“Cualquiera que se dedica al estudio de la Torá, es elevado, como está dicho: “Desde Mataná hasta Nahaliel, y desde Nahaliel hasta Bamot”.
(Pirkei Avot 6:2)
Es costumbre estudiar el Tratado de Avot durante los meses de verano, entre Pesaj y Shavuot, en preparación para el “tiempo de la entrega de nuestra Torá”, la festividad de Shavuot. Los primeros cinco (y originales) capítulos del Tratado de Avot tratan principalmente de los atributos rectificados que una persona debe abrazar, que es una de las explicaciones del significado de “derej eretz” – la forma adecuada de conducta en el mundo (o literalmente, “el camino del mundo”). Adicionalmente, los sabios afirman[1] que, “derej eretz [es decir, el comportamiento adecuado] precede al estudio de la Torá. Por lo tanto, nosotros también estudiamos los primeros cinco capítulos de Avot antes de Shavuot, que conmemora la entrega de la Torá, aprendiendo cómo comportarnos correctamente.
Aunque originalmente, el Tratado de Avot constaba de solo cinco capítulos de mishná, se agregó otro capítulo al final, un capítulo compuesto por “mishnaiot externas” (beraitot) que se transmitieron en paralelo al corpus principal de la Mishná. Este sexto capítulo se conoce como “La adquisición de la Torá”, knian Torá (קִנְיַן תּוֹרָה) y a lo largo de los siglos se convirtió en parte integral del tratado. El sexto capítulo analiza los hábitos y las acciones necesarias para adquirir el dominio de la Torá, las virtudes que se exigen a los eruditos de la Torá y su comportamiento deseable. ¡No hay capítulo más adecuado para estudiar justo antes de Shavuot!
Nuestra Mishná trae un verso del Libro de Números (que comenzamos a leer esta semana), “Y desde el desierto hasta Mataná. y desde Mataná a Najaliel, y de Najaliel a Bamot”[2] ( וּמִמִּדְבָּר מַתָּנָה וּמִמַּתָּנָה נַחֲלִיאֵל וּמִנַּחֲלִיאֵל בָּמוֹת. וּמִבָּמוֹת הַגַּיְא…). Sobre este versículo, se explica en el Talmud: “Si una persona se hace como este desierto, midbar (מִּדְבָּר), que todos pisan – entonces se le da la Torá como un regalo, mataná (מַתָּנָה), y una vez que se le da como un regalo, umimataná (וּמִמַּתָּנָה) – su herencia es con Dios, najaliel (נַחֲלִיאֵל)…. Y una vez que su herencia está con Dios, uminajaliel (וּמִנַּחֲלִיאֵל) – se eleva a la grandeza, bamot (בָּמוֹת). Pero, si es altivo – el Santo Bendito le humilla, como está dicho ‘Y desde Bamot, umibamot (וּמִבָּמוֹת) hasta el valle, hagaie (הַגַּיְא). Sin embargo, en nuestra mishná, solo se presentan las tres etapas intermedias, “Desde Mataná a Najaliel, y desde Najaliel a Bamot“, las cuáles son las etapas principales que están más fuertemente relacionadas con el estudio de la Torá.
Los principios del Baal Shem Tov:
Sumisión, Separación y Endulzamiento
Tras un examen más minucioso, encontramos que este triplete de etapas se corresponde perfectamente con el proceso de transformación enseñado por nuestro maestro el Baal Shem Tov: Sumisión, Separación y Endulzamiento, de la siguiente manera:
La primera etapa, desde la cual se debe comenzar, es recibir la Torá como un regalo de Dios. Debemos tener cuidado de no apropiarnos en absoluto de nuestro estudio de la Torá, sino de sentir que la Torá pertenece completamente a Dios y se nos da como un regalo completo (Mataná, o מַתָּנָה). Esta comprensión crea humildad y bajeza de espíritu en una persona y por lo tanto corresponde a la etapa de sumisión.
Después de interiorizar esta conciencia, llegamos al estudio de la conciencia de herencia (Najaliel, o נַחֲלִיאֵל, que significa herencia). Lo que se hereda se entrega tradicionalmente de padres a hijos. Esta es una etapa en la que discernimos y separamos entre lo que no merecemos heredar y lo que eventualmente heredaremos y recibiremos legítimamente. Esto corresponde a la etapa de separación, en la que uno puede sentir la adquisición positiva.
Finalmente, una persona merece crecer y ascender a través del estudio de la Torá, como una persona que asciende a un alto nivel, bamot (בָּמוֹת, o plataforma), y desde allí mira al mundo entero y lo lleva a su rectificación. Esto corresponde a la etapa de endulzamiento mediante la cual podemos alcanzar un estado de santidad y elevación alcanzado a través del poder de la Torá.
[1] Véase Vaikra Rabá 9:3; Tana Devei Elia Rabá 1.
[2] Números 21:18-20.