La religión trata de conectar a las personas con Hashem.
Pero el judío cumple los preceptos no por religión, porque está naturalmente conectado a Su Creador, y su alma busca la forma de cumplir la voluntad, sino porque es parte de Dios en lo Alto.
Como son uno y lo mismo, cuando no lo puede hacer, sufren juntos Dios y el alma.
Cuando hacemos lo que el alma vino a hacer a este mundo, se alegra junto con Su Creador, Avinu ShebaShamaim.