Pirkei Avot 6:6: FE EN LOS SABIOS

La Torá se adquiere con cuarenta y ocho cualidades y estas son… con fe en los sabios…

“El rey David dijo a su hijo Shlomó: ‘Conoce al Dios de tu padre y sírveLe… si Le buscas, allí estará para ti’”[1]. La manera de buscar a Dios y conocerLe es empleando la herramienta de la fe en los sabios, en particular por medio del “Dios de tus padres”, las almas de los tzadikim (los antepasados). Jasidut revitalizó el concepto de fe en los sabios como fe en los tzadikim, que comienza con el reconocimiento de que Dios hace surgir el alma de un tzadik en cada generación llamada el “Moshé de la generación”. La fe se manifiesta como una conexión, por lo tanto, la fe en Dios se refiere a tener una conexión con Dios, y la fe en los tzadikim significa tener una conexión con los tzadikim.

La primera palabra del Shulján Aruj (el Código de la Ley de la Torá escrito por Rabi Iosef Caro en el siglo XVI) es “Uno debe vencer”, itgaber (יִתְגַּבֵּר) cuyo valor numérico es 615, que también es el valor numérico de “fe en el sabios”, emunat jajamim (אֱמוּנַת חֲכָמִים), sugiriendo que incluso la capacidad personal para seguir con éxito la halajá -la ley de la Torá- depende de la conexión y la fe en los sabios de las generaciones pasadas y presentes. Además, las letras de “Uno debe vencer” (יִתְגַּבֵּר) se pueden permutar para formar la palabra “con 613”, betariag (בְּתַּרְיַג), en alusión a los 613 mandamientos de la Torá. Para poder cumplir con los 613 mandamientos debemos vencer nuestra inclinación al mal y potenciar nuestra imagen espiritual más que nuestro cuerpo físico. Nuevamente, sugiriendo que, ante todo, debemos fortalecernos en la fe que tenemos en los sabios, sin la cual no hay nada.[2]

Rabi Najman de Breslov dice:[3]

A través de la fe en los sabios podemos traer nuestra sentencia a una conclusión positiva y justa. Porque la justicia es el eje central,[4] es decir, el camino del medio que no se inclina ni a la derecha ni a la izquierda. Esto lo merecemos al tener fe en los sabios, que manifiesta el principio de: “No te desviarás de la palabra que te digan a diestra o siniestra”.[5] Al hacerlo así se revela la verdadera justicia, las leyes se promulgan justamente.

Rabi Najman explica además que las disputas son el resultado de una mancha en nuestra fe en los sabios. Pero, en realidad, hay tres tipos de afecciones en este sentido. La primera es cuando una persona mancha su fe en los sabios porque no considera importantes todos los libros sagrados (incluidos aquellos que no están en línea con su camino o el camino de sus rabinos). La segunda ocurre cuando los tzadikim de la generación, quienes a pesar de que normalmente tienen fe en los sabios, manchan su fe y caen en peleas y disputas con otros justos. Esto les sucede porque la gente común pierde su fe en los tzadikim y, como dice el versículo, “Él carga con el pecado de muchos”.[6] La tercera mancha es verdaderamente sorprendente. El Rebe Najman explica que un tzadik puede tener una fe perfecta en otros sabios, pero si carece de fe en la Torá que él mismo enseña ¡se le considera como alguien que ha manchado su fe en los sabios!


[1] 1 Crónicas 28:9.
[2] El relleno de las letras de יִתְגַּבֵּר es יוד תו גימל בית ריש, cuyo valor es 1431, que es el triángulo de 53 (la suma de los números enteros del 1 al 53), donde 53 es el valor de “piedra”, even (אֶבֶן). Este es el secreto de la Piedra Fundacional (a partir de la cual se fundó el mundo de la Torá), explicado en la continuación de la Torá en Likutei Moharán a continuación. Las letras de relleno, es decir, las letras que se agregan a las letras raíz de la palabra son, וד ו ימל ית יש y su valor es el de “humildad”, shiflut (שִׁפְלוּת), que es igual a 8 veces “fe”, emuná (אֱמוּנָה).
[3] Likutei Moharán 1:61
[4] Introducción a Tikunei ZoharPataj Eliahu.
[5] Deuteronomio 17:11
[6] Isaías 53:12

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