Después de una tragedia tan terrible, nos quedamos estupefactos: los caminos de Dios son maravillosos y no podemos entender. Debemos creer, como enseñó nuestro maestro el Baal Shem Tov en estos casos, que cada alma tiene su tiempo asignado aquí en este mundo, y seguramente tu hija había completado su rectificación en este mundo.
El día que una persona fallece, todos sus méritos se unen: toda su bondad y sus obras en este mundo, así como la entrega de los padres que la educaron en una vida de Torá y mitzvot y la guiaron durante toda su vida. Como se explica en el Tania (capítulo 25), todo lo bueno es eterno y crece y da fruto. El gran mérito conformado por todos estos méritos seguirá adelante acompañando a la familia. Dará fruto y toda buena obra realizada en su memoria y para el ascenso de su alma le será añadida.
Ruego y los bendigo para que Dios les dé a ustedes, y a nosotros, a toda su familia, amigos y estudiantes, la fuerza para seguir adelante, continuar realizando sus buenas obras, enseñar Torá y reconducir los corazones de regreso a su Padre en Cielo.
Que Dios te consuele entre todos los dolientes de Sion y Jerusalén y que solo el bien y la bondad te persigan de ahora en adelante, por todos tus días.