Rabi Israel Baal Shem Tov apreciaba y estimaba mucho a su discípulo, el rabino Iaakov Iosef HaCohen de Polonia, y decía:
- Señor del mundo, recuérdame para bien, por haber criado y educado y darte un Iosale como él…
Y se dice que el propio rabi Iaakov Iosef recorría las diásporas de Israel para vender y distribuir su libro ‘Toldot Iaakov Iosef’, el primer libro de jasidut, que se publicó veinte años después de la partida del Baal Shem Tov.
El precio del libro se fijó en una moneda de oro, una cantidad elevada en esos días.
Una vez que llegó a la ciudad de Berdichev, entró en una posada, se sentó y esperó a los compradores.
Desafortunadamente no encontró muchos que corran a comprar su libro en esta ciudad judía, debido a su alto precio.
Rabi Iaakov Iosef lo sintió mucho y puso triste.
En ese momento, RAbi Zeev de Zhitomir llegó al lugar, entró en la habitación de Rabi Iaakov Iosef para recibirlo y lo encontró afligido.
Cuando le preguntó Rabi Zeev el motivo de su sufrimiento, Rabi Iaakov Iosef respondió:
Vine aquí para vender mi libro, que está totalmente basado en las enseñanzas de nuestro Rebe el Baal Shem Tov y no hay comprador. ¿Cómo no afligirse?
- Le respondió: ¿Y qué hay con eso?
Sonrió y agregó:
- Incluso el Sagrado Bendito es mismo, recorrió el mundo con su Torá ofreciéndoselo a todas las naciones y no quisieron recibirla…