El eventual regreso de Eisav depende de su madre Rivká. Sará, la esposa de Abraham, es descrita por los sabios como la fuerza que rechaza a los no judíos considerados indignos de unirse al pueblo judío. Pero Rivká, que ya en vida se abrió camino en la Academia universal de Shem y Ever, no renuncia a ellos. Ella se enfoca en rectificarlos junto con su hijo Eisav a través del poder del sabio de la Torá que debate con la mentalidad no judía y demuestra la pura luz intelectual y espiritual de la Torá. En mérito del esfuerzo de Rivká (y del sufrimiento, cuando los llevó en el vientre), la profecía que recibió, de que “el mayor sucumbirá al menor” [16], se cumplirá cuando el legado espiritual de Eisav abrace la Torá. Es entonces cuando Rivká estará orgullosa de llevar el título, “Rivká, la madre de Iaacov y Eisav”.
Shemot cap 27
20. Y tú ordena a los Hijos de Israel que tomen para ti aceite de oliva puro, prensado, para el alumbrado, para encender la candela continuamente,
21. En la Tienda de la Cita, fuera del Velo que está junto a las Tablas del Testimonio, Aharón y sus hijos la arreglarán de la noche a la mañana.
delante del Eterno como estatuto perpetuo para sus generaciones de parte de los Hijos de Israel.
cap. 28
Y tú acerca de ti a tu hermano Aharón y a sus hijos con él, de entre los hijos de Israel para que sea cohén para Mi: a Aharón, Nadav y Avihú, Elazar e Itamar, hijos de Aharón.