faraón”, sea ministro y juez, de esta manera separa toda afinidad y conexión entre el faraón y el pueblo de Israel. Es como que culminó la separación.
Y así que sea también para nosotros, todo con amabilidad, como dice el Rebe, que también las cosas más duras paradójicamente, tienen que transmitirse de manera que puedan ser recibidas y con amabilidad, también si es una bofetada. Que Hashem nos ayude para que el bien se separe completamente de las cáscaras impuras, del mal. El objetivo final es la Entrega de la Torá, que es la luz para todo el mundo, porque después que el bien se separa del mal vuelve y lo ilumina, dulcificando al mal. Que así sea con nosotros en la redención verdadera y completa por medio del Mashíaj nuestro redentor ya mismo efectivamente.