El pueblo de Israel llegó al manantial de Mará, lit. amarga, y se quejaron de las aguas amargas. Hashem le mostró a Moshé una rama para que la arroje al agua y sucedió el milagro: “se endulzaron las aguas”. Y a continuación está dicho: [Shemot 26:26]
וַיֹּאמֶר אִם שָׁמוֹעַ תִּשְׁמַע לְקוֹל ה’ אֱלֹהֶיךָ וְהַיָּשָׁר בְּעֵינָיו תַּעֲשֶׂה וְהַאֲזַנְתָּ לְמִצְוֹתָיו וְשָׁמַרְתָּ כָּל חֻקָּיו כָּל הַמַּחֲלָה אֲשֶׁר שַׂמְתִּי בְמִצְרַיִם לֹא אָשִׂים עָלֶיךָ כִּי אֲנִי ה’ רֹפְאֶךָ
“Vaiomer im shamoa tishmá lekol Havaiá Elokeja vehaiashar beeinav taasé, vehaazanta lemitzvotav, veshamarta col jukav, col hamajalá asher samti beMitzraim lo asim aleja ki aní Havaiá Rofeja”
“Y dijo: si escuchar escucharás la voz de Hashem tu Dios, y harás lo que es recto a Sus ojos, y escuchas sus preceptos y cuidas todos sus estatutos, toda la enfermedad que puse en Egipto no la pondré en ti, porque Yo Soy Havaiá tu sanador.”
Ten en cuenta la conexión entre la dulzura y la sanación (esta es la única aparición de concepto “dulzura” en la Torá, y la primera y principal aparición del concepto sanación). La verdadera medicina sabe cómo endulzar la amarga realidad. De hecho, incluso la dulcificación del agua se llama sanación, como se dice cuando Elishá el Profeta endulzó el agua mala en Ierijó: [Reyes II, 2:21]
כֹּה אָמַר ה’ רִפִּאתִי לַמַּיִם הָאֵלֶּה
Có amar Havaiá, ripiti lamaim haele
“Así dice Hashem, curé a esta agua”.
Elisha sanó las aguas malas cuando les arrojó sal, y la rama que Moisés arrojó al agua amarga era amarga, como dicen los sabios de bendita memoria: “Cura lo amargo en lo amargo”. [Midrash Tanjuma] Este es un principio importante en la medicina: “la curación con lo semejante”, como es sabido en la medicina homeopática.
Y aquí los comentaristas preguntan sobre nuestro verso: si no vamos a tener enfermedades, ¿Para qué necesitamos curación?
El Rabino Simja Bunim de Peshisja dijo: En cuanto al verso del profeta Ishaiahu 19:22 “Y el Señor afligió con plaga a los egipcios, fueron afligidos y curados”, se explica en el Libro del Zohar: “Golpeó a Egipto y curó a Israel”. En otras palabras, cada una de las enfermedades que recibieron los egipcios produjo curación para los israelitas, liberándolos de las clipot, la impureza de Egipto. Esta curación es buena pero no perfecta, porque hay un lado malo y hay un lado bueno, y cada lado está confinado dentro de un cierto límite. Pero ahora Dios nos dice: “Toda la enfermedad que puse sobre Egipto no la pondré sobre ti”. No te sanaré a través de la enfermedad que infligiré sobre Egipto, porque “Yo soy Havaiá tu sanador”
En otras palabras, al principio lo principal separar-havdalá el bien del mal, el lado malo aún existe y tenemos que separarnos de él. Pero después de la división del Mar Rojo y La Canción del Mar, los Hijos de Israel alcanzan un alto nivel de dulzura, “y se endulzaron las aguas”, toda la amarga realidad se curó y se dulcificó y no hay necesidad de ninguna plaga más.
La dulcificación completa es la misión mesiánica, como se afirma en el Libro del Zohar:
לאהפכא חשוכא לנהורא וטעמין מרירו למתקא
Leahfja jashoja lenehora vetaamin meriro lemitka
“Transformar la oscuridad en luz y el gusto amargo en dulce”
Y como se dice acerca de la corriente que salió del Templo Sagrado, cuyas aguas endulzaban las aguas malas y amargas “y se curaron las aguas”[Ezequiel 47:8].