LECTURA DE LA TORÁ-REÉ 2 DE 2: MIRA EL LUGAR DONDE DI-S TU SEÑOR ELIGIÓ PARA TU MORADA VER Y OIR

TORAT HANEFESH

VER Y OÍR

A veces pasamos por procesos en el alma que se sienten como andar a tientas en la niebla o navegar por la jungla en un territorio desconocido, sin poder ver ni siquiera un paso adelante, buscando a ciegas la salida del laberinto.

Generalmente, esto nos sucede en situaciones extremas, en las que no elegimos estar y que preferiríamos olvidar. Sin embargo, junto con la dificultad, este estado también tiene sus ventajas.

Porque cuando los ojos no funcionan y no se ve nada, los oídos se agudizan mucho más, y cada sonido puede ayudarnos a encontrar nuestro camino.

Así, en procesos emocionales particularmente complejos, desarrollamos una sensibilidad interna y captamos señales que antes no percibíamos.

Aun así, es muy difícil manejarse sin una visión amplia. Cuando no se ve el mapa general y no se comprenden las direcciones, el camino hacia errores y complicaciones graves es muy corto.

Según la Torat HaNefesh (la Psicología Jasídica), así como tenemos ojos y oídos físicos también tenemos ojos y oídos del alma, “el sentido de la vista” y “el sentido del oído”. En el viaje del alma necesitamos ambos sentidos, tanto para ser sensibles a los pequeños detalles como para prestar atención a la imagen general.

A veces, nuestros ojos internos verán el camino, y en otros casos, el consejero, el terapeuta, el cónyuge o un amigo nos ayudarán a ver lo que en este momento nos cuesta percibir.

La parashá Reé (Mira) enfatiza la necesidad de usar el sentido de la vista. Viene después de la parashá “Ekev Tishmeun” (Será cuando escuchen) y después del “Shemá Israel”, (Oye Israel) en la parashá anterior, Vaetjanán, y en su segundo versículo Reé ya vuelve a hablar de la audición: “la bendición si escucháreis”, pero la palabra que inicial es la que nos guía: “¡Mira!”. El trabajo emocional consiste en desarrollar una audición interna sensible, pero junto con ello siempre debemos prestar atención a la imagen general, ver de dónde venimos y hacia dónde vamos y así obtener tranquilidad y confianza de que estamos en el camino correcto