¿DIOS NOS NECESITA?

¿Acaso Hashem hace todo para nosotros y lo que hacemos es también es solo para nuestra elevación y beneficio?

¿A qué se parece esto? A un padre que educa a su hijo a hacer todo para su beneficio propio. Egoísta y caprichoso.

La intención de los padres es que los hijos crezcan y maduren y sean útiles para sí mismos en la vida, pero sobre todo para el propósito de Dios y de la sociedad, y así realizarse a sí mismo.
En el camino del crecimiento lo cuida, protege y le dá lo que necesita a la vez que le va enseñando a valerse por sí mismo y compartir lo que tiene con los demás.

Deja que pruebe y se equivoque hasta cierto punto y aprenda a volver de sus errores. Y así colaborar con sus padres en la casa, en la empresa familiar, y con la sociedad en general.

El hijo no pidió nacer, y así como “desea más la vaca amamantar que el ternero”, tener hijos y tener una familia es una necesidad natural y esencial de los seres humanos, anterior todavía al nacimiento del hijo.

Y así en lo Alto. Hashem puso dentro nuestro el instinto y el deseo de procrear, y es el primer precepto que le ordenó a Adam y Javá. Porque la Creación en general y el ser humano en general es un deseo esencial de Dios, y el deseo crea una necesidad. Este es uno de los motivos de la Creación de los mundos de acuerdo con la Torá y la Cabalá.

No hay redención particular sin la redención general.

Y así con Avinu ShebaShamaim, claro que Dios necesita nuestros rezos.

¿Acaso nos pide hacer cosas que no le sirven?

Todo lo que hacemos Él lo ordenó para que seamos socios en Su Creación.

Si hubiera querido nos hubiera hecho perfectos en una Creación perfecta.

Pero hizo todo casi perfecto, con la intención de que con nuestro estudio de Torá, nuestros rezos, y buenas acciones refinemos el mundo y revelemos a Dios en Él.

Por supuesto que con todo eso también nos refinamos.

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