¿Qué hacemos con la Ciencia?
Uno de los problemas más profundos que preocupa al judaísmo en la era moderna es la aparente carencia de una verdadera integración de los descubrimientos científicos en el estudio de la Torá. Tenemos una verdadera necesidad de encontrar una autoridad Toraica y científica seria que tome sobre sí esta responsabilidad.
Podríamos argumentar que la causa de esta situación es que por un lado el hombre crea la ciencia y por lo tanto es de naturaleza especulativa, de evolución constante y brinda sólo una descripción aproximada de la realidad, en tanto la Torá es una verdad eterna y absoluta entregada por Hashem. Simplemente ambas situaciones no se pueden integrar. Esta disputa se podría haber resuelto si ya hubiésemos integrado las teorías y descubrimientos científicos en la Torá, asi la ciencia hubiera cambiado sus teorías y en estos momentos podríamos estar de acuerdo.
Esta integración se podría haber alcanzado no una, sino dos veces en el pasado. La primera fue en la era de la Mishná, aproximadamente 2000 años atrás. Los sabios de esa época integraron exitosamente el conocimiento astronómico, geométrico y aritmético del mundo antiguo en la Torá 21. La segunda integración fue llevada a cabo casi exclusivamente por Maimónides hace unos 1000 años atrás, sin lugar a dudas el sabio de la Torá más grande desde la era talmúdica, realizando para la ciencia y filosofía griega lo que los sabios hicieron para la ciencia de su época, incorporando, al igual que sus antecesores, su visión integrada de la realidad en asuntos legales. 222
Tal como estaba predicho, desde la época de la Mishná y de Maimónides, la ciencia más de una vez ha cambiado sus teorías. Pero ni los sabios ni Maimónides les temieron, aunque probablemente previeron que luego vendrían personas a atacar tontamente a la Torá en general, basándose justamente en esos tópicos científicos que le fueron incorporados y que con el tiempo quedaron fuera de actualidad.
Pero la verdad es que aunque la ciencia incorporada en esa época hoy nos parece obsoleta, el método utilizado por los sabios y Maimónides aseguró que esa integración fuera verdadera y relevante incluso cuando esa ciencia ya ha dejado de serlo. Su método y el que utilizaremos hoy son similares al proceso de conversión del no judío al judaísmo, como explicamos en la parte 1.
Como todo en el judaísmo, 3 la conversión tiene dos dimensiones: una externa y revelada en la que se deben se cumplir con requerimientos técnicos específicos y una dimensión psicológica oculta donde la clave es la motivación del acto de conversión. Nos concentraremos en esta última para entender mejor cómo se puede integrar la sabiduría de las naciones al judaísmo.
Conversión como un Proceso Espiritual
La conversión es por lejos transformación espiritual más completa que podemos atestiguar en la actualidad. A diferencia de los cambios graduales y continuos, la conversión ilustra perfectamente un salto cuántico entre dos entidades espirituales: el no judío y el judío. Es verdad que durante nuestras vidas podemos experimentar espiritualmente otros saltos cuánticos, pero ninguno es tan obvio y conectado como la conversión de un converso al judaísmo.
Aunque los vericuetos legales de la conversión son fascinantes en sí mismos y arrojan cierta luz a nuestro tópico de la conversión de la sabiduría, 4 para nuestros propósitos ganaremos más enfocándonos en el funcionamiento del mecanismo espiritual.
El Baal Shem Tov enseñó que todo proceso espiritual integral de transformación involucra tres etapas conocidas como sumisión, separación y dulcificación . 5 Analicemos nuestro tema desde el punto de vista del converso utilizando este modelo.
Sumisión : El factor motivador que subyace en todas las conversiones auténticas es la experiencia existencial del potencial converso de no ser judío. Un no judío, cuando se le pregunta si es judío, no tendría ningún motivo para no contestar de manera negativa, pero un potencial converso siente de esta manera incluso cuando no se le pregunta. 6 Este estado de ser “no judío” es equivalente a un estado de sumisión que prepara el camino para la conversión.
Por cierto, legalmente, la autoridad halájica que interroga al potencial converso y finalmente conduce la conversión, debe estar convencida de que esa persona experimenta una profunda humildad interior frente al Creador, la Torá y el pueblo judío. Más aún, al principio debe rechazar el pedido del potencial converso. El Shulján Aruj 7 describe el tono general de la primera entrevista:
Cuando un converso viene a convertirse, se le debe preguntar: ¿Por qué has venido a convertirte? ¿Tu sabes que las personas judías no tienen hogar, perseguidos y llenos de sufrimientos?” Si el converso contesta: “Lo sé y nos soy merecedor de volverme judío” debe ser aceptado inmediatamente [como potencial converso] y ser informado de los principios fundamentales del judaísmo…
La autoridad judía está obligada inicialmente a alejar al potencial converso para poner a prueba su resolución. 8 Sólo si tiene un deseo ardiente sobrenatural de volverse judío seguirá obstinadamente y pasará el test.
Separación : Comprender que todavía no es parte del pueblo elegido por Dios ocasiona que el potencia converso desee hacerse judío.
El ejemplo clásico de cómo se puede hallar este deseo son las palabras de Ruth. Ruth fue una princesa moabita que se había casado (sin conversión) con el hijo de uno de los líderes de la Tribu de Iehudá en la época entre la conquista de la Tierra de Israel y la institución de la monarquía, conocida como la era de los jueces. Cuando murió su marido a temprana edad como castigo por haber dejado la Tierra de Israel (junto con sus padres) y por haber desposado una mujer no judía, decidió acompañar a su suegra, Naomi, de regresó a la tierra de Iehudá. Su marido también había muerto joven (por haber dejado la Tierra de Israel, siendo un líder de la nación) y trató de disuadir a Ruth de que vuelva con ella, pero Ruth le respondió con las famosas palabras: 9
No me obligues a dejarte o alejarme de ti
Donde vayas allí iré,
Y donde estés allí estaré.
Tu pueblo será mi pueblo
Y tu Dios mi Dios.
Donde mueras allí he de morir,
Y allí seré enterrada.
Como se explicó en otro lugar, estas seis afirmaciones reflejan la convicción total de Ruth de convertirse y corresponden a los cinco niveles del alma: la psiquis, el espíritu, el alma, la viviente y la singular ( nefesh, ruaj, neshamah, jaiá y iejidá ) y la misma esencia del alma.
Dulcificación : una vez finalizada la conversión, el converso se vuelve un judío hecho y derecho y resuelve no volver a ser nuevamente no judío. Es como un bebé recién nacido, porque de alguna manera es algo nuevo. Es ahora diferente, como si hubiera ingresado a la realidad una segunda vez, con una nueva perspectiva de la vida y su propósito. Por un lado sigue siendo la misma persona, porque conserva las mismas características fisiológicas externas, pero algo en él ha cambiado; incluso en su rostro debe haber algo nuevo, algo que se puede ver. 1011
La Simultaneidad
Hasta ahora hemos analizado el proceso de tres etapas de la conversión desde la perspectiva del converso.
Uno de los principios de la Cabalá y el Jasidut es la simultaneidad. Cada evento que ocurre en el mundo sucede en diferentes planos, simultáneamente. La conversión sólo puede ocurrir si, junto con el potencial converso, el cuerpo legal que lleva a cabo la conversión (llamado Beit Din ) y Hashem Mismo, también experimentan el mismo proceso de sumisión-separación-dulcificación, cada uno desde su propia perspectiva.
Si describimos este proceso desde el punto de vista de estos dos nuevos protagonistas, podremos observar nuevas perspectivas del proceso de conversión y entenderemos mejor el proceso de conversión que necesita atravesar la sabiduría de las naciones para poder ser incorporado apropiadamente a la Torá.
Comencemos observando las cosas desde la perspectiva del Beit Din , el cuerpo legal que supervisa la conversión.
El Beit Din
Llevar a cabo conversiones (por razones correctas 12) es un asunto muy arduo, porque la mayoría de los rabinos 13 no desean participar de ellas. Pero, convertir al potencial converso es uno de los más grandes actos de benevolencia que una persona puede hacer por otra. Por este motivo, hay rabinos que sacrifican sus vidas concientemente para poder contribuir con esta tarea 14, para la cual deben experimentar sumisión ante Hashem.
Sumisión: La experiencia de la sumisión de los rabinos empieza por la comprensión existencial de que no se hicieron judíos por sí mismos, no eligieron ser parte del Pueblo Judío, por lo que debe entender y ser capaz de decirse a sí mismo:
“Soy judío pero no es un mérito mío, sino un regalo de Hashem, sin el cual no soy mejor que un no judío. Y más aún 15, si fuera un no judío, sería de un nivel muy inferior al de este converso que viene a unirse al pueblo judío. Dicho de una manera más radical: no sentiría este deseo ardiente de volverme judío, por lo que Hashem tuvo la misericordia de hacerme judío de nacimiento.)”
Al darse cuenta de esto, uno de los maestros jasídicos más grandes saltó y bailó de alegría cierta vez luego de recitar la bendición matinal: “Bendito eres Tu… por no haberme hecho no judío”. Toda mi existencia de judío es un acto de Divina bondad. Si uno siente esto ¿cómo puede ignorar a un converso potencial que viene a convertirse?
Una autoridad rabínica que siente esto se incorporará a una corte rabínica, un Beit Din , y entregará su tiempo y energía a ayudar a las personas en el proceso de conversión.
Luego de esta sumisión inicial motivadora de los rabinos, que se incorporan a los Beit Din que se dedican a este tema, por supuesto no desde un lugar de superioridad sobre los converso en proceso sino como una obligación hacia el prójimo que desea acercarse a Hashem, viene la experiencia de la separación.
Separación: A pesar de su buena voluntad y su ardiente deseo de ser judío. El converso no puede transformarse a sí mismo en judío. Debe existir una guía objetiva para esa transformación. Explican los sabios que un cautivo no puede liberarse a sí mismo de la prisión, debe recibir ayuda de alguna manera del exterior. 16 De la misma manera, para realizar una conversión exitosa debe haber alguien del otro lado que lo acepte, en este caso el Bet Din . Por mucho que el Bet Din cuide a la persona, su poder para realizar la conversión proviene del hecho de ser el representante legal del pueblo judío. Como tal, el Beit Din se siente completamente separado del converso.
Por mucha afinidad que pueda sentir a nivel humano, no puede dejar que estos sentimientos interfieran con la necesidad de seguir los requerimientos legales de la conversión. Al Bet Din se le ordena que primero desanime a la persona de convertirse, y luego probar su grado de resolución para cumplir con los preceptos de la Torá. Sin la separación adecuada no puede cumplir esta obligación apropiadamente.
Dulcificación: Finalmente llegamos a la tercera etapa. Un no judío no puede llegar a pensar siquiera acerca de la posibilidad de conversión al judaísmo si no estuviera esperando volverse una parte integral del pueblo judío. Concientemente, la conversión está motivada por tomar conciencia de que ser un judío es absolutamente diferente de no serlo. Esto significa tener una relación con el Creador diferente por completo. Subconscientemente, la urgencia de convertirse está alimentada por la necesidad existencial de ser transformado, de llegar a ser algo nuevo. Todo converso aporta algo nuevo al pueblo judío, algo que no puede ser expresado desde dentro del judaísmo.
El Beit Din también debe prever la nueva realidad que el converso aportará. Este es un sentimiento de dulcificación, que un ser humano tan alejado existencialmente del Todopoderoso pueda crear una con Él una relación completamente nueva, a través de la cual se agregará algo al judaísmo.
Así como los padres orgullosos y llenos de alegría por el niño recién nacido, el Beit Din debe sentirse honrado y feliz de haber traído a un converso a abrigarse bajo las alas de la Presencia Divina. Y como los padres que tienen grandes expectativas de ver a su hijo crecer y transformarse en un miembro activo de la familia y de su pueblo, el Beit Din debe también visualizar el maravilloso aporte contribución que el nuevo converso traerá a la Casa de Israel.
Antes de ver este triple proceso desde la perspectiva de Dios y antes de aplicarlo a los puntos de sabiduría que se encuentran en las naciones, nos ocuparemos un poco más de explorar la naturaleza del proceso desde la perspectiva del Beit Din, pero esta vez usando un ejemplo más común de cómo funciona. Auque la mayoría de nosotros no somos autoridades rabínicas que se ocupan del tema de la conversión, todos, judíos y no judíos, pueden tomar la decisión de dedicar parte de su tiempo en acercar a otros a Dios. Una de las campañas del Rebe de Lubavitch que se dirigían a esto será nuestro próximo tema para el estudio del proceso de sumisión-separación-dulcificación.
La Campaña de los Tefilín
Uno de los 613 preceptos es colocarse tefilín cada día. Dicen los sabios que el varón judío que nunca se los ha colocado es llamado “un cráneo sin tefilín ”. 17 El Rebe de Lubavitch nos alentó a salir y llevar el precepto de los tefilín a las personas que normalmente no cumplen con esta mitzvá , llamándola “La campaña tefilín ”.
Ahora ¿por qué un judío observante tan ocupado en llevar adelante una vida religiosa activa llena de Divinidad y Torá, toma una parte de su tiempo tan limitado para pararse en una esquina y preguntar a los viandantes si son judíos y si les gustaría ponerse tefilín ? Uno podría pensar que es una pérdida del valioso tiempo.
La verdad es que no hay lugar para tal dilema si el judío observante comprende que todo el conocimiento y el empeño necesario para llevar una vida observante son regalos del cielo y si él mismo es un baal teshuvá (retornante), es un regalo de bondad realizado por otro judío observante. Como está agradecido por tener algo preciado que recibió incondicionalmente, siente un deseo natural de pagar ofreciéndolo a otros judíos que aun no están concientes de su herencia. Esta es la etapa de sumisión.
Cuando sale realmente para pararse en la vereda con los tefilín , la persona debe separarse, sabiendo muy bien que este no es su lugar natural, pero gracias a su sentimiento de separación es capaz de navegar exitosamente por sus dificultades espirituales.
Finalmente se produce una tremenda transformación, un gran endulzamiento que ocurre cuando encuentra a un judío que nunca cumplió con la mitzvá en toda su vida. Explica el Jasidut, que cuando ese cráneo se adorna con los tefilín tiene lugar una profunda transformación. La mente de la persona cambia para siempre y su conexión con el Todopoderoso se fortalece cualitativamente de forma inmediata.
En ese preciso momento, el nivel más elevado del alma llamado “la unidad” ( iejidá ), que normalmente revuela por encima, más allá de la realidad material y no puede ser percibida, repentinamente se revela. Esta revelación es una luz nueva que viene al mundo, una nueva expresión de Divinidad que no puede ser introducida de ninguna otra manera. Esta nueva luz representa la tercera y última etapa de dulcificación.
Conversión de la Sabiduría
Antes de continuar con la perspectiva Divina de la conversión de un no judío al judaísmo, tratemos primero de aplicar lo que hemos aprendido hasta ahora acerca del proceso de sumisión-separación-dulcificación a la manera correcta de integrar la sabiduría de las naciones en general y a la ciencia moderna en particular en la Torá.
Como hemos discutido en la parte 1, los sabios ven como un deber que aquellos eruditos de la Torá que tienen esa capacidad, traigan a la fe los puntos de sabiduría descubiertos por otros pueblos. ¿Por qué esto no sucede en nuestros días? ¿Qué es lo que les impide a los grandes sabios de la Torá de nuestra generación (y de las anteriores) abordar seriamente la incorporación de la ciencia a la Torá?
La posible respuesta más sencilla es que sienten que no tienen la capacidad necesaria para hacerlo de manera exitosa y por eso están libres de esta carga. Pero esta no es una respuesta seria. En cada generación el Todopoderoso provee al pueblo judío de los individuos talentosos necesarios para completar la tarea de traer al Mashíaj y acompañarlos hacia la redención completa y total.
En realidad, si los apuramos un poco con esta cuestión, ellos contestarán que, al fin de cuentas, ocuparse de la ciencia es una pérdida de tiempo, o como se diría en términos legales es: “abandonar [el estudio de] la Torá”, bitul Torá . Podrían preguntar a su vez: “¿Para qué necesito meterme en la ciencia? ¿Qué beneficio para mi entendimiento de la Torá voy a obtener si me sumerjo en este estudio?
No se aprecia el valor de la sabiduría de las naciones porque es difícil ver cuál es la contribución que puede brindar a la Torá. Esto por supuesto es similar al sentimiento que evita que los rabinos tomen parte de su tiempo en realizar conversiones y que los judíos comunes se comprometan en el kiruv , la palabra hebrea para “acercar a alguien [a Dios]”, por ejemplo, a través de la campaña de tefilín .
De todas maneras, a pesar de que la Torá y el pueblo judío son completos por sí mismos, tendrían que entender que, paradójicamente, la conversión de la sabiduría y de los no judíos les agrega algo nuevo a ambos. En otras palabras, les es difícil imaginar la etapa final de dulcificación, que será el producto del proceso de la conversión y por lo tanto les es difícil, en primer lugar, tener la motivación de comenzar el proceso. 18 Pero nos hemos adelantado un poco, volvamos a la primera etapa de sumisión.
Sumisión: Como decíamos, así como no se nos permite convertir a un grupo de gentiles en masa, tampoco podemos convertir toda la sabiduría de las naciones al mismo tiempo. Para ser un candidato a la conversión una teoría científica o alguna otra sabiduría originada fuera de la Torá debe mostrar un cierto grado de sumisión a la Torá. Con las personas es más sencillo medirlo, pero calcular cuánta sumisión tiene una sabiduría es mucho más difícil.
Sin embargo, existen ciertas señales de que un punto de sabiduría o teoría científica está preparado para ser convertido. El signo más prominente es que la sabiduría le transmite, a aquellos que la entienden, un sentido de las limitaciones de la capacidad humana de comprender cabalmente y describir la naturaleza, o quizás, la teoría ha sido capaz de revelar alguna paradoja inherente en la realidad.
Cuando una teoría ha llegado a este punto, habrá ciertos científicos que la descarten, por verla defectuosa, incapaz de ofrecerles lo que más desean, el conocimiento total. Habrá otros, en cambio, que estarán motivados por lo que han descubierto a creer en el Creador y en una fuente todo abarcadora de conocimiento que está muy lejos de nuestra comprensión.
A veces, como en el caso de la física cuántica que analizaremos enseguida, la teoría misma está pidiendo, figurativamente por supuesto, en una terminología científica, ser incorporada a la Torá. Por supuesto, la suposición superficial de que esa sabiduría externa como tal ya existe en la Torá, frustra el propósito de la sumisión. Lo primero que debemos sentir acerca de la sabiduría de las naciones es que aún no forma parte de la Torá. 19
Por su parte, para que los rabinos y los estudiosos de la Torá estén interesados en convertir la sabiduría de las naciones, tienen que apreciar la verdad y la belleza del punto de sabiduría, porque ellas son un reflejo de la Divinidad que hay en esa sabiduría. Pero mientras la teoría no sea incorporada a la Torá, su belleza no puede ser valorada y todavía debe ser considerada falsa, como la belleza de la mujer vana descripta en Proverbios. 20
Dijo Maimónides: “Acepta la verdad de donde venga”. Por supuesto, él sabía, como nosotros, que para aceptarla requiere un proceso de conversión. El rabino debe sentir que tiene algo que aprender de la ciencia como representante de la Torá y que todos nos beneficiaremos de ello. Es un sentimiento muy mesiánico, del cual ya discutimos en la primera parte de este articulo su trasfondo teológico.
Separación: Nuevamente, no se puede sacar a alguien de la prisión si no se está afuera. La Torá le ofrece al rabino una posición especial, es como la persona que ha sido sacada de la prisión sin su propio esfuerzo, (de la prisión que representa la manera en que la ciencia ve a la naturaleza como vacía de Divinidad) y se le dio la capacidad especial de guiar a otros para salir también. En este sentido, la Torá está separada y sus estudiosos son una clase separada de cualquiera otra que estudie la verdadera sabiduría de las naciones.
Por ejemplo, cuando un verdadero estudioso de la Torá lee un texto de química, no lo lee como cualquier otro estudiante lo haría. Se ubica en un plano más elevado inclinándose hacia abajo para extraer los descubrimientos de la ciencia. Sin el sentimiento de separación, que en gran medida es un sentimiento de estar por encima del objeto que se quiere convertir, es imposible recibir la inspiración necesaria para llevar a cabo la conversión.
Ampliando el ejemplo del libro de química, podríamos mencionar que el estudioso de la Torá que está inspirado, al leer el texto puede reconocer que aunque en la Tabla Periódica hay más de 100 elementos sólo 92 son naturales. Entonces esto le llamaría la atención, porque en sus estudios de Torá se podría haber cruzado con el hecho de que hay 92 raíces gramaticales diferentes en el relato de la creación en Génesis. O cuando ve que de los 92 hay 6 gases nobles que no se combinan con los demás y otros 86 elementos que sí producen reacciones químicas, recordará que alguna vez estudió que Bereshit bará Elokim , “En el principio creó Elokim…”, se puede explicar como: bará shit bara Elokim , “creó 6 creó Elokim [guematria 86]”. Se verá inspirado así a crear un paralelo entre los dos puntos de vista, preparando el escenario para la conversión total, es decir, la integración de la Tabla Periódica con el estudio de la Torá. 21
Dulcificación: Finalmente, el resultado de una conversión exitosa es que los puntos de sabiduría han sido integrados completamente a la Torá. Pueden ser transferidos sencillamente a cualquier estudio de la Torá y utilizados sin reservas, a tal punto que ahora no sólo revelarán Divinidad por sí mismos sino que también contribuirán a incrementar nuestro entendimiento de la Torá.
El Rebe Rashab escribe:
El alma Divina sólo comprende lo que es Divinidad pero no otras ideas. El alma animal es lo opuesto y comprende sólo los asuntos naturales. Al imbuir el alma animal con el alma Divina, esta puede llegar a comprender los asuntos Divinos a partir de la naturaleza. 22
Lo Divino que entiende el alma Divina es el conocimiento de la Torá sin la integración de la sabiduría de las naciones. Por su lado, los asuntos de la naturaleza que comprende el alma animal son los puntos de sabiduría colectados por las naciones del mundo. Entonces, imbuir el alma animal con el alma Divina es igual a convertir los puntos de sabiduría a la Torá. El resultado es que ahora el alma Divina, es decir, nuestro estudio de la Torá, se han enriquecido con nuevas ideas que nos brindan una perspectiva novedosa de la Torá y de la naturaleza a la vez.
Ambos han ganado, porque así se expande la Torá y eventualmente la sabiduría de las naciones tendrán una óptica más profunda que le permitirá llegar a comprender lo que hasta ahora le resulta inexplicable, lo que implica un salto “cuántico” en el aumento de la comprensión de la naturaleza y su aplicación al avance de la humanidad. Tendremos más que decir acerca de este punto cuando discutamos la conversión de la mecánica cuántica más abajo. Pronto podremos llamar a esto fertilización cruzada.
Para decirlo de otra manera y dirigirnos hacia el próximo capítulo, digamos que cuando un no judío se convierte al judaísmo, Dios mismo, por así decirlo, es sorprendido con este agregado a Su pueblo elegido. Como la Torá es una expresión del Todopoderoso, cuando la sabiduría de las naciones es integrada correctamente a ella, se revela una nueva faceta de Dios y se crea una nueva realidad en el mundo.
La Perspectiva Divina de la Conversión
En esta última sección, comenzaremos a buscar una explicación del proceso de conversión desde la perspectiva Divina. El Todopoderoso, como si fuera, también atraviesa el proceso de sumisión-separación-dulcificación cuando se completa una conversión. En general, este tipo de investigación no será fácilmente aceptada (por lo menos al principio) por quien está versado en la Torá pero todavía no ha estudiado Cabalá y Jasidut (se pueden encontrar ideas similares en las más dificultosas metáforas traídas por los sabios en el midrash , acerca de lo que es Dios).
Comencemos con un midrash . Cuentan nuestros sabios que cada día Dios se arrepiente de haber creado la mala inclinación. 23 Como está explicado en los comentarios de la Torá, 24 Hashem se lamenta porque el ietzer hará nos incita a actuar en contra de Su voluntad. Sin embargo, cuando la persona encuentra el antídoto contra la mala inclinación, que es la teshuvá –es decir arrepentirse de haber ido contra la voluntad de su Creador y volver a El– y gracias a la ella se acerca más que antes a Dios, entonces en vista de los resultados ya no se lamenta de haberla creado.
Pero, la teshuvá no sólo sirve de antídoto para las personas, sino también para Dios! Esto se aprende del hecho de que en el primer día del mes, se nos ordenó ofrecer en el altar una ofrenda adicional por el pecado. 25 La razón de esto no queda claro de los versos, pero los sabios explican que esta ofrenda es por Dios, como si trajéramos una ofrenda por Su teshuvá . 26 ¿Por qué necesita Dios, como si fuera, traer una ofrenda por el pecado? Dicen los sabios que está haciendo teshuvá por haber disminuido la luminosidad de la luna. 27 Este acto es considerado un ejemplo modelo de todas las acciones de las que Dios se arrepiente, como si fuera.
En la primera parte de este trabajo explicamos el origen de la sabiduría de las naciones. Son chispas de santidad que cayeron en la realidad mundana a causa de la ruptura de los recipientes. Por supuesto, como en todo, esto no es un suceso aleatorio sin ningún motivo, ocurre por Providencia Divina.
En primer lugar, nos preguntamos por qué decidió destruir los recipientes del Mundo del Caos? Los sabios nos dicen que no estaba satisfecho de cómo iban las cosas y quiso comenzar de nuevo. 28 Antes de que hayamos llegado a nuestra realidad presente, Dios creó otros mundos (otros estados del ser) y luego los destruyó. Las chispas de esas realidades desaparecidas se dispersaron, terminando algunas de ellas en lugares no muy convenientes en nuestra realidad presente. Por más incomprensible que esto parezca, ciertas realidades pasadas eran de alguna manera simplemente incorrectas. Pero en la nuestra todas las partes se ajustan perfectamente, aunque Dios se lamenta de haber destruido esas realidades alternativas, por haber ocasionado que las chispas sagradas se dispersaran y caído en lugares impuros.
La descripción del arrepentimiento de Dios es uno de los más grandes secretos de la Creación. Claramente, la noción de que Dios omnipotente, omnisciente y perfecto pueda pecar, y lo que es más, compartir ese pecado con nosotros, pidiéndonos que traigamos una ofrenda por El, es algo único del judaísmo. No se puede encontrar algo similar en ninguna otra filosofía o religión. Este es un ejemplo de cuán alejado está el raciocinio humano del pensamiento de la Torá. Requiere de la persona creer en que Dios es perfecto y al mismo tiempo reconocer que necesita traer una ofrenda por el pecado.
Sumisión: Mientras las chispas sagradas estén dispersas en la realidad material, desgarradas de su origen Divino, todo lo que existe experimenta un gran sufrimiento. Dios sabe que es responsable por esto. Estas chispas se manifiestan como las almas de los potenciales conversos y como puntos de sabiduría. Hasta que retornen a su origen en la santidad a través de la conversión, Dios se pregunta continuamente “¿Para qué las he dispersado de esta manera? ¿Por qué he causado tanto sufrimiento?” Esta es la experiencia de sumisión del Todopoderoso, impulsándolo a alentar la conversión de los no judíos y de la sabiduría de las naciones.
Separación: Cuando uno destruye algo, sus restos se desparraman caóticamente en todas direcciones y no existe una forma perfecta de predecir dónde irá a parar cada parte. Pero en su interior, en un nivel muy profundo y subconsciente, Dios tiene un plan predestinado y dirigido para cada chispa que fue dispersada. Allí en el fondo existe un plan, pero para que funcione Dios tiene que, como si fuera, ocultar las partículas incluso de Sí mismo. Aunque a un nivel más profundo Dios reconoce que debió haber hecho todo por una buena razón, por eso el motivo exacto de que cada chispa esté donde está y lo que debe atravesar para ser redimida está oculto, como si fuera, incluso de Di mismo.
Pero la verdad es que cada cosa adversa que sucede tiene su propósito, incluso si aparece como un evento totalmente caótico (y desde la perspectiva de Dios es equivalente al pecado), todo tiene un propósito y una intención Divina; hay una buena razón para todo lo que ha hecho, no es arbitrario. Como está explicado en extenso en el Jasidut, ningún acto realizado por un judío es realmente un pecado, e incluso si lo es, está considerado como un pecado con una intención Divina. Hasta el más pequeño detalle de este aparente caos tiene su propósito.
Esta es la experiencia Divina de la separación, al diferenciar entre el aparente caos externo de la realidad y la esencia más profunda de Dios en la cual todo tiene su propósito y significado. Es este estado de separación y diferenciación que le da sentido a la dispersión de las chispas y le da una lógica a la conversión que se ha de realizar, que en definitiva revelará la muy buena razón que hay para que este trozo de Divinidad esté donde está y haya realizado la conversión para retornar a Dios.
Pero en esta etapa de separación, esa buena razón todavía no puede ser revelada completamente, por lo que tenemos que esperar la llegada del Mashíaj, esa era de dulcificación en la cual todo será revelado, un estado al cual nos estamos acercando definitivamente.
Dulcificación: Pero, endulzar no es sólo que Dios es capaz de revelar Su plan original y las razones para la dispersión de las chispas y todo el sufrimiento que se produjo desde entonces. Como si fuera, Dios también experimenta el proverbio: “Me he esforzado y lo he encontrado”. 29 Cuando uno trabaja duro para triunfar, el éxito es más apreciado que cuando viene sin esfuerzo. Dios, como si fuera, está trabajando duro en la creación, tema que aparece muchas veces en los dichos de los sabios.
La creación es un proyecto de esfuerzo continuo, razón por la cual cuando se llegue a alcanzar finalmente lo que sea que va a suceder (a pesar de que ya estaba predestinado) será una sorpresa más grande y espectacular para Dios de que lo que había sido planeado en un principio. Dicho de otra manera, el resultado es mucho mayor que todo el esfuerzo que se invirtió en producirlo. Por eso lo que realmente sucederá al final de los días es incluso más espectacular que el propósito que Dios sabe que existe en cada partícula de caos.
Esta sorprendente descripción de la dulcificación desde la perspectiva de Dios se encuentra en un extraño verso: “Así dice Hashem de las Huestes: Aquellos que están alejados de este pueblo serán una maravilla para Mí en aquellos días; incluso a Mis ojos serán una maravilla…” 30
Ahora tomemos esta discusión tan profunda y apliquémosla a la conversión e integración de la sabiduría de las naciones a la Torá. La finalidad de todo esto es que una vez que se integra correctamente un punto de sabiduría, lleva a un sorprendente y nuevo entendimiento de la Torá, y a su vez cada interpretación revela otra faceta del Creador, de quien se dice que Se ha escrito a Sí mismo en ella. Pero las interpretaciones que se originaron de un alma o de un punto de sabiduría que se ha convertido son tan innovadoras que revelan el nivel más profundo del plan de Dios para la Creación. Por supuesto, esto es un corolario de que todo el nuevo conocimiento científico adquirido en nuestra generación es necesario para que podamos comprender al Creador.
Convirtiendo la Mecánica Cuántica
Ahora que hemos cubierto el proceso de conversión con algo de detalle, tomemos como ejemplo de un fenómeno físico, una importante pieza de sabiduría de las naciones y veamos cómo se le aplica este.
La Física Cuántica es una teoría poderosa y rigurosa, que ha soportado la prueba de décadas de experimentación, pero no es una teoría judía, porque como hemos definido arriba, no está imbuida de Divinidad y sólo consiste de un cuerpo material. Traduciéndolo a términos de la física, esto significa que sólo describe la realidad material, pero no requiere o incluye un reconocimiento conciente del Creador. Puede ser el conocimiento mejor y más útil del mundo, pero sigue siendo no judío. Comprender esto es el primer paso para convertirlo.
Pero, posiblemente más que cualquier otra sabiduría de las naciones, hoy la mecánica cuántica quiere ser convertida. Esto es así porque casi todos los científicos que la han estudiado sienten que está incompleta a cierto nivel básico. Los físicos tienen un deseo casi sobrenatural, y definitivamente irracional, de encuadrar la mecánica cuántica dentro de una gran teoría unificada 31 que una adecuadamente las cuatro fuerzas físicas básicas (fuerte, débil, electromagnética y gravitacional). Estar unificado y expresar esa unidad es un rasgo particularmente judío, expresado por la declaración de fe judía del Shemá. “¡Dios es Uno!”. Efectivamente, la mecánica cuántica quiere ser convertida.
Ya hemos discutido en extenso acerca de las posibilidades de integrar la mecánica cuántica a la Torá. 32 Invitamos al lector a releer esas charlas como una base para la etapa de separación, el entendimiento inspirador de la mecánica cuántica (MC) que comienza el proceso de conversión. (pedimos disculpas a los lectores de habla hispana, todavía no están traducidos todos estos artículos, esperamos que pronto estén completos).
Agreguemos ahora algunas palabras acerca de la etapa de dulcificación. Dijimos antes que la sabiduría externa se vuelve parte de la Torá cuando se produce una fertilización cruzada entre ellas. Cuando llegamos a la etapa en que podemos utilizar la MC para conseguir una nueva interpretación o comprensión de algún tópico de la Torá, entonces podemos decir que está verdaderamente integrada. Pero esto también implica que la Torá debe ser capaz de revelar un nuevo entendimiento de la sabiduría externa. En otras palabras, que sea capaz de brindar una luz nueva a la MC.
El orden normal es que primero la sabiduría externa es integrada brindando ideas nuevas a la Torá, y luego esta puede fertilizarla realmente. La razón de que esto es que la sabiduría externa, que representa el conocimiento desde abajo, es relativamente femenina, mientras que la Torá, el conocimiento desde Arriba, es relativamente masculina. Su integración es conocida en Cabalá como la unificación de la sabiduría superior con la inferior, o el matrimonio de las aguas masculinas y femeninas. Cuando se unen masculino y femenino, la Torá nos enseña que el factor femenino se despierta o excita primero. 33
En otras palabras, la sabiduría externa primero debe incitar a la Torá, es decir brindarle una nueva perspectiva, sólo después el despertar de la sabiduría del mundo desde abajo incita un despertar similar de la sabiduría superior de la Torá desde arriba, fertilizándola.
Aplicando esto a la integración de la ciencia con la Torá, esperamos que primero la ciencia revele una perspectiva novedosa y luego la Torá le dará su luz a la ciencia. En la práctica, en la mayoría de las áreas que hemos incursionado durante los años, hemos visto muy pocos ejemplos de esta segunda etapa arriba hacia abajo, pero cuando ocurrió fue verdaderamente de manera poderosa. 34
Conclusión
Este artículo estará incompleto sin invitar al lector a interesarse por la gran cantidad de trabajos del Instituto Gal Einai, que logran integrar la sabiduría moderna de las naciones con la Torá. De paso, queremos citar que “Gal Einai” ( גל עיני ), que significa ““Abre mis ojos” o “Revela mis ojos”, es tomado del verso
“Abre mis ojos y me harás ver maravillas de Tu Torá”
גַל עֵינַי וְאַבִּיטָה נִפְלָאוֹת מִתּוֹרָתֶך
Gal Einai veabita niflaot miTorateja
El valor numérico del verso completo es 1839, exactamente el mismo que el del dicho de los sabios que sirve de inspiración para este artículo, “Cree en que las naciones poseen sabiduría, pero no creas que tienen Torá”. Escrito de forma más contundente:
חָכְמַה בַּגוֹיִם תַּאַמִין תּוֹרָה בַּגוֹיִם אַל תַּאַמִין = גַל עֵינַי וְאַבִּיטָה נִפְלָאוֹת מִתּוֹרָתֶךָ
Jojmá bagoim taamin Torá bagoim al taamin = Gal Einai Veabita niflaot miTorateja
El trabajo fundamental en este tópico es un pequeño folleto titulado “La Academia de la Torá”, que actualmente se está ampliando a un extenso libro. La Academia de la Torá sienta las bases necesarias entre las áreas de la sabiduría consideradas científicas hoy en día y las sefirot . En cada área de la sabiduría, se han escrito numerosos artículos basados en las clases y seminarios brindados sobre este tema. Invitamos a nuestros lectores a visitar la sección de Torá y Ciencia de nuestro sitio www.galeinai.org .
Notas
1 Los detractores de la necesidad de esta integración podrían argumentar que los sabios desarrollaron su conocimiento natural en paralelo a las naciones no judías. Sin embargo, esto no es probable, sugiriendo que los sabios vivieron en un ambiente estéril sin conexión alguna con su entorno, claramente esto no fue así. Además, existen testimonios de los propios sabios de lo contrario (ver por ejemplo Pesajim 94b)
2 Quizás el ejemplo más importante y de mayor alcance puede ser encontrado en el capítulo 3 de Hiljot Iesodei Hatorá.
3 El Baal Shem Tov (ver libro Keter Shem Tov) nos enseñó este importante principio basado en el verso: “El hombre sabio toma [sobre sí] los preceptos” (Proverbios 10:8). Explicó que la forma plural de “preceptos” no alude a múltiples mandamientos, sino a las dos dimensiones inherentes en el cumplimiento de cada uno.
4 Por ejemplo, una estipulación legal respecto a la conversión es que es algo individual, es decir, no se puede convertir un pueblo entero de una vez. Un caso que ejemplifica esta historia es el reino de Kazar, cuyo pueblo se convirtió en masa, pero no siguieron siendo judíos y al finalmente regresaron a sus raíces cristianas y musulmanas.
5 Ver en extensor en Transformando la Oscuridad en Luz .
6 El converso potencial podría definirse a sí mismo con las palabras “No soy judío”.
7Ioré Deá 268:2. Ver el texto completo para observar cómo refleja claramente el proceso de sumisión, separación y dulcificación.
8 Por supuesto, el argumento de que los judíos no tienen hogar, perseguidos y llenos de sufrimientos del Shulján Aruj no es el único que se puede utilizar.
9 Ruth 1:16-17.
10 En el transcurso de los años algunas melodías no judías fueron convertidas. En cada caso, el resultado final fue algo diferente del original.
11La conversión es un proceso verdaderamente universal y tiene igual importancia para los no judíos, los judíos (y para el Todopoderoso, como dijimos) ¿Qué necesita el judío de la conversión? La respuesta es que espiritualmente, cada judío puede pasar por el proceso de sumisión, separación y dulcificación respecto a su alma animal. Cuando se refiere a su alma animal, el judío puede decir “No soy judío”. Para mayoría de las naciones, el alma animal es la que define su ser, sus pensamientos, su conciencia y por lo tanto también pueden decir que no son judíos. Aquí, la idea es que sin importar quien eres, existen fuerzas psicológicas y espirituales que componen tu identidad y no son judías, en el sentido de que te ocultan a Dios y te hacen sentir separado y con una autonomía impropia. El proceso de conversión involucra infundir a esta realidad corporal con una conciencia Divina que le permita relacionarse, servirLo y acercarse a Hashem. Nuevamente, tanto si se es judío o no, se requiere un proceso de conversión cuya primera etapa es reconocer que todavía no se es judío. Entonces, un judío también es sentirse siempre lleno de una profunda humildad, reconociendo que a pesar de todos los favores que Dios nos brinda haciéndonos judíos, todavía existen muchas partes de nuestra identidad que están lejos del ideal.
12En muchos casos, desafortunadamente, la conversión está motivada por un motivo ulterior y no por un verdadero deseo del potencial converso de acercarse a Dios al unirse a Su pueblo.
13 Por supuesto, estamos hablando aquí de rabinos 100% ortodoxos que comprenden cabalmente la dificultad de aceptar a un converso dentro del Pueblo de Hashem y que sigue estrictamente la letra de la ley.
14Hasta hace poco tiempo, y en gran parte del mundo hasta el día de hoy, realizar una conversión de un no judío es considerado ilegal, punible, incluso con la pena de muerte. Pero hubo grandes individuos que, en un ejemplo de total auto sacrificio por un potencial converso, la llevaron a cabo. Un ejemplo tal conducta desinteresada fue Rabi Zalman Zezmer, uno de los grandes intelectos de Jabad y discípulo del Alter Rebe, el fundador de este movimiento. Debido a sus conversiones, Rabi Zalman fue capturado y sentenciado al exilio en Liberia por el régimen zarista. Fue uno de los pocos de su época que tuvo la audacia de hacerlo, y al final dejó este mundo antes de que la sentencia sea ejecutada.
15Como está explicado en extenso en el maamar del Mitler Rebe: Veiasfú Anavim Simjá BaHavaiá .
16Berajot 5b.
17Menajot
18Por supuesto existen rabinos y estudiosos de la Torá que piensan que la ciencia contradice a la Torá, y por consiguiente no prodigan gran consideración a la sabiduría de las naciones. Temen que dando legitimidad a la ciencia alentarán a los que utilizan a la ciencia que para denostar a la Torá. La verdad es que sólo la seudo ciencia entra en contradicción con la Torá y sólo las interpretaciones erróneas de la Torá chocan con los descubrimientos científicos. Aun así, el temor es a veces causado por la arrogancia, siendo simplemente su fachada ante la ciencia. De todas maneras algunos temores son positivos, pero usualmente el temor a involucrarse con la ciencia está fuertemente motivado por nuestro ego (ieshut, ישות ).
19Ver por ejemplo la discusión de los 15 puntos de contacto del cuerpo de la Cabalá que aparece en Cuerpo, mente y Alma. (de próxima publicación en castellano). Cuando algunas personas estudian este tópico en Cabalá por primera vez, se sienten tentados a identificarlos enseguida como un lenguaje alternativo de las chacras orientales, aceptando inmediatamente que la noción de las chacras es positiva y “kosher” a los ojos de la Torá. Nada más puede ser más auto destructivo. La actitud inicial debe ser, como lo es de hecho, que las chacras no son para nada parte de la Torá. Son parte de una tradición que está diametralmente opuesta a ella, de momento que no reconoce la existencia de un Dios. De todas maneras, hay cierta sabiduría en la noción de las chacras que puede ser convertida e integrada a la Torá. La etapa de separación nos permite encontrar el tópico apropiado en la Torá en el cual se pueda incorporar esta sabiduría (en este caso los cinco partzufim cabalísticos y sus respectivos puntos de contacto en la forma humana). Una vez que los puntos de sabiduría han sido convertidos, reaparecen en una forma completamente nueva y con nuevos nombres. De hecho, si el lector del libro “Cuerpo, Mente y Alma” no estaba informado de que en una “vida anterior” los puntos de contacto eran chacras orientales, nunca se hubiera dado cuenta.
20Proverbios 31:30
21Ver abundante información de esto en el artículo de la Tabla Periódica.
22Beshaá Shehekdimu 5762,
23Sucá 52b y Ialkut Shimoní Ishaiahu 425. Ver también Ierushalmi, Taanit 3:4.
24Siftei Cohen para Levítico 1:14.
25 Números 28:15
26 Julín 60b
27 Una lectura cuidadosa de los versos de Génesis 1 revela que inicialmente el sol y la luna iluminaban por igual, pero luego la luna se hizo menos luminosa que el sol.
28 En cierta medida, esto es como el niño que construye un castillo de arena en la playa sólo para destruirlo para construir uno nuevo.
29Meguilá 6b
30 Zejariá 8:6.
31Sin lugar a dudas, el físico que más ha luchado en pos de esta necesidad irracional fue Albert Einstein, quien pasó más de 20 años de su vida buscando una forma de unificar nuestro entendimiento de las 4 fuerzas físicas de la naturaleza. Podemos ver esto como un ejemplo de su alma judía que se ve afectada por el deseo de encontrar dentro de la física un estado unificado, tal como muchas veces vemos que las almas judías se ven muy movilizadas cuando ven a un no judío que anhela acercarse y servir a Dios, al grado de exigir volverse judío.
32Ver la serie sobre Mecánica Cuántica, Relatividad y Teoría de las Cuerdas.
33Levítico 12:2
34 Uno de los ejemplos más importantes, que ya ha sido verificado científicamente, es el rol del segundo cromosoma X en el feto femenino, un tópico que fue discutido en extenso a finales de los 70 y comienzos de los 80.