El libro de Devarim (Deuteronomio) es pronunciado por Moshé “de su propia boca” para la generación que entra en la Tierra de Israel, la cual necesita que la palabra de Hashem emane “de abajo hacia arriba”, como está dicho: “La verdad brotará de la tierra”. Este es también la visión de la redención, en la cual cada judío conocerá y anunciará la palabra de Hashem desde lo más profundo de su ser.
Explicación sobre las diferencias en la transmisión de la Torá entre los primeros cuatro libros y el libro de Devarim
Los sabios enseñan que los primeros cuatro libros de la Torá fueron transmitidos por Moshé Rabenu “directamente de la boca del Todopoderoso” (Mipi HaGevurá), mientras que el libro de Devarim fue dicho “de su propia boca” (Mipi Atsmo). Por supuesto, “todo es Torá, y Moshé lo dijo por inspiración divina”, y “quien diga que la Torá no proviene de Hashem, ni siquiera un solo versículo o una sola palabra, si dice que Moshé lo dijo por sí mismo, es un hereje en la Torá”. Se trata de dos niveles en la revelación de la Torá: los primeros cuatro libros son profecía en su grado más elevado, la profecía de Moshé Rabenu, el maestro de todos los profetas, que profetizaba con una claridad especial, donde la palabra de Hashem desciende ‘pura’ desde los cielos, de arriba hacia abajo, y solo ‘pasa’ a través de Moshé. En contraste, el libro de Devarim fue dicho con Ruaj HaKodesh (según la interpretación de Tosafot de “Mipi Atsmo“), que surge de abajo hacia arriba, donde la palabra de Hashem se viste en Moshé Rabenu y emana de él, de su personalidad y su intelecto, “la Shejiná habla desde la garganta de Moshé” (siendo “Mishné Torá” la raíz de la Torá Oral, que asciende desde abajo frente a la Torá Escrita, como es sabido). Y el maravilloso indicio: “Mipi HaGuevurá” (de la boca del Todopoderoso) y “Mipi Atsmo” (de su propia boca) suman exactamente igual a Nabuá (profecía) y Ruaj HaKodesh (inspiración divina).
¿Cuál es la raíz de esta diferencia? Los primeros cuatro libros de la Torá fueron dichos por Moshé Rabenu a la generación del desierto, mientras que el libro de Devarim fue dicho a la generación que entraría en la Tierra de Israel. A la generación del desierto, conocida como la “generación del conocimiento” (Dor Deá), cuyas almas pertenecen al mundo de Atzilut (relacionadas con Moshé Rabenu, quien representa el conocimiento del pueblo de Israel), les corresponde recibir la palabra de Hashem de una manera celestial y elevada. En contraste, la generación que entraría en la Tierra de Israel, una generación más baja con almas del mundo de Beriá (relacionadas con una conducción más baja, la de Yehoshua Bin Nun, “la extensión de Moshé en cada generación”), necesita una Torá que surja de abajo hacia arriba, como “la verdad brotará de la tierra”, la palabra de Hashem que emana de la realidad terrenal en la que deben ocuparse.
En el desierto (y de manera similar en el exilio, en el “desierto de las naciones”), el enfoque principal está en la separación del pueblo de Israel y en la revelación de Hashem como “nuestro Dios”, “el Dios de Israel” (por eso en el Monte Sinaí “descendió el odio hacia las naciones del mundo”). En cambio, en la Tierra de Israel, el enfoque está en la revelación de Hashem en la misma realidad, como “el Rey del mundo” (hasta que “el Monte del Templo de Hashem será establecido en la cima de las montañas… y todas las naciones correrán hacia él”). Y el indicio:
Israel-Olam (los dos objetivos de la revelación divina) también suman igual que “MipiHaGuevurá“-“MipiAtsmo” (Nabuá–Ruaj HaKodesh).
ישראל–עולם (שני יעדי גילוי האלקות) עולים
“מפי הגבורה“-“מפי עצמו” (נבואה–רוחהקדש)
En general, cuanto más nos alejamos del evento de la revelación en el Monte Sinaí, que es la fuente de la profecía desde arriba, más se enfatiza el Ruaj HaKodesh desde abajo. En particular, esta es la relación constante entre las generaciones: la Torá que se nos transmite de la generación anterior se considera como profecía (‘Torá desde los cielos’) y el estudio y aplicación de la Torá en el presente se consideran como el Ruaj HaKodesh de los sabios de la generación actual. Sin embargo, no se trata solo de una ‘descendencia de las generaciones’ (de arriba hacia abajo), sino también de una ‘ascensión de las generaciones’ (de abajo hacia arriba) hacia la redención, en la cual Moshé Rabenu impregnará a todo Israel con la fuerza de la revelación de la Torá “de su propia boca”. Entonces, cuando “derramaré Mi espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas, etc.”, cada uno tendrá el mérito de recibir la revelación de la Torá “de su propia boca” – según su carácter único, “pondré Mi Torá en su interior y la escribiré en su corazón” – y se cumplirá lo que está escrito “no enseñará más ninguno a su prójimo ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoced a Hashem, porque todos me conocerán, desde el más pequeño hasta el más grande”.