Así como la llama del amor posee tres niveles de ascensión a Di-s –“con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza” – también su compañero, el temor, posee tres niveles (los dos niveles descriptos previamente y un tercero más elevado, al que ya hemos aludido al comienzo de nuestra discusión sobre el temor):
El temor de que nuestra unión de amor con Di-s sea fracturada corresponde a amar a Di-s “con todo tu corazón”. Reconociendo la presencia de nuestra mala inclinación –nuestro potencial interno de romper nuestra unión con Di-s– a través del temor a Di-s, elevamos este potencial para que sirva a Di-s. En la terminología de nuestros sabios, este nivel es llamado “temor al pecado” (irat hajet).
El temor de acercarse a Di-s demasiado cerca, aniquilándonos en el éxtasis Divino, corresponde a amar a Di-s “con toda tu alma” –“incluso si El toma tu alma”. Aunque uno está siempre dispuesto a sacrificar su vida por Di-s, debe saber y llevar siempre en su corazón que la voluntad de Di-s es que, en general, siga vivo en la tierra para servirLo. La misma presteza a sacrificar su vida en aras de Di-s lo lleva a este nivel de temor. Este nivel es llamado “el temor de la exaltación de Di-s” (irat haromemut). En proporción directa a esta experiencia (que si no está balanceada con el temor puede ocasionar la auto aniquilación, en el éxtasis Divino de acercarse a El para unirse con Su exaltada esencia) uno puede experimentar la “humildad humana”, el reconocimiento que “Di-s está en el cielo” y “yo estoy en la tierra” para vivir aquí y realizar su voluntad en este mundo.
Mientras que “el temor de la exaltación de Di-s” implica estar con temor reverencial ante El –en contraste con el primer temor, “el temor al pecado” que es un temor real- el estado culminante de temor ante la presencia de Di-s es el tercer nivel, el más elevado de “temor a la vergüenza” (irat boshet).
Este temor es la experiencia de estar siempre ante el Infinito, bendito Sea, y sentir que si El es todo y todo es El, ¿¡quién soy yo!?! Esto corresponde al nivel de “con toda tu fuerza”, porque como aquí todo es Di-s, todo es una manifestación de la perfecta y absoluta bondad y misericordia Divina. En la vergüenza existencial, le agradezco a El grandemente por todas las cosas que me suceden en la vida. Aquí, la sefirá de guevurá, cuya experiencia interna es el temor, alcanza su esencia, porque guevurá significa “poder”.
En general, “temor” implica “sensibilidad”. En Cabalá, la izquierda crea límites, identificando al otro ser y separándonos de él para sentir objetivamente su existencia independiente. Una izquierda rectificada continúa nulificando nuestro ego y autocentrismo, porque de todas las emociones del corazón, el temor es el que da más humildad a nuestro ego. Luego, la izquierda nos hace superar el sentimiento de separación, en su continua experimentación de la omnipresencia y omnipotencia de Di-s.