JUDAÍSMO PARA TODOS MATOT MASEI

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El Alter Rebe (autor del Tania) explica que las ciudades de refugio son un símbolo de la Torá. Cuando una persona es perseguida por pensamientos negativos o por errores del pasado, puede refugiarse en el estudio de la Torá y la meditación jasídica para redimirse espiritualmente.

El Rebe de Lubavitch profundiza: la Torá es el refugio del alma, especialmente en tiempos de confusión o juicio. Estudiar Jasidut y conectar con el alma interior de la Torá brinda protección contra el “vengador interno”, el juicio severo del propio yo.

El Rab Ginsburgh revela que las ciudades de refugio no son sólo un elemento legal del Tanaj, sino un arquetipo de sanación espiritual en todos los tiempos. Cuando una persona hiere, cae o se aleja sin intención del camino, puede correr hacia la conciencia expandida de la Torá y redimirse profundamente.

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📖 Resumen de Parashat Matot (מטות)

Temas principales:

1. Nedarin – Votos y promesas:

Moshé enseña las leyes sobre anulación de votos. Un voto personal puede anularse bajo ciertas condiciones, especialmente por parte del padre o esposo.

2. Guerra contra Midian:

Se libra la guerra contra Midian por el pecado del Baal Peor. El pueblo de Israel vence, y se trae un botín significativo. El Kohen Elazar enseña cómo purificar los utensilios de metal (base para “kasherización”).

3. Reuven, Gad y mitad de Menashé:

Estas tribus piden establecerse en la ribera oriental del Jordán por su abundancia de ganado. Moshé accede a condición de que ayuden en la conquista de Canaán.[1]

📖 Resumen de Parashat Masei (מסעי)

1. Los 42 viajes:

Se enumeran los 42 campamentos del pueblo de Israel desde Egipto hasta las llanuras de Moav. [2]

2. Límites de la Tierra de Israel:

Se definen las fronteras de Eretz Israel y se nombran los líderes encargados del reparto.

3. Ciudades levíticas y ciudades de refugio (arei miklat):

Los Leviím reciben ciudades propias. Se establecen seis ciudades de refugio para quien haya matado sin intención.

Bamidbar (Números) 33:38–39

  • Y Aharón el sacerdote subió al monte Hor, por mandato de Dios, y murió allí, en el año cuarenta desde la salida de los hijos de Israel de la tierra de Egipto, en el quinto mes, el primero del mes.
  • Y Aharón tenía ciento veintitrés años cuando murió en el monte Hor.

נקודות ממשיחות קודש

Puntos de enseñanzas santas

(Comentario del Rebe de Lubavitch sobre estos versículos)

Cuando se cuenta que Aharón el Kohén (sacerdote) falleció el primero del mes Menajem-Av, y que eso fue en el año cuarenta desde la salida de Egipto, la Torá indica que incluso en ese año, el pueblo de Israel aún se consideraba “saliendo de Egipto”, ya que el proceso de la salida no se había completado hasta la entrada a la Tierra de Israel.
Es decir, todo ese tiempo (incluso décadas después), aún se estaba en el proceso de “salir de Egipto”, tanto espiritual como literalmente.

Esto enseña una poderosa enseñanza para nosotros: que incluso cuando uno ya ha salido de su Egipto (sus límites y ataduras), debe saber que la verdadera “salida” solo se completa al llegar a la “Tierra de Israel”, a la redención completa.
Y por eso, cada uno debe seguir avanzando constantemente, sin conformarse con lo que ya ha logrado espiritualmente, hasta alcanzar la redención verdadera y completa con la venida del Mashíaj, muy pronto en nuestros días.

(Likutei Sijot, tomo 22, pág. 412)

4. Ley de herencia de las hijas de Tzlofjad:

Se ordena que se casen dentro de su tribu para conservar la herencia tribal.

1. La fuerza del habla – Parashat Matot

En Jabad se enseña que los nedarim (votos) expresan el poder creativo del habla humana. Así como Hashem creó el mundo con palabras, el ser humano, a imagen Suya, puede generar realidades espirituales mediante su palabra.

👉Enseñanza del Rebe de Lubavitch: La anulación de votos representa la capacidad de tikún (rectificación). Incluso si uno se “encadenó” espiritualmente con palabras propias, puede liberarse a través de una conciencia superior: la Torá.

2. Las 42 estaciones – Parashat Masei

Cada uno de los 42 viajes del pueblo judío en el desierto representa una etapa en el camino espiritual del alma, desde su descenso al cuerpo hasta su regreso a su fuente divina.

📖 El Baal Shem Tov enseña que estos viajes ocurren también en la vida personal. Cada cambio, cada movimiento, cada transición – incluso los aparentes retrocesos – forman parte del recorrido hacia la Redención.

👉 El Rebe explica que cada estación es una oportunidad para elevarse. Las caídas o detenciones no son interrupciones, sino momentos necesarios para avanzar más profundamente.

3. Arei Miklat – Ciudades de refugio

El Alter Rebe (autor del Tania) explica que las ciudades de refugio son un símbolo de la Torá. Cuando una persona es perseguida por pensamientos negativos o por errores del pasado, puede refugiarse en el estudio de la Torá y la meditación jasídica para redimirse espiritualmente.

👉 El Rebe de Lubavitch profundiza: la Torá es el refugio del alma, especialmente en tiempos de confusión o juicio. Estudiar Jasidut y conectar con el alma interior de la Torá brinda protección contra el “vengador interno”, el juicio severo del propio yo.

El Rabino Itzjak Ginsburgh enseña sobre los 42 viajes (מסעי בני ישראל) como una profunda metáfora del camino espiritual del alma judía a lo largo de su vida, basado en las enseñanzas del Baal Shem Tov y desarrolladas en la Cábala y Jasidut. Aquí te presento un resumen de sus enseñanzas más destacadas sobre este tema:

El Rabino Itzjak Ginsburgh, en su enfoque jasídico-cabalístico, ofrece una interpretación profundamente simbólica de las ciudades de refugio (arei miklat) mencionadas en la Parashá Masei. Estas ciudades, que servían como asilo para quien había matado sin intención, representan en sus enseñanzas no sólo una institución legal, sino una clave para el proceso de refugio, redención interior y tikún del alma.

🏙️ Ciudades de refugio según el Rab Ginsburgh

1. 🧠 Refugio del pensamiento

Según la Cabalá y la Jasidut, el asesino accidental representa a la persona que mata el alma de alguien — o incluso la suya propia — por distracción, negligencia espiritual o desconexión del propósito divino.

🔹 El Rab Ginsburgh enseña que en el nivel del alma, esto se relaciona con pensamientos negativos o incluso destructivos (ira, orgullo, apatía), que requieren un proceso de rectificación.

👉 ¿Dónde se refugia el alma?

En el pensamiento de Torá — en especial el estudio de la Torá interior (Sod), como la Jasidut, que calma la mente y protege del juicio.

2. 📚 La Torá como ciudad de refugio

Así como el fugitivo debía correr hacia una ciudad segura, el alma debe correr hacia el estudio de la Torá, en particular las enseñanzas del alma de la Torá — Pnimiut HaTorá — que revelan luz en momentos de oscuridad.

💡 “La Torá es un miklat – un refugio espiritual que transforma el alma del fugitivo en un recipiente de luz.”

3. 🔄 Proceso de Tikún (rectificación)

El hecho de que el asesino debía permanecer en la ciudad hasta la muerte del Kohen Gadol simboliza que la redención del alma requiere tiempo, y a menudo implica:

Separarse de hábitos y entornos dañinos (como salir de la ciudad),

Permanecer en un entorno sagrado (la ciudad de refugio = ambiente espiritual),

Esperar una transformación desde lo alto (la muerte del Kohen representa una renovación del liderazgo espiritual y del alma).

4. 🕯️ Seis ciudades – Seis sefirot

Hay seis ciudades principales de refugio, correspondientes a las seis sefirot emocionales:

Ciudad         Sefirá Tikún

Kadesh        Jesed  Purificación, intención positiva

Shechem      Guevurá      Control, límites

Jébron         Tiféret         Compasión y verdad

Betzer          Netzaj          Victoria sobre el ego

Ramot          Hod   Humildad y gratitud

Golan Yesod          Vínculo puro, comunicación sagrada

Cada una representa un área del alma emocional que puede necesitar reparación cuando una acción inconsciente ha “matado” o herido a otro.

5. 🕊️ La Jasidut como refugio emocional

El estudio de Jasidut jabad — con su estructura de meditación (hitbonenut), trabajo interior (avodá) y refinamiento de midot — funciona como una ciudad de refugio interior, permitiendo al individuo:

Dejar de huir de su error,

Asumir responsabilidad sin desesperación,

Transformar el juicio en misericordia.

✨ Conclusión

El Rab Ginsburgh revela que las ciudades de refugio no son sólo un elemento legal del Tanaj, sino un arquetipo de sanación espiritual en todos los tiempos. Cuando una persona hiere, cae o se aleja sin intención del camino, puede correr hacia la conciencia expandida de la Torá y redimirse profundamente.

🌄 Los 42 viajes según el Rab Ginsburgh

📌 1. Viajes del alma

Cada uno de los 42 campamentos mencionados en la parashá Masei representa una etapa espiritual en la vida del alma, desde su descenso al mundo físico (como un “Éxodo personal de Egipto”) hasta su regreso al origen divino, a través del Tikún y la elevación.

🔹 “Cada persona debe pasar por estos 42 viajes espirituales, de modo consciente o inconsciente.”

📌 2. Número 42 – El Nombre de Hashem

El número 42 alude al Nombre de 42 letras de Di-s (שם מ״ב), que en la Kabalá es conocido como el Nombre de Aná BeKoaj. Cada estrofa de este rezo corresponde a una de las etapas del alma en su elevación y rectificación.

🔠 Cada viaje está conectado con una letra del Nombre de 42, por lo que recitar el Aná BeKoaj conscientemente ayuda a avanzar por estas estaciones espirituales.

📌 3. De la esclavitud a la redención interior

Así como el pueblo salió de Mitzraim (Egipto, que simboliza los límites y estrecheces), el alma comienza en una situación de limitación espiritual, y su camino está marcado por pruebas, desafíos, y también momentos de elevación y conexión con lo divino.

💡 “Las dificultades y caídas en el camino no son interrupciones, sino estaciones necesarias para el crecimiento.”

📌 4. Aplicación práctica: cada etapa tiene su tikún

Cada una de las 42 etapas simboliza:

Un rasgo del carácter a refinar (midá),

Una situación de vida a comprender,

Una dimensión del alma a liberar.

🔄 El camino no es lineal, pero el conocimiento de estas estaciones nos permite dar sentido a cada fase de nuestra vida y trabajar activamente en el Tikún personal.

✨ En resumen:

Los 42 viajes son un mapa interno del alma.

Representan el proceso de hajnaá, havdalá y hamtaká (someter, separar y endulzar).

Están conectados con el Nombre de Di-s de 42 letras y el rezo del Aná BeKoaj.

Cada judío tiene su propio “trayecto por el desierto” hacia la Tierra Prometida, que es el estado redimido del alma.

🔚 Conclusión

Matot y Masei cierran el Sefer Bamidbar y marcan la preparación final para entrar en la Tierra Prometida. En el plano espiritual, nos enseñan:

El poder de la palabra y el compromiso consciente (Matot),

El viaje de la vida y el crecimiento interior (Masei),

Y el refugio que ofrece la Torá en el proceso de transformación y tikún.

Iluminaciones para Pirké Avot

Capítulo 2, Mishná 1
Rabí dijo: “¿Cuál es el camino recto que el hombre debe elegir? Aquel que es bello para quien lo sigue y bello ante los hombres. Sé tan cuidadoso con una mitzvá ligera como con una severa, porque no sabes la recompensa de las mitzvot. Calcula la pérdida de una mitzvá contra su recompensa, y la ganancia de una transgresión contra su pérdida. Considera tres cosas y no caerás en pecado: sabe lo que hay sobre ti —un Ojo que ve, un Oído que escucha, y todos tus actos están escritos en un libro”.

Los Comentaristas de la Mishná Plantean Muchas Dificultades sobre Nuestra Mishná:

A. ¿Cuál es el sentido de la pregunta “¿Cuál es el camino recto?”, si es un versículo explícito en las Escrituras: “…porque los caminos del Señor son rectos”, etc.? Es decir, ¡el camino de la Torá es el camino recto!

B. “[Un camino] que la persona debe elegir para sí”. ¿Acaso se le permite a cada persona elegir y decidir por sí misma cuál es el camino recto? ¡Si precisamente para eso fue entregada la Torá!

C. “Todo aquel que es un esplendor para quien lo hace, y un esplendor para él [a los ojos de] los demás”. ¿Acaso el camino recto se determina de acuerdo con la opinión de las demás personas?

Hay que decir que la explicación de la Mishná es la siguiente: no hay duda alguna de que el “camino recto” es el camino de la Torá y los preceptos (mitzvot). La pregunta de la Mishná es: ¿cuál es el camino recto para que el servicio a Dios y el cumplimiento de la Torá y los preceptos por parte de la persona sean en un estado de completitud?

La explicación es la siguiente: en términos generales, existen dos caminos ante la persona para cumplir la Torá y los preceptos. El primer camino es el del “estudioso de la Torá”, que se aísla en su tienda de estudio, apartado del bullicio del mundo, y su principal ocupación es el estudio de la Torá. El segundo camino es el del “trabajador” (en el servicio Divino), cuyo principal quehacer es el cumplimiento de los preceptos prácticos y el refinamiento de su carácter a través del trabajo.

Y he aquí que la Mishná enseña que el camino recto requiere que la persona camine por ambas sendas. Pues, “el principio de la sabiduría es el temor a Dios”, y antes de que la persona comience a cumplir los preceptos, primero debe aceptar sobre sí el yugo del Reino de los Cielos. Pero después de eso, el propósito principal es el cumplimiento de la Torá y los preceptos en la acción, junto con el sentimiento que emana del estudio de la Torá.

Dicho de otro modo, la intención de la Mishná es la siguiente:

La pregunta: “¿Cuál es el camino recto?”, es decir, ¿cuál es la completitud en el cumplimiento de la Torá y los preceptos?

Y la respuesta: “[Un camino] que la persona debe elegir para sí“, es decir, que el cumplimiento de los preceptos debe provenir de una elección y de la aceptación del yugo [divino], y a través de ello, el servicio de la persona se convierte en “un esplendor para quien lo hace”.

Sin embargo, con esto no es suficiente y es necesario que también haya “un esplendor para él [a los ojos de] los demás”. Es decir, que su “libertad” y su entusiasmo en la Torá y los preceptos influyan también en su entorno, de modo que incluso las personas que lo rodean aprendan a reconocer la belleza y el esplendor que hay en la Torá y los preceptos.

(Ver Sefer HaSijot 5719, p. 419; Sefer HaMaamarim Melukat vol. 4, p. 417, de la edición en hebreo)

De forma general, existen dos caminos en el servicio a Dios: A. El servicio con uno mismo: en el estudio de la Torá y en la oración. B. El servicio con el prójimo: la realización de actos de bondad (guemilut jasadim).

Y aunque es claro que uno debe ocuparse de ambos, por lo general, el enfoque principal (de cada persona) está en uno de los dos caminos, mientras que el segundo camino es secundario al primero.

Un ejemplo de esto lo encontramos en Raban iojanán ben Zakai, quien fue el “príncipe de la Torá” y enseñó Torá a Israel. Y, por otro lado, de Rabí Janiná ben Dosa no encontramos que haya enseñado Torá a la manera de Raban Iojanán ben Zakai, ni encontramos leyes en la Mishná en su nombre; pero su oración era más escuchada que la de Raban Iojanán ben Zakai.

Por lo tanto, se plantea la pregunta: “¿Cuál es el camino recto que debe elegir una persona?”. ¿Cuál es el camino preferido entre los dos: el servicio con uno mismo (Torá y oración) o el servicio con el prójimo (bondad)?

Rabí [Iehudá HaNasí] innova en nuestra Mishná que el camino deseable que “la persona debe elegir” es: “todo aquel que es un esplendor para quien lo hace” (el servicio con uno mismo) “y un esplendor para él de los demás” (el servicio con el prójimo). Es decir, que la persona debe ocuparse de ambos caminos en su totalidad, para que uno no vaya en detrimento del otro. La combinación de los dos caminos crea el “esplendor” (Tiferet).

(Ver Sefer HaMaamarim 5708, p. 209, de la edición en hebreo)

El Rebe y el Mashíaj

En el Mérito del Amor Gratuito (Ahavat Jinam)

Está escrito en la Guemará que la destrucción del Segundo Templo fue a causa del odio gratuito (sin’at jinam).

Y en base a esto, se entiende que el servicio espiritual específico para anular la causa del exilio (ya que nosotros somos el resultado de esa causa) es que no quede ni un solo remanente del asunto del “odio gratuito”, lo cual constituye el servicio general del “amor al prójimo judío” (ahavat Israel).

Esto quiere decir que, en lugar del asunto del “odio gratuito”, se efectúa el asunto del “amor gratuito” (ahavat jinam), a la manera de “la ventaja de la luz sobre la oscuridad” y “la ventaja de la sabiduría sobre la necedad”.

(Torat Menajem – Hisvaaduyot 5742, vol. 3, p. 1226)

Tzedaká (Caridad) y Redención

Es valioso y correcto conectar el aumento en la Tzedaká (caridad) con el aumento en el estudio de la Torá sobre temas del Mashíaj y la Redención.

Esto se logra cuando el aumento en la Tzedaká se realiza con la intención de acercar y apresurar la Redención, ya que la intención en sí misma es parte del estudio de la Torá sobre los asuntos de la Redención. Es el estudio (automáticamente en el pensamiento) del dicho de nuestros Sabios, de bendita memoria: “Grande es la Tzedaká, porque acerca la Redención”.

(Torat Menajem – Hisvaaduyot 5751, vol. 3, p. 163)

Comportarse como en el Tiempo de la Redención

El servicio y la preparación más adecuados para acercar la venida del Mashíaj y la Redención verdadera y completa, son sus mismos caminos. Es decir, acciones de nuestra parte que reflejen el orden de vida de entonces: amar al mundo con todo el reinado de Sha-dai y, de forma simple, la diseminación del Judaísmo para estudiar la Torá y cumplir sus preceptos de una manera que añada luz constantemente. Inmediatamente, esto ordena la eternidad: el cumplimiento de los preceptos en la práctica.

(Likkutei Sijot, vol. 27, p. 375)

La Anulación del Exilio – La Anulación de los “Tanques”

A través del cumplimiento práctico del Judaísmo, el estudio de la Torá y el cumplimiento de los preceptos, mediante su difusión y la anulación de la única causa del exilio —como decimos de una manera cercana y con un significado profundo: “A causa de nuestros pecados fuimos exiliados de nuestra tierra”—, disminuimos el exilio hasta su anulación final, por medio de la Redención verdadera y completa a través de nuestro justo Mashíaj.

(Igrot Melej, vol. 1, p. 228, de “Likrat Shabat”)

Exigir que el Mashíaj Venga

Mientras el Mashíaj aún no haya venido, es necesario que cada uno de Israel pida, y más aún, exija que venga nuestro justo Mashíaj. Como expresan nuestros Sabios (citado varias veces): “A causa de Rabí Tzidkiyahu ben Uzí… todos esos miles que cayeron en la guerra en los días de David, no cayeron sino porque no exigieron la construcción del Templo Sagrado”.

…Y si aquellos [fueron juzgados así]… nosotros… con mayor razón. Por eso, los primeros niños piadosos solían rezar… cada día… “Retorna Tu Presencia Divina a Sion y el orden del servicio a Jerusalén”, y educaban en esto dentro de Jerusalén, tanto en la oración misma como en la Bendición después de las Comidas.

(Likkutei Sijot, vol. 30, p. 182)

Viajamos hacia adelante

La Parashat Masei comienza con el versículo: “Estos son los viajes de los hijos de Israel que salieron de la tierra de Egipto”. El hecho de que la Torá utilice la forma plural “viajes” (masei) y no el singular “viaje” (masá), implica que hubo muchos viajes desde los cuales Israel salió de Egipto. Sin embargo, aparentemente, la salida de Egipto ya ocurrió en el primer viaje, desde Ramsés a Sucot, y todos los demás viajes fueron ya después de la salida de Egipto. Entonces, ¿por qué se dice “viajes” en plural?

La explicación es que entendemos que cada uno de los cuarenta y dos viajes que atravesaron los Hijos de Israel, desde que salieron de Egipto hasta que llegaron a las llanuras de Moab en el Jordán de Jericó —la Tierra de Israel—, es llamado con el nombre de “salida de Egipto”.

En esto hay una alusión a la “salida de Egipto” que ocurre en cada generación y en cada día. Como se entiende en los caminos de nuestro maestro el Baal Shem Tov: “Uno debe recorrer un camino de 42 sendas hasta que se considere a sí mismo como si él mismo hubiera salido ahora de Egipto”. El propósito es que la persona salga de sus limitaciones y fronteras (meitzarim, de la misma raíz que Mitzraim, Egipto), que son el cuerpo y el alma animal, y llegue a la “Tierra de la Vida”, que es la fe en la unicidad de Dios.

Debemos salir del “número” (ha’mispar) para entrar en el “relato” (ha’sipur). Y avanzar en el Nombre [de Dios]. Ya no necesitamos saber cuántos viajes quedan, porque después de que salimos de Egipto, ¿qué importa si hemos dejado de avanzar? ¿Acaso no hemos llegado ya al Santuario y al Santo de los Santos? Contemplemos las palabras de la Hagadá de Pésaj: “Todos somos sabios, todos entendemos, todos conocemos la Torá…”. Sin embargo, incluso para tal persona, se le dice: “Debes seguir avanzando”.

De aquí aprendemos:

A. Incluso quien se encuentra en una buena situación debe recordar que todavía necesita avanzar y ascender más y más, como una escalera, donde cada ascenso es una puerta a un ascenso mucho mayor.

B. También un judío que se encuentra en una mala situación, no buena, tiene prohibido mirar hacia atrás. Más bien, debe recordar que los viajes anteriores lo prepararon y lo hicieron apto para entrar en la tierra, etc. Y de aquí en adelante, el Santo, bendito sea, le dijo que debe mirar hacia adelante, y que a partir de ahora, es también el momento de avanzar, y así tendrá éxito en desarrollarse a partir de todo.

(Adaptado de Likutei Sijot, vol. 2, p. 348 y siguientes. De “Nishmatá de’Oraita”)


[1] “ויאמרו אם־מצאנו חן בעיניך . . אל־תעבירנו את־הירדן”

Rashi explica: “העדר הוא שמקומו יפה לגידול גזי צאן – el terreno es apto para la cría de rebaños lanudos”.
Y en eso consistía el deseo de las tribus de Gad y Reuven: “אל־תעבירנו את־הירדן – no nos hagas cruzar el Jordán”.

Pero como es sabido por las palabras del Rebe (el Rebe Maharash) que en todo aspecto material hay que buscar cómo llevarlo al ámbito del servicio a Dios, en especial en asuntos relatados en la Torá, y más aún cuando son parte de la Torá escrita.
Por tanto, debe decirse que también en este deseo de quedarse en la ribera oriental del Jordán hay una enseñanza en el servicio a Dios.

Y la idea es la siguiente:
El motivo por el cual las tribus de Gad y Reuven querían quedarse “בעבר הירדן – en la ribera oriental del Jordán” es porque allí había campos extensos aptos para la cría de rebaños, y sus propiedades eran numerosas.
Y como era sabido que en la tierra de Israel debían dividirse las tierras entre todas las tribus (incluyendo los que no tienen ganado), entonces la abundancia que ellos tenían en rebaños no iba a tener el mismo aprovechamiento en Eretz Israel.

Pero más allá de la dimensión literal, esto refleja también el deseo de tener espacio para el trabajo espiritual que se expresa en “מרעה צאן – el pastoreo del rebaño”, es decir, dedicarse con amplitud de tiempo y espacio a la Torá.
Y por eso querían quedarse “más allá del Jordán”, es decir, en un lugar donde no estuvieran tan involucrados en la guerra por la conquista de la tierra de Israel, sino pudieran dedicarse más profundamente al estudio de la Torá.

Y así lo vemos también en la respuesta de Moshé:
Él les dice que pueden quedarse allí solamente si primero van a ayudar a sus hermanos en la conquista de la tierra.
Es decir, se puede alcanzar un nivel elevado de “מרעה צאן” – dedicación al estudio y servicio espiritual, solo después de cumplir con el deber colectivo de la conquista material y espiritual de Eretz Israel.

(Según lo explicado en Likutéi Sijot, volumen 26, pág. 186, y en otros lugares – véase Shabat Parashat Matot-Masé 5746).

[2] נקודות ממשיחות קודש

Estos son los viajes de los Hijos de Israel que salieron de la tierra de Egipto…
(Bamidbar 33:1)

“Estos son los viajes de los Hijos de Israel que salieron de la tierra de Egipto” – y la pregunta es: ¿por qué se llama a todos los viajes por un solo nombre: “salida de Egipto”?
Además, ¿por qué se repite “estos son los viajes” si ya se ha dicho “salieron de la tierra de Egipto”?

La explicación es que la Torá emplea el término “viajes” (מסעי) en plural, para aludir a todos los desplazamientos del pueblo de Israel hasta que llegaron al río Jordán, en la frontera de la tierra de Israel.
Y como lo explica el Midrash: “Aunque solo la salida de Egipto fue un viaje específico, todos los demás son considerados parte de esa salida, porque cada paso fue para alejarse más de Egipto”.

(B) “Ellos salieron hacia el sur, en la frontera del desierto y del límite de la tierra de Egipto.”
Por eso se dice “viajes” (mas’ei) en plural – porque la ruptura con toda la esclavitud fue una salida gradual desde el centro mismo de Egipto hasta llegar a la plena libertad, completada por la mano de Moshé nuestro maestro.

(Likutéi Sijot, volumen 33, pág. 227)

Con la ayuda de Dios. En la noche de viernes (Erev Shabat Kodesh), Parashat Matot-Maséi, víspera de Rosh Jodesh Menajem-Av, 5744.ED

“Y designarás para ustedes ciudades de refugio” (Devarim / Deuteronomio 19:2)

Basado en una enseñanza del Rebe de Lubavitch, Parshat Vaetjanan, mes de Menajem Av, 5734 [1974]
(Transcripción no revisada por el Rebe – “hanajá bilti mugá”)

(Comienzo del maamar – discurso jasídico)

וְהִקְרֵיתֶם לָכֶם עָרִים עָרֵי מִקְלָט תִּהְיֶינָה לָכֶם וְנָס שָׁמָּה גּוֹאֵל… הִנֵּה פָּרָשָׁה זוֹ שָׁבָה

“Y designaréis para ustedes ciudades, serán para ustedes ciudades de refugio, y huirá allí el asesino…” — Esta porción (de la Torá) se repite…

Y es conocida la explicación del tema de las ciudades de refugio (incluso en el sentido interior – pnimiyut), que el concepto de ciudad de refugio representa la Torá misma.

Así también está citado en el Zohar (volumen III, 221a) que las palabras de la Torá son como ciudades de refugio.

Y se entiende de esto, que así como el que asesina sin intención (involuntariamente) debe huir a la ciudad de refugio para ser salvado de la “vengador de sangre”, de igual forma en el servicio espiritual del hombre, el alma divina puede encontrarse en una situación de peligro — por causa del pecado, o de la inclinación al mal — y para ser salvada, necesita refugiarse en las palabras de la Torá, que son su ciudad de refugio.

Y con más razón aún — incluso si no hay peligro aparente, de todas maneras, la esencia del propósito de la creación es que el alma descienda a este mundo material, y allí se ocupe del estudio de la Torá y la observancia de las mitzvot (preceptos), y entonces, la ciudad de refugio, es decir, el estudio de la Torá, se vuelve un lugar donde el alma está protegida, e incluso más: donde el alma se une completamente con la Divinidad, a través de la Torá.

“Cuando se dice ‘y huirá a una ciudad de refugio’, esto es también una expresión del concepto de ‘conversión’ en el caso del primer hombre (Adám Harishón) — después de haber comido del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal.

Y esto también está relacionado con el tiempo que hay entre Pesaj (la salida de Egipto, que comenzó el 15 de Nisán) y Shavuot (la entrega de la Torá el 6 de Siván), lo cual representa en general el concepto del exilio y la redención.”

(2) Y he aquí, la corrección de esto es a través de la Torá.
Es decir, la reparación del tema del “guirgurín” (refugio/errancia) del primer hombre, comienza con el camino de la Torá.

Y como el árbol del conocimiento del bien y del mal es “una mezcla de bien y mal”, por eso el árbol de la vida es la Torá, como está dicho: “es un árbol de vida para quienes de ella se aferran” (Proverbios 3:18), como explican nuestros sabios que “las tablas [de la ley] fueron hechas por Dios” y “la escritura era la escritura de Dios”.

Y por eso, la corrección es que el estudio de la Torá sea en pureza y con verdad, que no se mezcle con intereses personales o ajenos.
Y por eso, incluso el estudio de los niños, debe ser en pureza.

Y hasta los trece años — que es la edad de responsabilidad — deben ser educados en la Torá, para que el estudio mismo sea una protección y un escudo.

Y también, en el sentido más profundo, el árbol de la vida alude a la Torá en su esencia, tal como es, mientras que el árbol del conocimiento representa a veces incluso el estudio de la Torá cuando se hace con una mezcla de intereses ajenos.

Y así también se encuentra en el versículo: “Un rey con justicia establece la tierra” (Proverbios 29:4) — que alude a aquel que estudia la Torá con pureza, y es entonces como un rey, gobernando con justicia y trayendo paz al mundo.

Y en el Talmud se dice: “Quien acepta sobre sí el yugo de la Torá, se le quita el yugo del gobierno y el yugo de las preocupaciones del mundo”.

Y este es el significado del versículo: “Y me haréis un santuario, y moraré dentro de ellos” (Éxodo 25:8) — que la Torá se convierte en el lugar de la morada divina dentro del alma del judío. “Y me fue concedido favor, y he aquí que la ieshivá en la ciudad de refugio debe ser de tal manera que se llame: ‘y vivirá’.”

que incluso cuando se trata de mitzvot como honrar a los padres,
la Torá es superior, ya que la Torá y el Santo, bendito sea, son uno solo.

Por eso, la unión con la Torá es la unión más elevada.
Esto explica también por qué el aspecto de “palabra y acción” es llamado en muchos lugares “ramas” o “expresiones” inferiores.
Mientras que la Torá misma, por ser parte de la esencia divina, es más profunda y elevada.

Y por eso se dice en la Guemará:
“No fueron ellos quienes nos hicieron vivir, sino la Torá que hay en ellos.”

Es decir, no es la acción lo que nos da vida, sino la conexión con la Torá misma.

Y también cuando uno estudia la Torá sin intención adecuada, pero con esfuerzo, eso mismo ya lo conecta.
El esfuerzo en la Torá aproxima incluso al que está distante.

Como dijeron nuestros sabios:
“El estudio conduce a la acción” — pero más que eso:
La acción misma requiere del estudio para tener vitalidad.

Y en todos los casos, la unión del alma con la Torá es lo que genera elevación, transformación y vida espiritual.

como se explica en el Tania (capítulo 32), [1]


[1] (“Y [así] la palabra se convierte en envoltura y recipiente para la luz de la Torá.”

Aunque a veces el alma parece como si estuviera en un estado de exilio,
y atrapada en lo material — no obstante, incluso entonces, por medio del estudio de Torá con concentración,
puede uno despertar en su interior pensamientos de retorno,
aunque no sean perfectos ni completamente puros.
Incluso si los pensamientos se ven contaminados por lo corporal,
e incluso si su intención no es del todo pura,
no debe menospreciar ni abandonar el estudio de la Torá por ello.

Ya que la acción misma (la práctica del estudio) refina el alma,
y con el tiempo también la persona misma se refina.

Incluso si uno comienza con motivaciones no completamente altruistas,
eso no debe ser un impedimento, porque “de lo no puro vendrá lo puro”.
(Como dicen nuestros sabios: “A través de una acción repetida, el corazón también se purifica”).

Y si uno permanece constante en el estudio —
aunque no entienda todo, y aunque sienta que sus palabras no tienen la intención más elevada —
de todos modos, con el tiempo su alma interior se despierta.

A veces, el alma animal y el cuerpo también necesitan su “ciudad de refugio” espiritual.
Y en ocasiones, la oración misma actúa como esa ciudad de refugio.

Esto es lo que los sabios dijeron:
“Las palabras de Torá protegen”, incluso si la persona no tiene la intención más pura.
La protección espiritual se extiende también al alma animal y al cuerpo,
y a veces también la plegaria se incluye en esta categoría de ‘refugio’,
especialmente cuando está dicha con sinceridad,
y cuando uno la convierte en un espacio donde la presencia divina pueda residir.)

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