Frente a la montaña
La parashá Ytró describe la entrega de la Torá en el monte Sinaí. Cuando el pueblo judío llegó ante el Monte Sinaí, la Torá dice: [Éxodo 19:1-2]
“Al tercer mes de su éxodo de la tierra de Egipto, en este día, llegaron al desierto del Sinaí. viajaron desde Refidim, entraron al desierto del Sinaí, acamparon en el desierto; Israel acampó allí frente a la montaña.”
En la frase final, “Israel acampó allí frente a la montaña”, la Torá usa la forma singular del verbo “acampar”, vaiján (וַיִּחַן), aunque unas pocas palabras antes usaron la forma plural más natural, “acamparon”, vaiajanu (וַיַּחֲנוּ). Los sabios explican que, a diferencia de todos sus otros campamentos, esta vez el pueblo judío estaba unido como un solo individuo con un solo corazón (es decir, un propósito singular). Por esta razón, esta frase siempre se cita como símbolo de la unidad judía.[1]
La raíz de dos letras del verbo “acampar” es חן, que en hebreo significa “gracia”, jen (חֵן). Esta palabra también significa “simetría”. En una figura simétrica, los dos lados están uno frente al otro.
Egipto Unido
La unidad que experimentó el pueblo frente a la montaña en la que se entregaría la Torá vino a rectificar una situación similar en la que se enfrentaban a los egipcios en el mar. Allí, la Torá también utiliza el singular, “Y he aquí, Egipto los perseguía…” No “los egipcios”, sino “Egipto”, lo que indica que los egipcios también, en su intento de capturar al pueblo judío, estaban unidos como un solo individuo con un solo corazón. En el Talmud, los sabios nos enseñan que “la reunión (unidad) de los malvados es mala para ellos y terrible para el resto del mundo, mientras que la reunión de los justos (tzadikim) es beneficiosa para ellos y un beneficio para todo el mundo.”
Mente y corazón
¿Cómo podemos diferenciar entre la unidad de los malvados y la unidad de los justos? Respecto a los malvados, está dicho que su unidad es “con un solo corazón, como un solo hombre”. El corazón precede al hombre, es decir, la mente, el intelecto. Los malvados se unen para seguir su corazón, para lograr lo que su corazón desea. El corazón es la morada natural del alma animal y de todos sus anhelos (como se explica en Tania). Pero, acerca de la unidad de los justos, dice que se reúnen, “como un solo hombre, con un solo corazón”. Su mente, su intelecto y alma Divina, precede y guía su corazón, sus inclinaciones naturales.
Además, los egipcios – que representaban a los malvados – lograron la unidad durante su impulsiva persecución del pueblo judío. El pueblo judío – que representa a los justos – alcanzó un estado de unidad cuando se encontraba en un período de descanso apacible en su campamento (después de haber regresado a Dios en sus corazones, como explica Rashi en su comentario al verso anterior). El campamento, que vimos antes, proviene de la raíz de dos letras que significa “gracia” o “favor” (חֵן) da a entender que la unidad de los justos se basa en que favorezcan mutuamente. En otras palabras, simplemente disfrutan el uno del otro y de su compañía. Pero los malvados no pueden unirse sin un impulso que les conduzca a lograr alguna meta. Incluso cuando avanzan juntos, no sienten amor el uno por el otro.
Del reposo al movimiento
Aun así, una vez que los justos han logrado la unidad en su reposado estado de “campamento” (וַיִּחַן), tienen que comenzar a moverse y perseguir una meta juntos. Las dos letras de la raíz de dos letras de “acampar” (חֵן) son las iniciales de estas dos palabras, “campamento” (חַנַיָה) y “movimiento”, nesiá (נְסִיעָה). También son las iniciales de las dos raíces de las palabras jasid (חָסִיד) y mitnagued (מִתְנַגֵד), el discípulo del Ba’al Shem Tov y el judío que todavía se opone (en cualquier medida) al camino del Ba’al Shem Tov. Por lo tanto, estos dos están destinados a encontrar favor, a encontrar gracia a los ojos del otro.
Análisis matemático
Veamos algunas guematriot respecto a esta notable última frase.
La frase completa que describe el campamento ante el monte Sinaí dice: “Israel acampó allí, frente a la montaña” (וַיִּחַן שָׁם יִשְׂרָאֵל נֶגֶד הָהָר). La guematria de estas palabras es 1222, o dos veces 611, la guematria de u “Torá” (תוֹרָה), lo que implica la unificación de la Torá escrita con la Torá oral. 1222 es también el producto de 26 y 47, o Havaia (י־הוה) y Havaia Ekié (י־הוה א־היה), una hermosa unificación de estos dos Nombres de Dios.
Las dos primeras palabras, “acampado allí” (וַיִּחַן שָׁם) es igual a 414 o el doble del valor de “luz”, (אוֹר), 207. 414 es también, por tanto, el valor de “la luz infinita”, or ein sof (אוֹר אֵין סוֹף), ya que “luz” (אוֹר) es igual a “el infinito” (אֵין סוֹף). Es también el valor de la frase “fuente de vida”, makor jaim (מְקוֹר חַיִים) y la palabra “Y amarás” (וְאָהַבְתָּ), con las que comienza el primer párrafo del Shemá.[2]
Sólo las palabras, “frente a la montaña”, negued haHar (נֶגֶד הָהָר) son igual a 267, o “carroza”, merkabá (מֶרְכָּבָה), aludiendo al secreto de la Carroza Divina.
Juntos 414 y 267 (וַיִּחַן שָׁם נֶגֶד הָהָר) son igual a 681, o 3 veces “bendición”, berajá (בְּרָכָה), en alusión a la triple bendición de la Torá, la Bendición Sacerdotal. Además, 681 es el valor del “soplido de trompeta [o shofar]”, teruá (תְרוּעָה), inherente al cual es el poder de unificación – el sonido del shofar y la trompeta hace que nuestro apego a lo material y mundano se haga añicos, como en el versículo: “Tocad la trompeta por Havaiá, por toda la tierra.”
Finalmente, la guematria de la primera, media y última letra de la frase “Israel acampó allí, de cara a la montaña” (וַיִּחַן שָׁם יִשְׂרָאֵל נֶגֶד הָהָר) es 406, o 28 (léase: el triángulo de 28, la suma de números enteros desde el 1 al 28). 406 es también 7 veces “gracia” (חן), en alusión a los 7 tipos de tzadikim que acogerán a la Presencia Divina.[3]
[1] Véase nuestro artículo Liderazgo: del Amor a la Unidad (anexo1)
[2] Véase nuestro artículo: AMOR Y TEMOR: Un Estudio de Guematria Intermedia (anexo 2)
[3] Véase Vaikrá Rabá 30:2