LA INOCENCIA EN UNIÓN SIMÉTRICA

El Símbolo del Amor Consumado entre Di-s y el Pueblo de Israel 

La porción semanal de la Torá Terumá discute los detalles del Santuario, la morada de Di-s en este mundo. El primer componente referido en detalle en esta sección es el Arca del Pacto, sobre la que se encuentran los dos keruvim. El Arca Sagrada contiene la Torá que es la sabiduría eterna de Di-s, mientras que Su voz y las subsiguientes ordenanzas emanan de entre las puntas de las alas que se tocan de los dos keruvim, simbolizando el gozoso amor consumado entre Di-s y el pueblo de Israel.

Los Keruvim – Potencias de 2

En la Torá, los keruvim son referidos inicialmente como 2, teniendo cada kerub 4 elementos (2 al cuadrado):

  • Un Cuerpo
  • Un Rostro
  • Un Ala Derecha
  • Un Ala Izquierda

Cuando se juntan por las puntas de sus alas, los keruvim forman un conjunto de 8 elementos, (2 al cubo).

La raíz de la palabra hebrea keruvim, kaf-reish-beit también representa 2, siendo el valor numérico de kaf 20, de la reish 200 y de la beit 2, todos estos valores pueden ser reducidos a 2.

El 2 representa el estado perfecto de amor, armonía y deleite simbolizado por los keruvim, Este amor sirve como imán que atrae la voz de Di-s para hablar a Israel.

Simetría Masculina y Simetría Femenina

Los dos utensilios del Templo que reflejan una simetría perfecta son la menorá y los keruvim. La simetría de la menorá es relativamente masculina, mientras que la de los keruvim es relativamente femenina.

La simetría masculina es un eje bien definido de 1 en el medio, con un idéntico número de elementos que están presentes a cada lado del eje. En este tipo de simetría siempre habrá un número impar de elementos, otro signo de la condición masculina. La menorá ilustra perfectamente este tipo de simetría.

La simetría femenina no tiene un eje definido, es más bien un número par de elementos ordenados de una manera perfectamente simétrica.

En el Templo, la menorá simétricamente masculina está ubicada en el santuario sagrado (kodesh). Los keruvim simétricamente femeninos están en el Santo de los Santos, (kodesh hakodashim). El epítome de la belleza y la simetría de la pareja es femenino, como está también representado por las potencias de 2 asociadas a los keruvim.

Los Keruvim en el Jardín del Eden

 El primer lugar en el que aparecen los keruvim en la Torá es después que Adam y Javá son expulsados (en hebreo, la palabra guerush, “expulsión”, significa también divorcio) del Jardín del Edén. Los keruvim asumieron un papel temible a la entrada del Jardín, al lado de la briosa espada en llamas. Su misión era asegurar que Adam no volviera a entrar, comer del Arbol de la Vida y eternizar el pecado original.

En este contexto, los keruvim son un tipo de ángel. Maimónides clasifica 10 tipos de ángeles, que de acuerdo a la cabalá corresponden a las diez sefirot. El nivel más bajo de ángeles, ishim(“hombres”) son los que conversan con profetas o personas imbuidas con el ruaj hakodesh (espíritu de santidad). Los ishim corresponden a la sefirá de maljut. El siguiente nivel de ángeles, los keruvim, corresponden a la sefirá de iesod, representando el poder espiritual de la unión entre el hombre y la mujer y simbolizando la unión entre Di-s e Israel.

Cara de Bebé 

Nuestros sabios explican que la palabra hebrea kruv proviene del arameo y significa “como un bebé”. Los keruvim tienen caras de bebé, que representa la inocencia, el contacto amoroso de los keruvim en el kodesh hakodashim refleja el arquetipo del amor puro e inocente. En este lugar sagrado existe una inocencia en un estado que precede al pecado original, pero luego del pecado original los keruvim asumen también el rol de ángeles temibles.

La Esencia Interior de la Inocencia

El comentador bíblico Abraham Ibn Ezra define la palabra kruv como una materia prima, amorfa, que puede adquirir cualquier forma. Esta es la exacta propiedad de los keruvim, quienes pueden adquirir la forma de ángeles temibles o también de un inmenso amor. La inocencia lleva en sí misma a este estado amorfo, que puede adoptar formas opuestas.

En el rostro del bebé se refleja un estado amorfo que puede adoptar otras fisonomías cuando la criatura madura y manifiesta su poder de libre elección. Por eso, esta habilidad de despojarse de una forma y vestirse con otra es la esencia interior de la inocencia.

La Prueba que aporta Ibn Ezra

Ibn Ezra basa su definición de kruv como ser amorfo, en el Maasé Merkavá, el Trabajo de la Carroza en el primer capítulo del libro de Ezequiel. El profeta describe inicialmente cuatro figuras: un león, un buey, un águila y un hombre.

Más adelante, Ezequiel reemplaza el buey por una descripción de un kruv. Subsecuentemente, Ezequiel describe todas las formas como kruvim. Ibn Ezra saca en conclusión de esto que el kruv es un estado amorfo que puede asumir cualquier forma.

La Inocencia y Más Allá

El estado amorfo de la inocencia puede madurar positivamente, pero también tiene el potencial de madurar negativamente. El estado de inocencia de Adam y Javá previo al pecado original debería haber sido su estado final. Di-s deseaba que maduren hacia figuras Mesiánicas, pero su inocencia tomo una tendencia negativa.

Análogamente, nuestros sabios dicen que Esav y Iakov eran relativamente inmaduros hasta que recibieron daat a la edad de 13 años, permitiéndoles tomar a cada uno sus decisiones de vida. Igualmente, los keruvim deben ser hechos de acuerdo a las instrucciones más precisas, entre ellas la de estar hechos de una pieza de oro maciza. Nuestros sabios dicen que hasta la más diminuta imprecisión en la forma de los keruvim puede llevarlos a ser idolatría.

Nuestro objetivo es despojarnos de nuestra forma presente y embellecernos con una forma madura y mesiánica. Cuando meditamos en los keruvim, podemos regresar al estado amorfo e inocente de la simetría femenina. Este es el primer paso hacia nuestro objetivo mesiánico.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *