Harav Itzjak Ginsburgh
Los textos en letra común itálica fueron tomados del libro Biología de Millar y Levine (Prentice Hall), páginas 971-6, libro de texto para escuelas secundarias utilizado comúnmente en USA. Los textos en negrita fueron escritos por el Rabino Itzjak Ginsburgh.
¿Qué importancia tiene la alimentación en su vida? Antes de responder, piense en dos festividades americanas: el Día de la Independencia y el Día de Acción de Gracias. ¿Qué le viene a le mente? Exactamente, no importa donde viva, lo más probable es que las comidas sean el centro de mesa de esos días especiales. Para la mayoría de nosotros la alimentación es algo más que la simple nutrición, es una parte importante de nuestra cultura. Las sociedades humanas organizan en todo el mundo reuniones y encuentros familiares alrededor de la comida.
Alimento y Energía
¿Alguna vez se cuestionó por qué necesita comer alimentos? La respuesta más obvia es para obtener energía. Usted necesita energía para subir escaleras, levantar libros, correr y hasta para pensar. Así como un automóvil necesita combustible, su cuerpo necesita alimentos para todo ese trabajo, y los alimentos son su combustible. Las células convierten la energía química que está almacenada en el azúcar glucosa y en otras moléculas en ATP.
Analicemos ahora la pregunta “¿por qué necesita comer alimentos?” desde una perspectiva más profunda. La mayoría de las personas se ocupan (desafortunadamente) en su rutina diaria de proveer a sus cuerpos lo que la naturaleza les exige – comer, beber, dormir, etc. – sin prestar mucha atención a lo que significan estas actividades y funciones en un plano espiritual.
¿Por qué Dios me creó de esta manera? ¿Por qué debo comer para obtener energía?
La Torá nos enseña que “no sólo de pan vive el hombre, sino de la palabra que surge de la boca de Dios”. (Deuteronomio 8:3) (En la Torá, “pan” se refiere al alimento en general. Lo que nos está enseñando este verso es que dentro del “pan” que comemos está investida la fuerza de vida Divina y que es importante para nosotros saber que esta fuerza de vida está viniendo directamente de Dios, el Creador y Sustentador de toda vida (y por cierto, de todo lo que existe).
Si comemos nuestro alimento con esto en mente, podemos extraer la fuerza de vida Divina o “chispa” Divina que es la esencia interior del alimento. Como resultado, el nivel de nutrición – tanto física como cognitiva y espiritual – que obtenemos del alimento será mucho mayor.
La energía disponible en los alimentos puede ser medida de una manera sorprendentemente simple: ¡Quemándolo! Cuando se lo quema la energía que contiene se convierte en calor, que es medido en términos de calorías. La cantidad de calor necesario para elevar la temperatura de 1 gramo de agua en 1 grado Celsius es 1 caloría. Los científicos se refieren a la energía almacenada en los alimentos como Calorías dietéticas, con una C mayúscula. Una Caloría es igual a 1000 calorías o 1 kilocaloría (Kcal).
Al quemar los alimentos, la energía que contienen se convierte en calor. En la mentalidad judía esto nos lleva inmediatamente al Templo Sagrado de Jerusalem, donde cada día eran quemados numerosos sacrificios sobre el altar. Estas ofrendas producían la elevación de la energía atrapada en el sacrificio a un plano espiritual superior, dedicándolo a la pureza y a lo sagrado.
Aunque el Templo no ha sido reconstruido aun, los sabios revelan que incluso hoy, la mesa en que comemos simboliza el altar del Templo sobre el que se quemaban los sacrificios. Viendo de esta manera a la mesa como un altar y a los alimentos que consumimos como una ofrenda, le agrega una nueva dimensión a nuestras comidas. Cuando comemos, debemos tener en mente que estamos elevando la energía de los alimentos en ofrenda a Dios, es decir, que estamos intentando utilizar la energía que obtenemos de la comida para servir a Dios.
Sólo los alimentos kosher liberan su energía de manera conducente a servir a Dios, elevando nuestro nivel de conciencia (si así lo intentamos al comer) de tal manera que podemos reconocer la presencia de Dios en nuestras vidas y dedicarlas a Su servicio. Por consiguiente, debemos tener presente al comer que debemos conectarnos con el fuego sagrado que desciende de los cielos para consumir los sacrificios del altar.
En hebreo, que es el idioma de la creación, la palabra jaim , que significa “vida” o “fuerza de vida”, se relaciona con jom , “calor”. El Baal Shem Tov solía poner su mano en el corazón de los niños y bendecirlos “se un judío cálido”. En el Templo, el fuego descendía del cielo para consumir los sacrificios ofrendados en el altar. De la misma manera, cuando comemos debemos tener en mente conectarnos con la esencia de ese fuego sagrado.
En otras palabras, cuando te conectas con este fuego que desciende siempre de los cielos para conferir vida abajo, sentirás su calidez en el corazón, haciendo que arda de deseo por servir a Dios. El Baal Shem Tov solía enviar a sus discípulos a observar cómo los judíos simples comían con la intención innata y pura de “quemar” la energía de los alimentos para Dios.
La energía que necesita un adolescente promedio es aproximadamente unas 2200 Calorías por día para las mujeres y 2800 para los varones. Si tienes una actividad física vigorosa, sin embargo, tus necesidades pueden ser mayores.
Las sendas metabólicas en las células de tu cuerpo pueden extraer energía de casi todo los tipos de alimentos. ¿Entonces qué importancia tiene la clase de alimentos que ingieres? Aunque la mayoría de los alimentos que comes son utilizados como combustible, una cierta cantidad de ellos tienen otras funciones importantes. Algunos aportan materias primas utilizadas para construir y reparar los tejidos del cuerpo. Una parte de estas materias primas son utilizadas para manufacturar nuevas biomoléculas, entre ellas las proteínas que regulan las reacciones celulares, los fosfolípidos de las membranas celulares y el ADN, tu material genético.
Los alimentos también contienen al menos 45 sustancias que el cuerpo necesita pero no puede sintetizar. La ciencia de la nutrición, definida como el estudio de los alimentos y sus efectos sobre el cuerpo, trata de determinar cómo ayudar al organismo a reunir sus distintas necesidades alimenticias. Basándose en sus investigaciones, los nutricionistas recomiendan diferentes dietas balanceadas que incluyen diferentes tipos de alimentos. También diseñan dietas para personas con necesidades especiales, como los diabéticos.
Los Nutrientes
Los nutrientes son substancias de los alimentos que aportan la energía y las materias primas que tu cuerpo utiliza para crecer, reparar y mantenerse. Los nutrientes que el cuerpo necesita son agua, carbohidratos, grasas, proteínas y minerales .
La Torá clasifica las necesidades básicas del ser humano de acuerdo a las cinco categorías:
- Aire
- Agua
- Alimentos
- Vestimentas
- Albergue
Estas cinco categorías corresponden a distintos aspectos del modelo místico de la Torá de nuestra psiquis. Veamos:
Cuando estamos sanos, generalmente no estamos concientes del aire que respiramos, por lo tanto el aire corresponde a nuestra facultad supraconciente llamada la sefiráh de la corona. El agua está asociada con nuestra facultad (o sefiráh ) de sabiduría, que es responsable de proveernos de nuevos pensamientos e ideas. Como el agua, que fluye bajando de la colina, de un lugar elevado a uno bajo, las ideas o iluminaciones de nuestra sabiduría fluyen hacia abajo desde su origen en nuestra corona supraconciente.
Mientras que los dos elementos anteriores representan un proceso relativamente inconciente o autónomo de la mente, el alimento representa la ingestión e integración de los nutrientes externos dentro de nuestro ser interior. En la psiquis, la integración de alimento espiritual, en el sentido de las enseñanzas de la Torá, se logra por medio de la facultad (o sefiráh ) de entendimiento. Las vestimentas representan los atributos emotivos de la psiquis. Finalmente el albergue , o sea nuestro hogar, representa nuestra naturaleza social. Como seres humanos tenemos una orientación hacia la familia y la comunidad. Esto requiere de nosotros exteriorizar nuestro potencial de liderazgo, que está asociado con nuestra facultad o sefiráh de reinado.
Se acostumbra retratar estas correspondencias en forma de cuadro, basado en la forma tradicional de organización de las facultades del alma:
Corona | ||
Aire | ||
Entendimiento | Sabiduría | |
alimento | Agua | |
Facultades emotivas | ||
Vestimentas | ||
Reinado | ||
Albergue |
Podemos reconocer ahora que entre los seis nutrientes requeridos por el cuerpo, el agua es una categoría (correspondiente a la sabiduría) separada de las otras cinco (que corresponden al entendimiento). De todas maneras las seis son necesarias para el funcionamiento saludable del cuerpo.
La Cabaláh nos enseña que la sabiduría y el entendimiento constituyen una pareja en sí misma, por lo que el agua y los otros cinco nutrientes se enumeran juntos. Sabiduría es también conocida como el principio padre (agua) y entendimiento como el principio madre de la psiquis.
El principio padre es esencialmente singular, mientras que el principio madre es descripto como complejo y compuesto de cinco componentes. Corresponden a las dos primeras letras iud y hei del Nombre esencial de Dios, Havaiáh , conocido también como Tetragrámaton). La letra iud es descripta como un punto sin dimensiones aludiendo a que la sabiduría es singular en esencia y corresponde al agua como una categoría en sí misma.
El valor numérico de la letra hei es 5, que nos sugiere otra alusión a los cinco nutrientes que corresponden al entendimiento y al principio madre.
En Cabalá, los cinco componentes del principio madre o entendimiento se subdivide en 3 y 2, al igual que los 5 nutrientes: carbohidratos, proteínas y grasas por un lado y vitaminas y minerales por otro.
El Agua
El nutriente más importante es el agua. Todas las células del cuerpo humano necesitan agua porque muchos de los procesos del cuerpo, incluyendo las reacciones químicas, tienen lugar en ella. El agua forma la mayor parte de la sangre, la linfa y otros fluidos del cuerpo. En los días calurosos o cuando tomas parte de ejercicios extenuantes, las glándulas sudoríparas quitan agua de tus tejidos para liberarla como sudor en la superficie del cuerpo, y a medida que se va evaporando lo va enfriando. De esta manera, la sudoración ayuda a mantener la homeostasis. El vapor de agua también se va perdiendo del cuerpo en cada respiración que exhalas y en la orina.
La sabiduría (el agua) es llamada “el punto [que está] presente uniformemente [en todo el cuerpo]”. Cada célula del cuerpo necesita agua, la fuente de la vida. El agua de manantial es llamada en la Torá “aguas vivientes”. (Ver Génesis 26:19) Espiritualmente, la sabiduría es la fuente de la vida, como en el verso “la sabiduría da vida”, y así el estudio de la Torá, que es la sabiduría Divina, está asociado con el agua. En las palabras de los sabios “el agua simboliza a la Torá”. (Bava Kama 82a)
Los seres humanos necesitan beber por lo menos 1 litro de agua por día. Si no se toma suficiente cantidad para remplazar la que se elimina, se llega a la deshidratación. Esta condición produce problemas en los sistemas circulatorio, respiratorio y nervioso. Beber abundante agua pura es una de las mejores cosas que puedes hacer para mantener tu cuerpo sano.
Los Carbohidratos
Los carbohidratos simples y los complejos son la principal fuente de energía para el cuerpo. Los azúcares que encontramos en las frutas, la miel y el azúcar de caña son carbohidratos simples o monosacáridos y disacáridos. Los almidones que se hallan en los granos, los tubérculos y los vegetales son carbohidratos complejos o polisacáridos. Los las cadenas de azúcares de los almidones son rotas por el sistema digestivo en azúcares simples. Estas moléculas son absorbidas pasando a la corriente sanguínea, siendo luego transportadas a las células del cuerpo. Los azúcares que no se utilizan inmediatamente para aportar energía son convertidos en el carbohidrato complejo glucógeno, que es almacenado en el hígado y el músculo esquelético.
Muchos alimentos contienen celulosa, un carbohidrato complejo que a menudo es llamado fibra, Aunque el aparato digestivo humano no puede romper sus cadenas, es necesaria en la dieta. EL volumen que aporta ayuda a los músculos a mantener en movimiento a los alimentos y los deshechos dentro del aparato digestivo y el excretorio. Los alimentos tales como los panes de grano integral, el afrecho y muchas frutas y vegetales son ricos en fibra.
Como ya mencionamos, los cinco nutrientes aparte del agua corresponden al origen de las cinco energías emotivas inherentes al entendimiento:
- el amor, 2) el temor y (3) la compasión, las tres energías emotivas primarias y
- (4) la confianza y (5) la sinceridad, las dos energías emotivas secundarias.
El siguiente cuadro ilustra estas correspondencias:
temor | Amor | |
Proteínas | carbohidratos | |
Compasión | ||
Grasas | ||
Sinceridad | Confianza | |
minerales | Vitaminas |
Los carbohidratos, conocidos comúnmente como azúcares (dulces), corresponden al origen de la energía emotiva del amor inherente en el entendimiento.
Hay dos clases de amor:
- amor intelectual, que se despierta a través de la meditación intelectual en un objeto digno de ser amado y
- amor natural , es innato y surge natural y espontáneamente sin necesidad de meditación.
Estos dos tipos de amor corresponden a los carbohidratos simples y a los complejos, amor natural e intelectual, respectivamente.
Las Grasas
Las grasas o lípidos son una parte importante de una dieta sana. Se forman a partir de los ácidos grasos y el colesterol. Tu cuerpo necesita ciertos ácidos grasos llamados “esenciales”, para construir las membranas de las células, las vainas de mielina y ciertas hormonas. Los ácidos grasos también ayudan al cuerpo a absorber vitaminas liposolubles. Cuando una persona come más de lo que es necesario, el cuerpo almacena la energía extra como grasa. Los depósitos de grasa protegen a los órganos y los aislan del cuerpo.
Las grasas se clasifican en base a la estructura de las cadenas de los ácidos grasos como saturados e insaturados. Cuando hay sólo uniones simples entre los átomos de carbono de los ácidos grasos, casa átomo de carbono tiene el máximo número de hidrógenos y las grasas son llamadas saturadas. La mayoría de las grasas son sólidas a temperatura ambiente, incluyendo la manteca y otras grasas animales.
Las grasas no saturadas tienen por lo menos una doble unión en la cadena del ácido graso. Son generalmente líquidas a temperatura ambiente. Muchos aceites vegetales contienen más de una unión doble y por eso son llamados poliinsaturados.
La gente consume a menudo más grasa de la que necesita realmente. La Asociación Americana del Corazón recomienda una dieta con un máximo de 30 por ciento de Calorías provenientes de las grasas, de las cuales sólo el 10 por ciento debe ser de grasas saturadas. Una dieta elevada en grasas tiene serias consecuencias, como un incremento del riesgo de presión sanguínea elevada, enfermedades cardíacas, obesidad y diabetes.
Corresponden a la fuente de la energía emotiva de la compasión o misericordia inherente al entendimiento. La compasión es llamada “el [torso del] cuerpo”, que puede ser grueso o esbelto. En hebreo, “grasa” ( shuman ) es análoga a “aceite” ( shemen ) y usualmente un cuerpo “obeso” ( shamen ) es una expresión para describir un cuerpo saludable, un cuerpo “bien aceitado”. Entonces el cuidado de la salud es como tener compasión de nuestro cuerpo.
De todas maneras es importante notar que una preocupación excesiva por la salud física, es decir, mucha compasión por el cuerpo se traduce en mucha “grasas”. Si la persona no es conciente de su verdadero propósito en la vida, puede llevar a una obsesiva “adicción por la salud” y tener un resultado opuesto a la buena salud!.
Las grasas saturadas son normalmente sólidas a temperatura ambiente mientras que las insaturadas son líquidas. En Cabaláh la “saturación” se relaciona con la presencia de la facultad de conocimiento dentro de la compasión , que se traduce en la práctica en un agudo sentido de conocimiento del objeto o la persona a quien se expresa compasión y de cómo expresarla. Cuanto más saturada, o sea cuanto más conocimiento hay en la compasión, más sólidos son nuestro sentimiento y la implementación de la compasión.
En Cabalá hay un modelo que se relaciona con los cuatro elementos químicos básicos y las facultades emotivas, como vemos en el siguiente cuadro:
Temor | Amor | |
Carbono (C) | Hidrógeno (H) | |
Compasión | ||
Oxígeno (O) | ||
Humildad | ||
Nitrógeno (N) |
En Cabalá, la facultad de conocimiento es el origen y lo que une al amor y el temor; gráficamente está situado encima y entre ellos. Utilizando este modelo podemos escribir también una idea equivalente: el conocimiento es lo que une al hidrógeno con los átomos de carbono.
Las Proteínas
Las proteínas tienen una amplia variedad de roles en el cuerpo. Aportan materia prima para el crecimiento y la reparación de estructuras tales como la piel y el músculo. También tienen funciones reguladoras y de transporte. Por ejemplo, la hormona insulina es una proteína que regula los niveles de azúcar en la sangre. La Hemoglobina, una proteína que se halla en la sangre y transporta el oxígeno.
Son polímeros de aminoácidos. El cuerpo humano es capaz de sintetizar 12 de los 20 que conforman las proteínas. Los otro 8, son llamados esenciales y deben ser obtenidos del alimento que comes. La carne, el pescado, el huevo y la leche contienen generalmente a todos ellos, pero no los derivados de las plantas, como los granos y porotos. Las personas que no comen productos animales deben comer una combinación de diferentes plantas, como porotos y arroz, para obtener todos los aminoácidos esenciales.
Las proteínas corresponden a la fuente de la energía emotiva del temor inherente al entendimiento. Es algo sorprendente que psicológica y espiritualmente el temor se manifiesta en la psiquis como poder. Esto se explica si comprendemos que el poder representa la fuerza necesaria con que cuenta la persona para enfrentarse a sus temores y sobreponerse al objeto de su temor. Esto se expresa materialmente en el cuerpo en la fuerza muscular, que proviene de las proteínas.
También tienen funciones reguladoras, como por ejemplo la insulina que es una proteína que regula el nivel de azúcar en la sangre. La Cabaláh nos enseña que el temor también tiene una función reguladora sobre el amor. Como vimos respecto a la excesiva compasión, demasiado amor o un amor no regulado puede tener resultados negativos.
Las proteínas son polímeros de los aminoácidos. En general, el equivalente espiritual y psicológico de los ácidos deriva de la energía emotiva del temor-poder en la psiquis humana.
Las Vitaminas
Si consideramos a los carbohidratos, las grasas y las proteínas como el combustible de un automóvil, entonces las vitaminas son la ignición. Son moléculas orgánicas que ayudan a regular los procesos del cuerpo, actuando a menudo como enzimas. La mayoría de las vitaminas son obtenidas de los alimentos. Sin embargo las bacterias que viven en el tracto digestivo son capaces de sintetizar vitamina K. La piel sintetiza vitamina D cuando está expuesta al sol. Una dieta carente de ciertas vitaminas puede tener serias y hasta fatales consecuencias.
Hay dos clases de vitaminas: liposolubles y hidrosolubles. Las primeras son la A, D, E y K y pueden ser almacenadas en los tejidos grasos del cuerpo, creando pequeños reservorios para uso fututo.
Las hidrosolubles incluyen las vitaminas C y las B, se disuelven en agua y no se retienen en el cuerpo, por lo que deben estar incluidas en los alimentos que se ingieren diariamente. Una dieta conteniendo una variedad de alimentos proveerá las necesidades diarias de vitaminas de casi todas las personas.
Los negocios de comestibles y las farmacias venden suplementos vitamínicos. Tomar grandes dosis extras de estos suplementos no beneficia al organismo y en algunos casos puede causar un daño real. Cantidades excesivas de las vitaminas liposolubles puede ser tóxico.
Las vitaminas corresponden al origen de la energía emotiva de la confianza inherente al entendimiento.
Son moléculas orgánicas, a diferencia de los minerales que son nutrientes inorgánicos, que como explicaremos más adelante, corresponden a la fuente de la energía emotiva de la sinceridad. En Cabalá, la confianza y la sinceridad son descriptas como las dos caras de la moneda (La confianza es el aspecto interior de la sefirá de victoria, mientras que la sinceridad es el de la sefirá de reconocimiento. Estas dos sefirot son descriptas en el Zohar como las dos mitades de un cuerpo). Efectivamente, como la confianza y la sinceridad, sus contrapartidas psicológicas, las vitaminas y los minerales también trabajan juntos.
A continuación, reuniremos los dos modelos que hemos estado discutiendo en un cuadro compuesto:
Entendimiento | Sabiduría | |
Otros nutrientes | Agua | |
Poder (temor) | Benevolencia (amor) | |
proteínas | Carbohidratos | |
Belleza (compasión) | ||
Grasas | ||
Reconocimiento (sinceridad) | Victoria (confianza) | |
minerales | Vitaminas |
En este cuadro vemos claramente que las vitaminas (la sefiráh de victoria) están situadas en el extremo inferior del eje derecho, que comienza con el agua, pero siguiendo el orden normal de las sefirot , las vitaminas (victoria) vienen a continuación de las grasas (belleza). Por lo tanto se relacionan con ambas, el agua y las grasas. Esta es la fuente cabalística del hecho de que haya dos tipos de vitaminas, liposolubles y hidrosolubles.
Pero ahora vamos a ver una interpretación según el análisis cabalístico de estas dos clases de vitaminas. Psicológicamente, las liposolubles representan la confianza basada en la experiencia de la compasión. En otras palabras, un tipo de auto confianza es el producto de experimentar a Dios siempre cerca de mí, por Su misericordia hacia mí. Esta confianza en mí mismo está garantizada porque Dios está siempre ansioso por conferirnos el poder alcanzar nuestros objetivos en la vida.
En contraste, las vitaminas hidrosolubles representan la seguridad y confianza total en Dios, nuestro Padre en los Cielos (recordemos que el agua corresponde a la sabiduría, que también se conocida como el principio padre). El agua alimenta la confianza, aunque no en el sentido de autoestima.
Por cierto, aquí también el plano físico es un reflejo del espiritual/psicológico, porque una cantidad excesiva de vitaminas liposolubles, como la de una ostensible confianza en sí mismo, puede ser tóxico.
Los Minerales
Los nutrientes inorgánicos que el cuerpo necesita, usualmente en pequeñas cantidades, son llamados minerales. Algunos ejemplos de ellos son el calcio, el hierro y el magnesio. El calcio es un componente mayoritario de los huesos y dientes y el hierro se necesita para sintetizar hemoglobina. El calcio, el sodio y el potasio son necesarios para el funcionamiento normal de los nervios.
Aunque el organismo no metaboliza los minerales que ingiere, pierde muchos de ellos en la transpiración, la orina, etc. ¿Cómo se reponen estas importantes sustancias químicas? Muchos de estos elementos se encuentran en los tejidos vivos de las plantas y animales. Con una ingesta variada de alimentos se puede obtener los requerimientos diarios de minerales.
Los minerales corresponden a la fuente de la energía emotiva de la sinceridad inherente al entendimiento. Sinceridad implica simplicidad, que en nuestro contexto alude a los elementos químicos simples necesarios para que nuestro cuerpo funcione apropiadamente. Como mencionamos arriba, la confianza y la sinceridad actúan juntas como dos socios. En Cabaláh son descriptas como dos piernas, que para poder caminar depende una de la otra.
Uno de los ejemplos más importantes de un mineral necesario para que el cuerpo funcione es el hierro, necesario para sintetizar hemoglobina, la proteína transportadora de oxígeno en los glóbulos rojos sanguíneos. El fluido sanguíneo, que transporta oxígeno, el “aliento de vida”, a todas las células del cuerpo está simbolizado en Cabaláh por el caminar o viajar psicológico. Está controlado por el poder psicológico de la sinceridad.
La Nutrición y una Dieta Balanceada
No es una tarea sencilla calcular el balance de nutrients para una dieta humana, pero los nutricionistas han tratado de hacer exactamente eso. El resultado es la Pirámide Alimenticia que clasifica los alimentos en seis grupos. También indica cuántas porciones de cada grupo deben ingerirse cada día para mantener una dieta saludable. Los alimentos ricos en carbohidratos complejos son la base de la pirámide. En la cima de la pirámide están las grasas y los dulces, que deben ser utilizados con moderación. Algunos alimentos de otros grupos también contienen azúcares y grasas, por eso se los debe tener en cuenta cuando se los elige.
La idea básica detrás de la pirámide es lógica y simple: debe comer cada día alimentos variados y limitar la ingesta de los dulces y grasos.
Se deben utilizar las etiquetas para elegir los alimentos más saludables. Ellas nos brindan cierta información general acerca de la nutrición, enumerando los Valores Diarios y las Calorías por gramo de proteínas, carbohidratos y grasas. Los valores diarios le muestran cómo un determinado alimento se integra dentro de la dieta general. Hay que tomar en cuenta que los valores diarios están basados en una dieta de 2000 calorías.
Las necesidades nutricionales son afectadas por la edad, el género y el estilo de vida. Los adolescentes en rápido crecimiento y otros grupos de gente necesita más nutrientes que los valores diarios indicados.
Cuando se elija alimentos, utilice la información que encuentre en las etiquetas para compararlos con otros similares en cuanto a sus proporciones de nutrientes por Calorías. Cuando elija un alimento, debe ser de alto poder nutritivo y de bajas calorías.
Veamos ahora cómo se traducen las reglas básicas de una dieta saludable en guías para una sana vida espiritual. Co mo hemos visto, los alimentos ricos en carbohidratos complejos representan el amor inspirado intelectualmente (hacia Dios y la humanidad). Así como estas sustancias sirven de base a nuestra dieta física, esta clase de amor derivado del estudio profundo de la Torá y la plegaria meditativa forma la base de una vida espiritual y religiosa saludable.
Deberíamos limitar la ingesta de los alimentos grasos y azucarados. De la misma manera, como se explicó, demasiado amor descontrolado (alimentos azucarados) o compasión (grasas) hacia uno mismo puede ser negativo para nuestro bienestar general.
Por supuesto, la energía liberada de los alimentos que ingerimos nos debería ayudar a ascender en nuestro servicio a Dios y a madurar nuestro carácter sólo si son kosher de acuerdo a las leyes de la Torá. La comida no kosher nutre rasgos de carácter negativos, impidiéndonos servir a nuestro Creador con humildad y alegría.
Un cuerpo sano requiere un alma sana, son totalmente interdependientes. En hebreo, las iniciales de “cuerpo” ( guf ) y “alma” ( neshamáh ) forman la palabra “jardín” ( gan ). Una dieta kosher bien balanceada junto con una apropiada conciencia orientada hacia lo Divino, nos devuelve a ese estado puro e inalterado del Jardín del Edén, donde Dios nos colocó antes del pecado primordial de comer lo que Dios había prohibido. Así como la humanidad fue exiliada del estado edénico por haber elegido comer neciamente, nuestro retorno a ese estado ideal depende de nuestro impulso más básico que es comer.