ROSH HASHANÁ Y LOS PATRIARCAS

LOS PEDIDOS

En Rosh Hashaná, le pedimos a Dios que nos inscriba y selle para un buen año tanto en asuntos físicos como espirituales. Le pedimos hijos, vida y sustento, todo en abundancia. El sonido del shofar incluye tres sonidos: tekia, shevarim y terua. La tekia es un simple grito a Dios. El shevarim es como un gemido, y la terua es como un llanto.

El Arizal dice que la intención más simple que debemos tener durante el toque del shofar es despertar el mérito de los Patriarcas. Los tres sonidos diferentes corresponden a los tres Patriarcas, respectivamente. A nivel emocional, los patriarcas Abraham, Itzjak y Iaacov corresponden a los atributos de bondad (jesed), poder (guevurá) y belleza (tiferet), respectivamente. En la fuente de las emociones en la mente, los Patriarcas corresponden a la sabiduría (jojmá), el entendimiento (biná) y el conocimiento (da’at).

Del versículo Salmos 89:16 “Feliz es la nación que conoce la terua, Dios, a la luz de Tu rostro caminarán” אשרי העם יודעי תרועה ה’ באור פניך יהלכון,  aprendemos que la terua es da’at, correspondiente a Iaacov. Mientras que Abraham e Itzjak tuvieron hijos no-santos, Ishmael y Esav, la descendencia de Iaacov es toda santa. Terua está relacionado con los hijos, la persona que reza por los hijos llora reflejado por el sonido de la terua.

El versículo dice Proverbios 3:16: “Larga vida en su derecha, en su izquierda riqueza y honor”, אֹרֶךְ יָמִים בִּימִינָהּ בִּשְׂמֹאולָהּ עֹשֶׁר וְכָבוֹד. De este versículo aprendemos que la derecha va junto con la vida, mientras que el sustento está relacionado con la izquierda. Abraham es la derecha e Itzjak la izquierda. El momento de tener en mente la vida propia es durante el sonido de tekia, el sonido simple, correspondiente a Abraham.

Cuando no tenemos sustento nos quejamos, estamos rotos. En hebreo, la palabra para ‘quebrantado’ es ‘shever‘, la raíz del sonido shevarim del shofar. Shever también significa ‘sustento’ como en ‘shever en Egipto’, los alimentos que Iaacov encargó a sus hijos para que trajeran a casa desde Egipto. Gracias al shevarim de Itzjak despertamos la misericordia de lo alto y atraemos el sustento.

SHANÁ TOVÁ UMETUKÁ

VER TAMBIÉN:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *