UNIFICACIÓN A TRAVÉS DE PARTZUFIM

Todos conocemos la frase: “Dos judíos, tres opiniones”. En ningún lugar es esto más pronunciado que en el estudio de la Torá. Cuanto más se aprende, más se siente que en realidad hay 70 facetas para la Torá, y no siempre parecen vivir en armonía. La razón profunda de esto es que el mismo Dador de la Torá es infinito y sólo Él crea la paz y la armonía, Abajo como Arriba. Cada palabra, cada letra de la Torá refleja el infinito, no sólo en profundidad, sino muchas veces, en variedad de interpretación. Como dicen los sabios: “‘Mira, ¿no es Mi palabra como fuego, afirma Dios, y como un martillo que hace pedazos una roca?’ Así como este martillo rompe [una piedra] en pedazos, así también, todas y cada una de las palabras que salieron de la boca del Santo Bendito Es se dividieron en lenguajes”.[1]

La distancia entre estos lenguajes de interpretación, subrayada por la dispersión global del pueblo judío, ha llevado a algunos a argumentar que la única manera de lograr la unidad y la coherencia es a través de la uniformidad. Sin embargo, el Rav Ginsburgh ha adoptado un enfoque diferente al problema de unificar nuestra comprensión de la Torá y nuestras costumbres distintivas: el método de construir un partzuf (literalmente, una personalidad) que coloca las interpretaciones competitivas, a veces contradictorias, en el contexto de un esquema o modelo más amplio. Podríamos escribir un libro entero analizando este método y la historia de su uso en el estudio de la Torá, sin embargo, comencemos nuestro viaje hacia lo que podría ser un nuevo paisaje y un idioma algo extraño para muchos presentando un ejemplo.

Elegimos revisitar un partzuf que hemos presentado aquí en los últimos[2] años debido a su hermoso y claro mensaje de unidad. La Torá enumera un número limitado de ganado kosher, “Este es el ganado que puedes comer, buey, oveja y cabra[3]“,junto con una lista de siete animales kosher que también pueden consumirse, “la gacela, el ciervo, el corzo, la cabra montés, el antílope, el búfalo y la jirafa”.[4]

Dado que hay 10 animales en estas dos listas, nos corresponde establecer una correspondencia uno a uno entre ellos y las diez sefirot. Las tres especies de ganado kosher (buey, oveja y cabra) corresponderán naturalmente a las tres primeras sefirot, corona, sabiduría y entendimiento; los siete animales kosher corresponderán a las siete sefirot del corazón – bondad, poder, belleza, victoria, agradecimiento, fundamento y reinado. Pero queremos centrarnos en las especies animales kosher. Comenzamos observando que la suma de los valores de sus nombres tal como aparecen en la Torá, Aial uTzvi veIajmur veAko, veDishon uTeo vaZamer (אַיָל וּצְּבִי וְיַחְמוּרּ וְאַקּוֹ וְדִישֹׁן וּתְּאוֹ וָזָמֶר) es 1568. Pero este número[5] es 7 por 224, donde el valor de la palabra “camino”, (derej דֶּרֶךְ) es 224. Podemos tomar esto como inspiración para argumentar que los siete animales kosher representan diferentes caminos, cada uno único e igualmente deseable, en el servicio a Dios. Nuestro primer paso es trazar la correspondencia entre los 7 animales kosher y las 7 sefirot inferiores del corazón (no nos extenderemos sobre esto), y luego nos gustaría identificar uno de los caminos puros de servicio Divino en nuestra generación con cada una de las 7 sefirot inferiores.

El producto final es el siguiente partzuf, o modelo:

  Poder – guevurá Ciervo (צְבִי) Maestros de la Torá Revelada   Bondad – Jesed Gacela (אַיָּל) Vestidos de Blanco
 Belleza – Tiferet corzo (יַחְמוּר) Jabad 
Agradecimiento – Hod antílope (דִישֹׁן) Maestros de Musar Victoria – Netzaj Cabra montés (אַקּוֹ) Torá de la Tierra de Israel
 Fundamento – Iesod Búfalo (תְאוֹ) Jasidut General 
   Reinado –Maljut Jirafa (זָמֶר) Breslov 

La belleza del pueblo judío está en nuestra variedad, no en nuestra uniformidad. Cuando cada grupo y camino reconoce que es parte de un mosaico que juntos forman el primogénito de Dios, se hace más fácil respetar y aceptar los roles que cumplen otros grupos y caminos.

Expliquemos la correspondencia entre cada uno de los caminos del servicio Divino y su sefirá.

  • Los que visten ropas blancas: La gacela corresponde a bondad y a Abraham, el alma arquetípica de la bondad. Simboliza el camino divino de los cabalistas sefaradíes que visten ropas blancas (especialmente en Shabat) y que se concentran en revelar la luz de la bondad que se encuentra en la Cabalá (como dijo Rabí Shimon bar Iojai a sus estudiantes antes de morir: “Nuestro camino se basa en el amor”[6]).
  • Maestros de la Torá revelada: El ciervo, que representa el poder y a Itzjak, simboliza la tradición lituana de estudiar públicamente sólo los aspectos revelados de la Torá. Este camino se centra en el debate intelectual llamado figurativamente “la batalla de la Torá”[7], miljamta shel Torá (מִלְחָמְתָה שֶׁל תוֹרָה), que también contrae y limita fuertemente (ambos aspectos de la sefirá de poder) la luz interior de la Torá.[8]
  • Jabad: El corzo, que representa la sefirá de belleza y a Iaacov, alude al servicio Divino de Jabad. Las ieshivot de Jabad se llaman Tomjei Temimim (lit., “Los que apoyan la honestidad”), un nombre que se relaciona con Jacob, quien es descrito como un hombre honesto[9]. La metodología de Jabad pone gran énfasis en equilibrar las enseñanzas internas de la Torá, la Cabalá y el Jasidut (que corresponden a bondad), con sus enseñanzas reveladas (que corresponden a poder). El servicio que refleja la sefirá de belleza puede describirse como “Contemplar la belleza del rey”[10], revelando la belleza de Dios a través de una profunda meditación intelectual.
  • Torá de Eretz Israel: El ibex, cabra montés, que corresponde a la sefirá de victoria, simboliza la Torá de la Tierra de Israel, que enfatiza la naturaleza eterna (un sinónimo de victoria) del pueblo judío y la perspectiva victoriosa necesaria para aferrarse a la Tierra de Israel. La victoria es una rama de la bondad y la Torá de la Tierra de Israel recibe su vitalidad del camino de los cabalistas que corresponde a la bondad, como se mencionó anteriormente.
  • Musar: El antílope corresponde a la sefirá de reconocimiento y simboliza el camino del musar, las enseñanzas de la Torá dedicadas a rectificar el carácter moral del hombre. Seguir el camino del musar requiere que el individuo esté dispuesto a reconocer las imperfecciones de su carácter. Las imperfecciones en sí mismas son causadas por una facultad deficiente de agradecimiento y reconocimiento, como lo sugiere el versículo: “Mi agradecimiento se ha convertido en mi destructor”.[11]  En el volumen de musar, Los Deberes del Corazón, se explica que la base de todo carácter moral es la capacidad de ser agradecido y dar gracias cuando es debido. La acción de agradecer es una extensión de la sefirá de poder y, de hecho, servir a Dios a través de la elevación del comportamiento moral es omnipresente en la Torá lituana (que corresponde a poder, como se mencionó anteriormente).
  • Jasidut general: El búfalo, que representa fundamento, simboliza el camino del Jasidut universal (que se desarrolló principalmente en Polonia, Galicia y Rumania). El Jasidut general se basa en la noción de aferrarse al tzadikla persona santa y justa que lidera cada grupo. El tzadik es descrito como el fundamento del mundo y a través del tzadik cada uno de sus seguidores alcanza un estado de rectitud acorde con su propio estado individual.
  • Breslov: La jirafa corresponde a la sefirá de reinado y simboliza el camino de Breslov. La esencia del camino de Breslov requiere asumir la postura de alguien que no tiene nada propio y se encuentra en total súplica ante el Todopoderoso. Esta es la postura espiritual del Rey David, quien se describió a sí mismo como “Yo soy oración”[12].  Reinado representa un estado de conciencia en el que una persona se percata de que no posee nada que sea suyo, sino que todo le es dado por Dios. El método de Breslov para reponerse a uno mismo se basa en la búsqueda de los propios puntos buenos, el secreto del verso: “Cantaré a mi Dios mientras exista”[13] – buscar lo bueno en mi existencia. Esto también está relacionado con la sefirá de reinado y con el nombre hebreo de este animal, zemer זֶֶמֶר, que es el mismo que la palabra hebrea para “canto” (זֶֶמֶר).

VER TAMBIÉN:


[1] Shabat 88b

[2] Wonders Número 34 (Re’e 5782). Véase allí una explicación más completa de este partzuf.

[3] Deuteronomio 14:4

[4] Ibíd. 14:5. Es importante tener en cuenta que la identificación de los 7 animales kosher no es precisa. No tenemos una tradición clara acerca de a qué animales se refiere la Torá.

[5] 1568 es también el valor de un versículo muy importante que describe el camino del servicio a Dios: “En todos tus caminos conóceLe y Él enderezará tu senda», [Proverbios 3:6] (בְּכָל דְּרָכֶיךָ דָעֵהוּ וְהוּא יְיַשֵּׁר אֹרְחֹתֶיךָ)

[6] Zohar 3:128a

[7] Meguilá 15b

[8] Hay que subrayar que los maestros de la metodología lituana no se oponen a las enseñanzas de la Cábala y la mayoría profundiza en ellas en privado. Pero hay otros que invalidan por completo la dimensión interior de la Torá. Su camino ya no puede incluirse entre los animales/caminos kosher del servicio Divino. Tal perspectiva es como el desperdicio espiritual de Esav-Itzjav. De hecho, el midrash describe que «la cabeza de Esav yace en el pecho de Itzjak» y aquel que se opone a las enseñanzas internas de la Torá puede aún tener una mente afinada para el estudio profundo del Talmud.

[9] Génesis 25:27

[10] Zohar 1:199a

[11] Daniel 10:8

[12] Salmos 69:14

[13] Salmos 104:33 y 146:2

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