Pirkei Avot 6:1: UN MANATIAL Y UN RÍO

Rabí Meir decía: Quien estudia Torá solo en aras de la Torá, merece muchas cosas… y se vuelve un manantial siempre creciente y en un río incesante. (Pirkei Avot 6:1)

Esta es la versión común. Sin embargo, hay otra versión:1 “y se convierte en un manantial que no cesa y como un río que se hace más caudaloso y sigue fluyendo”.

Un manantial y un río representan jojmá (sabiduría) y biná (entendimiento). Jojmá (Mojin d’Aba, el Intelecto del Padre) es el manantial: es el punto de innovación, la fuente del intelecto, el poder de invención y renovación, “La sabiduría viene de la nada” – como una fuente que emerge de las aguas subterráneas, desde la nada oculta debajo de la superficie. Biná (Mojin d’Ima, el Intelecto de la Madre) es el río. Desde el manantial que fluye, el río se extiende lejos, profundizando y ensanchándose, “los amplios parajes del río”. De este modo, biná desarrolla el aspecto de jojmá en longitud, anchura y profundidad.

Esto es “y los secretos de la Torá le son revelados, y se convierte en un manantial que se fortalece y como un río que no cesa”, correspondiente a las sefirot Keter-Jojmá-Biná: “Los secretos de la Torá” pertenecen al keter oculto. “Un manantial que se fortalece” se refiere al poder innovador de jojmá. “Fortalece” se refiere a “las fortalezas del Padre”, ya que Jojmá emerge desde lo oculto ‘Koaj Hamaskil (el Poder del Intelecto) dentro del cual está la “Fuerza de Atik“. “Un río que no cesa” se refiere a biná, y cuando está debidamente conectado con jojmá, nunca cesa. Así como el manantial fluye continuamente, el río que se extiende desde él no cesa, un flujo constante en el atributo de jesed, “jasadim d’Ima (la bondad amorosa de Madre)”.

Intercambio de lugares

Según la versión “como un manantial que no cesa y como un río que se hace más fuerte”, hay un “intercambio de lugares”: en el manantial, el atributo de las bondades amorosas de Madre incluidas en jojmá es revelado, enfatizando así que el manantial no cesa. En el río, se revela el poder de fortalecerse a partir de las fortalezas del Padre, y así el río mismo se hace más fuerte y continúa. Esta integración e “intercambio de lugares” deriva de la fuente superior más allá de jojmá y biná, el keter mismo, que se menciona al principio, “y los secretos de la Torá le son revelados”.

Además, hay una conexión directa entre biná y guevurá (fuerza), como se afirma: “Yo soy biná, tengo guevurá“. En términos cabalísticos, biná se inviste en Guevurá de Arij (el partzuf externo de keter, que corresponde al poder superconsciente de la voluntad en el alma) que es la fuente de la fuerza de biná, “un río que se hace más fuerte”. Esto significa que el río “no cesa” debido a la conexión revelada del río con el manantial, la conexión de biná con jojmá a nivel consciente. Sin embargo, el fortalecimiento del río proviene de su conexión con la fuente oculta en el inconsciente, de las propias aguas subterráneas, como dicen los sabios: “Un río fluye desde su fuente”.2

Del mismo modo, hay una conexión directa entre jojmá y jesed (bondad): jesed de Arij está investido en jojmá. Jojmá se asocia con la esencia de la creación, algo de la nada, y la frase “un manantial que no cesa” se refiere a la creación continua, desde el atributo de jesed, “el mundo está construido sobre la bondad”.

Imagen de Franz Bachinger de Pixabay

NOTAS


1 Majzor Vitri et al. Véase las diferentes versiones en la publicación de Vilna
2 Shabat 65b

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