Silencia el miedo
“No tengan miedo… Hashem luchará por ustedes y ustedes guardareis silencio”. Los soldados en batalla necesitan superar el sentimiento del miedo, en palabras de Maimónides sobre este verso “No se amedrenten sus corazones, no teman”. En la división del Mar Rojo los Bnei Israel no lucharon ellos mismos, solo tenían que silenciar los pensamientos de miedo, como un valiente que domina su instinto y su miedo, y en virtud de esto “Yo pelearé por ustedes”.
No tengas ningún miedo
Cuando Israel vio a los egipcios perseguirlos, está dicho “y temerán mucho y los Hijos de Israel clamarán a Hashem”. Pero Moshé les dijo: “No temáis… Dios luchará por vosotros y ustedes guardaréis silencio”. Gritarle a Dios por miedo es algo mayormente positivo, pero es una plegaria de ‘katnut mojín’, una mentalidad inmadura. Los hijos de Israel tuvieron que pasar hacia “gadlut mojín”, una mente madura, un pensamiento adulto donde “el cerebro gobierna el corazón”, y sentir una fuerte confianza en Dios. En ese caso es mejor no orar, porque “lo principal es no temer en absoluto”.
Llorando y cantando
Después de la partición del Mar Rojo vino el canto del mar. Primero se rompió la pantalla que separa los mundos inferiores, olamot hatajtonim, Briá-Creación, Ietzirá-Formación y Asiá-Acción, del mundo superior, el mundo de Atzilut-Emanación, y luego vino el canto. Todos los días experimentamos en nuestra psiquis la división del Mar Rojo en la plegaria, entre las bendiciones del recitado del Shemá y la oración de Shemoná Esré, la oración silenciosa: algo se rompe en el alma y entonces se puede rezar.
Oración = canto
שירה = תפלה,
Tefilá = Shirá
Rabino Itzjak Ginsburgh