UNA SUCÁ PARA TODOS

Es bien sabido que la festividad de Sucot está relacionada con la unión judía. Muchos están familiarizados con la analogía de las 4 especies (citrón, palmera datilera, mirto y sauce) con los 4 niveles de observancia dentro del pueblo judío: Estudio de Torá y cumplimiento de preceptos, sólo estudio de Torá, sólo cumplimiento de preceptos, y ninguno de los dos. Pero aquí nos centraremos en el dicho de los sabios que dice:

”Todo el Pueblo judío merece sentarse en una sucáh” 1

כָּל יִשְׂרָאֵל רְאוּיִם לֵישֵׁב בְּסֻכָּה אֶחָת

kol Israel reuim leishev basucáh ajat

Como todos los dichos de los sabios este también proviene de un verso de la Torá, en este caso:

“Y morarás en sucot siete días, todo todo ciudadano en Israel morará en sucot” 2

בַּסֻּכֹּת תֵּשְׁבוּ שִׁבְעַת יָמִים כָּל הָאֶזְרָח בְּיִשְׂרָאֵל יֵשְׁבוּ בַּסֻּכּת

Besucot teshvú shivat iamim col haezraj beIsrael ieshvú besucot

El significado literal simple de este dicho de los sabios, es decir su implicación hal ájica -legal, es que podemos cumplir la mitzvá de sentarnos en una sucáh incluso en la sucáh de otro, siempre que nos la “preste”. Sin embargo, este principio pudo haber sido establecido simplemente, sin utilizar una frase tan ampulosa como “todo el pueblo merece…” La elección del estilo ciertamente alude a algo muy importante que tiene que ver con la unidad judía. Muchos comentarios indagan en el interrogante de por qué los sabios eligieron este estilo de formular esta halajáh .

El principio espiritual subyacente en todas las respuestas que veremos es que hay una luz abarcadora que une y envuelve a todo el pueblo judío y que esa luz está revelada en la sucáh . Siguiendo el método que empleamos usualmente, ordenaremos las distintas opiniones sobre qué genera esta especial unidad de la festividad de sucot, que hace posible para todos los judíos sentarse en una sucáh, juntos, de acuerdo a su correspondencia con las sefirot, los canales de emanación Divina.

Corona: Fé

Hay algo que es un común denominador para todos los judíos que nos hace iguales: nuestra fe. No siempre somos concientes de ella. Especialmente cuando una persona pasa por alguna suerte de test o prueba o dificultad en la vida, la fe aparece. Si no hay dificultades en la vida, puede ser que una persona durante 70 años de vida nunca disfrute de la grandeza de la fe supra conciente que está arraigada inherentemente en él. De hecho, La prueba de la fe es la principal.

Si una persona es capaz de resistir y pasar la prueba de la fe, entonces esa fe que hasta ese momento era inconciente, se vuelve conciente (en la terminología cabalística, la sefirá de la corona se revela en la sefirá de conocimiento).

El Zohar llama a la sombra que produce el sjaj ( סכך ), las ramas que conforman el techo de la sucáh : “la sombra de la fe” 3 ( צִלָא דִּמְהֵמְנוּתָא , tzela demeheimenuta ). Como la fe, la sombra es algo de la cual no somos concientes. Sentarse en la sucáh es entonces como sentarse a la sombra de nuestra propia fe. El techo de la sucáh representa la supra conciencia (la sefiráh de la corona) de uno mismo. Una de las limitaciones legales de la Halajáh acerca de este techo de la sucáh es que no debe ser más alto que 20 codos (8 metros aprox), lo que alude también la sefiráh de la corona porque la palabra “veinte” ( עשרים , esrim ) y “corona” ( כתר , keter), suman 620. Si las paredes de la sucáh fueran más altas que eso, entonces estaría sentado más bien a la sombra de la pared y no del techo, como corresponde. Dicho de otra manera, si el techo-corona de la sucáh fuera más alto que 20 codos sería como si mi supra conciencia se hubiera separado demasiado y no podría ser inspirado o percibir mi propio poder de la fe.

Entonces, respecto a la sefirá de la corona, encontramos que la fe es lo que todos tenemos en común y esa fe en común nos reúne posibilitándonos que nos sentemos bajo una misma sucá. Por cierto, el común denominador de la fe nos permite superar todas las dificultades que hemos enfrentado como pueblo durante todas las generaciones.

Sabiduría: la sabiduría judía original

Es interesante que en todo el Tania, siempre que su autor, el Alter Rebe, enumera los poderes del alma no menciona a la sefirá de la corona ni una sola vez. En cambio, siempre comienza con la sefiráh de sabiduría. Esto es sorprendente porque uno de los puntos centrales del Jasidut son los poderes supra concientes de la sefiráh de la corona en el alma. Incluso cuando el Tania habla de la fe, la atribuye a la sabiduría.

Normalmente pensamos acerca de sabiduría como una de nuestra facultades intelectuales, pero en el Tania, El Alter Rebe explica que la sabiduría está completamente por encima del intelecto e incluye los poderes de fe y auto sacrificio (en tanto una fuerza unificadora, se revela especialmente cuando nos vemos forzados a defender a nuestro pueblo de nuestros enemigos, la necesidad del auto sacrificio nos hace a todos iguales en nuestro deseo de salvar a nuestro pueblo).

Similar a la expresión “la sombra de la fe” que vimos antes, en el Libro de Eclesiastes encontramos “a la sombra de la sabiduría” 4 ( בְּצֵל הַחָכְמָה , betzel hajojmá ). La noción de que la sabiduría también tiene una sombra se refiere al aspecto interior de la sabiduría a que se refiere el Tania, hablando de los poderes de la fe y el autosacrificio inherentes en la sabiduría.

Todo judío tiene un poder absoluto de auto sacrificio por aquellas cosas que siente lo desconectarán totalmente de Dios. Este poder se manifiesta usualmente más fácilmente en aquellos que saben menos. De hecho, a veces cuando una persona es muy intelectual, incluso si su intelecto está centrado sólo en la Torá, de mente completamente santa, no obstante es más difícil revelar este poder. De todas maneras, el aspecto interior de la sabiduría nos une a todos.

Entonces, lo que hemos visto hasta ahora respecto a la sabiduría es que en el Tania la corona y la sabiduría parecen ir juntas, incluso una en lugar de la otra, cuando se enumeran los poderes del alma. Encontramos algo similar respecto a Rosh Hashaná . Por un lado dura 2 días, que corresponden a la corona y la sabiduría. Pero desde muchas perspectivas, estos dos días son considerados uno, tanto halágico -legal 5 como espiritualmente. En el lenguaje del Zohar esta conexión especial entre la corona y la sabiduría es descripta como: “El aspecto interior del principio padre [sabiduría] es el mismo que el aspecto interior de Atik [la mitad superior de la corona]”, ( פְּנִימִיּוּת אַבָּא פְּנִימִיּוּת עַתִּיק , pnimiut aba pnimiut atik ).

Todo esto nos lleva a decir que 6la sabiduría original judía no está centrada en el intelecto. Es verdad que muchas veces los judíos son también sabios intelectualmente, pero la verdadera sabiduría del pueblo judío es nuestra fe en Dios. Esta es la clase superior de sabiduría. Por ejemplo, cuando un judío enfrenta una prueba o una dificultad en la vida, actúa sabiamente teniendo fe en que Dios le dará la fortaleza para sobreponerse a esa dificultad. El Rebe Najman de Breslov dijo que una persona que se desespera es un tonto. 7Ser sabio significa tener fe en que puedes sobreponerte y salir fortalecido. Tener un punto de vista optimista es la esencia de la sabiduría judía.

Demos un ejemplo de cómo la fe y la sabiduría están conectadas y cómo la sabiduría original judía es en sí misma fe. Hubo una vez una disputa entre los grandes sabios del Arizal, el gran Cabalista, acerca de cómo entender la noción de la contracción de la luz infinita de Dios, que introdujo en sus enseñanzas. Hubo sabios que pensaron que la contracción debía ser entendida literalmente, o sea que la luz infinita de Dios se contrajo y no está presente desde la creación. Pero hubo otros que entendieron que esto es por supuesto imposible y que la contracción debía ser entendida sólo como una metáfora. Los sabios jasídicos por supuesto decidieron como estos últimos, y dijeron que nada ha cambiado en la luz infinita de Dios, que está tan presente ahora como lo estaba antes de la creación.

Ahora, el Alter Rebe explicó que una persona que no tiene una fe absoluta en lo que escribió el Arizal –que es todo una revelación de Eliahu el profeta y cien por ciento verdad- por más perspicaz que la persona pueda ser intelectualmente, no podrá interpretar correctamente al Arizal. Pero yo, dijo sobre sí mismo, creo con fe absoluta que cada palabra del Arizal es verdad y por lo tanto cuento con la ayuda Divina para interpretarlo correctamente.

Lo que aprendemos de esto es un punto muy importante acerca del intelecto mismo: sólo una persona que tiene fe absoluta en la veracidad de una cierta enseñanza, puede comprenderla verdaderamente. El corolario por supuesto es respecto a profesores de Cabalá y sus comentarios académicos. Como las personas que se ocupan en esta disciplina no creen absolutamente en la verdad de los escritos que están estudiando, sus interpretaciones son incorrectas. La fe es un tipo de conexión, y cuando alguien tiene fe absoluta entonces está conectado con el tópico que estudia.

Entonces, ahora hemos visto que hay una sombra de la fe y una sombra de la sabiduría. La primera se refiere a la fe en Dios, la segunda en nuestra fe en la Torá, nuestra firme fe que Moshé es verdad y su Torá es verdad. Entonces, cuando nos sentamos a la sombra de la sucáh, nos estamos sentando a la sombra de ambos tipos de fe.

Entonces, merecemos sentarnos en la sucáh también en cuanto a sabiduría, porque la sucáh infunde también la sombra de la sabiduría.

Entendimiento: Todos están Purificados

Iom Kipur es como una mikveh , un baño ritual purificador en el cual nos sumergimos por un día. Cuando una persona se sumerge en una mikveh , emerge limpia de toda negatividad espiritual. De manera similar, luego de sumergirse en Iom Kipur emergemos limpios de todos nuestros pecados. Entonces, cuando salimos de Iom Kipur, estamos en un estado de pureza espiritual y eso nos permite entrar juntos a la sucá, unidos.

La pureza ritual y estar limpios de pecados nos proporciona un corazón puro que nos unifica. El verso dice: “Crea en mi un corazón puro” 8 ( לֵב טָהוֹר בְּרָא לִי אֱלֹקִים , lev tahor berá li Elokim ). Las iniciales de las tres primeras palabras forman la raíz del verbo “sumergirse”, טָבַל , tava. Por esta razón, este verso es considerado una kavana , la intención espiritual de la mikve , que debemos tener en mente cuando estamos bajo el agua. Estas mismas letras también forman la palabra “anulado”, בטל , batel , indicando en qué nos afecta la mikve , la anulación.

Esta explicación de la unidad judía está diciendo que la única razón por la cual no podemos unificarnos es porque vemos el desperfecto en los otros judíos y esto nos molesta. Pero la verdad es que la razón de que veamos imperfecciones en los otros en primer término es porque nosotros mismos somos imperfectos e impuros. Entonces cuando nos volvemos puros nos podemos unificar.

Lo mismo es verdad en la relación entre marido y mujer. Si la mujer no está ritualmente pura, no puede haber unión marital. Pero una vez que ella se purifica en la mikve , la pareja tiene la mitzvá de estar juntos.

El punto es que si no siento amor por todos los demás judíos, entonces esto es una indicación de que yo todavía no estoy puro. Pero después de Iom Kipur, un fuerte estado de pureza nos permea a todos y así podemos conseguir una verdadera unidad y sentarnos juntos en la misma sukáh .

Esta explicación particular del dicho de los sabios corresponde a la sefirá de entendimiento, que en Cabaláh es sinónimo del concepto de “pureza”, ( טָהֲרָה , taharáh ).

Similar a la conexión entre sabiduría y corona, el algo estado de pureza conseguido durante Iom Kipur refleja la identidad entre entendimiento y la esencia interior de la corona, el estado de placer en la corona se revela a través del principio madre ( הִתְגָלוּת עֲתִיקָא בְּאִמָּא , hitgalut atika veima ). Por eso cuando estamos puros sentimos placer al unirnos con los demás judíos. Hay una lección psicológica en todo esto, cuando estamos limpios queremos conectarnos con los demás, pero cuando estamos manchados (sucios en un sentido espiritual) no queremos estar cerca de los demás.

Conocimiento: la sucáh apunta a nuestras necesidades

La siguiente explicación tiene que ver con la mitzváh de las Cuatro Especies. Cada especie representa una clase diferente de judío como es bien sabido, pero cuando los unimos dentro de la sucáh , la luz abarcadora los une a todos y ya no se pueden considerar separados. Las Cuatro Especies representan la corporalidad física del pueblo judío, de las que hay 4 tipos, pero la luz abarcadora que los une representa su unidad singular en su totalidad respecto de sus almas. En el reino de las almas, los judíos no pueden ser distinguidos uno del otro, cada una es “una verdadera parte de Dios [uno, indivisible]” por más paradójico que pueda parecer esta declaración. La luz abarcadora o que rodea, que revela las almas como una, es llamada las luces abarcadoras del principio madre ( מַקִּיפִין דְּאִמָּא , makifim deima ), actuando como una madre hacia sus hijos.

Por cierto, ambas explicaciones están relacionadas con el principio madre, con la sefirá de bináh , entendimiento. Sin embargo, primero hemos explicado cómo nos elevamos al nivel de pureza y de esa manera así conectarnos con el principio madre. En la presente discusión, veremos que este principio es el que desciende y a través de su manifestación en la sucáh une a sus hijos (simbolizados por las cuatro especies) por el poder del conocimiento. Conocimiento y entendimiento son interdependientes interdependencia, “si no ha conocimiento no puede haber entendimiento y si no hay entendimiento no puede haber conocimiento”.

Para ver cómo figura el conocimiento en el esquema de la unidad a través de la sucáh , tenemos que mencionar el verso que sigue a ese del cual los sabios infieren que todos los judíos son meritorios de sentarse en bajo la misma sucáh: 9

“Para que conozcan tus generaciones en Sucot establecí a los hijos de Israel

cuando los saqué de la tierra de Egipto, Yo soy Havaiáh tu Dios”

לְמַעַן יֵדְעוּ דֹרֹתֵיכֶם כִּי בַסֻּכּוֹת הוֹשַׁבְתִּי אֶת בְּנֵי יִשְׂרָאֵל בְּהוֹצִיאִי אוֹתָם מֵאֶרֶץ מִצְרָיִם אֲנִי י־הוה אֱ־לֹהֵיכֶם

Lemaan iedú doroteijem ki besucot hoshavti et Bnei Israel

behotzihí otam meeretz Mitzraim, ani Havaiáh Elokeijem.

Entonces, la Torá nos dice que el propósito de sentarnos en la sucáh es tener conocimiento. Como explicamos antes, esto se refiere a atraer nuestra fe supra conciente y hacerla conciente en nuestra facultad de conocimiento. El alter Rebe escribe que esto tiene una implicancia halágica/legal. Por ejemplo, cuando ingerimos nuestro primer bocado de comida en la sucáh en la primera noche de Sucot, uno debe tener en mente que el techo de ramas representa las nubes de gloria (las Sucot mencionadas en el verso) con las cuales Dios nos rodeó y protegió al salir de Egipto.

Veamos ahora más específicamente cómo todo esto lleva a la unidad. Los sabios señalan que la mayor fuerza que divide a los judíos y los separa es la facultad ( sefiráh ) de conocimiento. Citando su expresión: 10 “Porque sus conocimientos no son iguales y sus rostros no son iguales “,( שֶׁאֵין דַּעְתָּם דּוֹמָה זֶה לָזֶה וְאֵין פַּרְצוּפֵיהֶן דּוֹמִים זֶה לָזֶה , Sheein daatam domah ze lazeh, vein partzufeihen domim zeh lazeh ). Como nuestras facultades de conocimiento son tan variadas, los judíos siempre tienen miles de opiniones. “Dos judíos, tres opiniones”. El gran desafío y también la única estrategia que puede funcionar para crear unión es centrarse en el punto mismo de donde surgen las divergencias. La unificación judía debe comenzar dirigiéndonos a nuestras capacidades de conocimiento.

¿Cómo podemos lograr el éxito? Una de las obras litúrgicas que decimos en la plegaria de Neiláh de Iom Kipur dice:

“Las necesidades de nuestro pueblo son numerosas y variadas, y su conocimiento es corto”

מְרֻבִּים צָרְכֵי עַמְּךָ וְדַעְתָּם קְצָרָה

merubim tzarjei ameja vedataam ktzará )

La razón de que una persona sienta que tiene muchas necesidades diferentes es que su sefiráh de conocimiento es lo que se llama “corta”, דַעַת קְצָרָה , daat ktzaráh. En este contexto, “corto” significa “limitado”. Tenemos muchas necesidades diferentes porque no podemos comprender cuál debe ser nuestro objetivo principal. Una vez que sabemos cuál debe ser, todo gira alrededor suyo y de hecho todo está incluido dentro de él. En ese momento, podemos rezar por una sola necesidad. Cuando centralizamos nuestros esfuerzos alrededor de un cometido único y una sola necesidad, nuestra facultad de conocimiento está madura y extensa ( דַעַת רְחָבָה , daat rejaváh) . Lo que es verdad para una persona también lo es para todo el pueblo. Si podemos concentrarnos en un sólo objetivo principal como el más importante, entonces todas las variadas opiniones, todas las chispas dispersas de conocimiento que se nutren de nuestra división, se unificarán.

Por ejemplo, si pudiéramos decidir todos que la meta más importante que tenemos y por ende nuestra mayor necesidad es traer al Mashíaj, si pudiéramos sentir todos que si viniera el Mashíaj se solucionarían todos nuestros problemas, y nuestras necesidades personales se verían satisfechas, entonces se nos habría ampliado nuestra facultad de conocimiento individual y nos uniríamos colectivamente. Este es el tipo de conocimiento que puede conectar a todo el pueblo judío.

Como ya apuntamos, todo el propósito de encontrarnos con dificultades y pruebas en la vida es que a través de enfrentándonos a ellos transformamos nuestra fe supra conciente en conocimiento conciente. Al sentarnos bajo la sucáh y concentrarnos en nuestra fe en Dios que nos redimió de Egipto y nos rodea con sus nubes de gloria, la sucáh transforma nuestra fe en conciencia, dentro de nuestra facultad de conocimiento. Entonces, allí debajo de la sucáh , nos unimos todos en nuestra conciencia, que sirve para unificarnos con un único objetivo en mente.

Bondad: el abrazo de la Sucáh

Uno de los versos centrales relacionados con el mes de Tishrei es: 11“ Su mano izquierda bajo mi cabeza, y Su mano derecha me abraza”, שְׂמֹאלוֹ תַּחַת רֹאשִׁי וִימִינוֹ תְּחַבְּקֵנִי , smoló tajat toshí veieminó tejakbeni . La primera parte se refiere a los 10 Días de Arrepentimiento ( עֲשֶׂרֶת יְמֵי תְּשׁוּבָה , Aseret iemei teshuváh ), y la segunda parte a la fiesta de Sucot . La idea en esta interpretación, es que al poner Su mano izquierda bajo nuestra cabeza durante los 10 Días del Arrepentimiento, Dios eleva nuestro entendimiento, y lo que resulta al final de esto es que durante Sucot Él puede abrazarnos con Su mano derecha; es decir, con la sucáh , un mitzváh que, como el abrazo, rodea a todo nuestro ser.

 La mano derecha que representa a la sucáh, y con lo que Dios nos abraza durante Sucot , puede ser muy poderosa como fuerza unificadora. Por ejemplo: los sabios dicen que con el fin de convencernos a recibir la Torá juntos y de forma unánime, Dios nos forzó colocando la montaña (el monte Sinai) sobre nosotros. La imagen es que Dios elevó el monte y lo sostuvo sobre nuestras cabezas diciendo: “Si ustedes aceptan la Torá, bien, pero si no la aceptan aquí serán enterrados”. Pero la interpretación Jasídica es que ahí el monte representa la raíz del alma de Abraham (quien describe la morada de Dios colocada como un monte), y lo que Dios sostuvo sobre nuestras cabezas, por decirlo de alguna manera, fue la tremenda facultad de amor y bondad de Abraham . Entonces, fue con un amoroso abrazo que Dios nos convenció que aceptáramos la Torá: Él nos “forzó” con Su tremendo amor.

Además, vemos que si damos a alguien una gran cantidad de amor, es casi seguro que éste nos regresará ese amor. Así, la fiesta de Sucot es la fiesta del abrazo de Dios. El Ba’al Shem Tov quería que cuando dos judíos se encuentren en la calle, automáticamente, por la naturaleza judía auténtica, se abrazasen el uno al otro. Entonces la sucáh , siendo una manifestación del amor de Dios por nosotros, nos llena de amor. Siendo amados, nosotros podemos amar a otros. Siendo todos juntos amados por Dios, nos unimos con un sentimiento común de amor por todos.

RIGOR: la sucáh nos estruja a todos

El rigor y su facultad interna de temor (o miedo), usualmente nos parece lo opuesto al amor. Pero existe temor en el amor. Dicen nuestros sabios: “El amor estruja la carne” 12 ( אַהֲבָה דּוֹחֶקֶת אֶת הַבָּשָׂר , ahaváh dojeket et habasar ). El Talmud relata que Rabí Elazar, hijo Rabí Shimón bar Iojai, y su esposa eran tan obesos que cierta princesa romana dijo que no creía que sus hijos fueran realmente de ellos. Rabí Elazar contestó: el amor tiene la cualidad de estrujar la carne, por eso, aunque normalmente, dos personas tan grandes no podrían unirse, debido a nuestro gran amor mutuo, lo podemos hacer.

Lo mismo es verdad en la sucáh . ¿Qué tan grande puedes imaginarte una sucáh ? Tan grande como sea, ¿podría acomodar, dentro de ella, a 13 millones de judíos? ¿Cuánta gente puede acomodarse en el mismo lugar? La respuesta es que la otra cara de la sucáh que nos une a través del amor, también nos permite estrujar nuestra carne, un acto de rigor y contracción, de tal manera que cada uno tiene un lugar para acomodarse. De forma similar, los sabios relatan que, específicamente durante Sucot , cuando todo el pueblo judío venía al Templo apenas cabían. Pero se apretujaban y cuando llegaba el tiempo de prosternarse ¡cada uno tenía un amplio espacio!

Belleza: la sucáh construida por Iaacov para sus rebaños

En Sucot cada judío tiene una revelación del alma general de Iaacov , nuestro patriarca. La Torá describe que por Jacob: “y le brillo el sol” ( וַיִּזְרַח לוֹ הַשֶּׁמֶשׁ , vaizraj lo hashemesh ). Este es uno de los significados interiores de la palabra traducida como “ciudadano” ( אֶזְרָח , ezraj ), en el verso del cual los sabios aprendieron que todo el pueblo judío es digno de sentarse bajo la misma sucáh. Esta palabra proviene de la misma raíz que “brilló” ( וַיִּזְרַח , vaizraj ). Además, Jacob tiene otra relación especial con la fiesta de Sucot, porque la Torá relata que construyó la sucáh para su rebaño (la única otra mención de sucáh en el Pentateuco). Jacob es, por supuesto, el alma arquetipo de la sefiráh de belleza.

Normalmente la palabra אֶזְרָח está asociada con Abraham , quien es llamado: אֵיתָן הָאֶזְרָחִי , eitán haezrají , uno de los diez autores inspiradores de los Salmos . Pero, aquí estamos notando que Iaacov también está relacionado con esta palabra, y además, en más de un sentido. Existe una relación especial entre el abuelo ( Abraham) y su nieto (Iaacov). Este es descrito en el verso: “Iaacov redimió a Abraham ” .( יַעֲקֹב אֲשֶׁר פָּדָה אֶת אַבְרָהָם , Iaacov asher padáh et Abraham ). Este verso nos enseña que si existe un judío que esté tan lejos de la Torá que nos parezca no pude ser redimido, lo que aun puede ayudarle es el poder de la compasión; tener compasión y misericordia de su alma, la cual se encuentra en tan profundo exilio. De hecho, Abraham fue salvado de ser quemado en la caldera porque estaba destinado a engendrar a Iaacov, y aun no lo había hecho.

En términos de su relación con “brillar”, la diferencia entre Abraham se refiere al estado original del brillo del alma (como estaba el alma antes de que bajara a nuestra realidad en un cuerpo material). Pero, Iaacov se refiere al estado futuro del brillo del alma, como será durante la venida del Mesías. Cada judío tiene la esencia de los tres Patriarcas en su alma. Pues Sucot es considerada, específicamente, la fiesta del futuro, se relaciona al estado futuro del brillo que viene de Iaacov.

La dimensión interior de la Torá revela que el rebaño que Iaacov puso en las Sucot que construyó, eran las futuras almas de sus descendientes, el pueblo judío. Y así, la sucáh representa a Iaacov, para quien el brilló luminoso, curó la herida que sufrió durante la batalla con el ángel de Esav, y es capaz de unificarnos a todos bajo una sola sucáh.

Victoria: surgir victorioso con el lulav (hoja de la palmera datilera)

El nombre hebreo de esta sefiráh, נֶצַח , netzaj , significa eternidad y victoria. La hoja de una palmera de dátil, una de las Cuatro Especies que se nos ordena tomar en Sucot (y por la que todas ellas son nombradas, como la bendición que decimos sosteniéndola: “… sobre tomar un lulav /hoja de palmera de dátil”), es un símbolo de victoria. ¿Qué victoria celebramos en Sucot?

Aunque Rosh Hashanáh es el Día del Juicio, el día en el cual el Omnipotente dicta sentencia sobre el futuro de cada criatura en el mundo, no sólo tememos la sentencia, sino que también lo disfrutamos como una fiesta, con comida y bebida. Lo hacemos porque estamos seguros de que saldremos victoriosos de nuestro “día en la corte (Celestial)”. Lo mismo es cierto para Iom Kipur , por cuya razón los sabios dicen que es uno de los dos mejores días en el calendario judío, en la época del Templo. Una vez que los días Tremendos han terminado, simbolizamos nuestra victoria al llevar la hoja de palmera de dátil, la lulav, con nosotros a donde vayamos. Nuestra confianza en el amor de Dios por nosotros, es lo que nos da la confianza de que además, hemos surgido victoriosos de Su sentencia.

Esto es verdad también acerca del estado general que sienten los judíos, que somos una sola oveja entre 70 lobos, todos ellos deseando devorarnos. Por esta razón, no tenemos miedo de leer la descripción de la guerra de Gog Magog en Sucot; porque sabemos que de ella también saldremos victoriosos.

La victoria une a la gente. Cada uno se siente parte de la celebración. Como aquellos de nosotros que somos lo suficientemente viejos para recordar qué se sintió después de la victoria de los Seis Días de 1967. Estos son tiempos especialmente favorables para la redención, debido a la unidad que tenemos. Así, la fiesta de Sucot es una fiesta que expresa nuestra confianza en la victoria, y esto subsecuentemente nos unifica, permitiéndonos a todos a sentarnos en una sucáh.

Reconocimiento: la victoria es de Dios.

La victoria siempre va junto con el reconocimiento. Si no hay inmediato reconocimiento de que nuestra victoria viene de Dios, entonces la unidad causada por la victoria se pierde; porque cada persona clama haber sido quien llevó la fuerza tras la cual vino el éxito, y que es merecedor de su recompensa. El reconocimiento equilibra la victoria.

Cuando salimos victoriosos, somos victoriosos juntos. Cuando reconocemos que nuestra victoria fue por encima de la razón, que no fue el resultado de la contribución de ninguna persona en particular, sino que sólo puede ser atribuida al Omnipotente, entonces estamos más unificados aun en nuestro reconocimiento de nuestra fe común en Dios.

De paso, remarquemos que muchas veces la gente común contribuye más a la victoria (particularmente en una guerra). Del mismo modo, esta gente de mente y un corazón simple y sincero, encuentra más fácil atribuirle la victoria a Dios, y no a ellos mismos. La experiencia interna del reconocimiento es por cierto la sinceridad.

Fundamento: el tzadik (el justo) en la Sucáh.

El arquetipo del alma del fundamento es Iosef. Su nombre proviene de dos versos diferentes, pero ambos tienen que ver con reunir . Es más, la fiesta de Sucot es llamada: “la fiesta de la reunión ( חַג הָאָסִיף , jag haosif ), porque esta es la época del año donde la cosecha y sus productos son reunidos en un depósito, después de haber sido cosechados de los campos.

La sefiráh de fundamento se manifiesta a través del tzadik , del cual es Iosef el ejemplo arquetipo. Iosef el tzadik reúne la riqueza de todo el mundo antiguo. No hizo esto para sí mismo, sino con el fin de distribuir la sustento para cada uno de forma igualitaria y apropiada.

El tzadik de cada generación hace lo mismo. Podemos verlo como aquel cuyo deber es reunir la riqueza, con el fin de distribuirla apropiadamente entre la gente, para que así podamos alcanzar nuestras metas de manera efectiva. De esta manera, el tzadik unifica al pueblo judío. Pero el tzadik hace mucho más que sólo reunir material de riqueza. Él también reúne la riqueza espiritual. Al ser un punto centralizador de la atención de la gente, reúne y junta a nuestras almas.

El fundamento es la sefiráh que está justo antes de reinado, y como tal fundamento es necesaria a fin de hacer funcionar el estado (reino) apropiadamente. ¿Qué hace nos feliz en un estado? Cuando sentimos que la riqueza es distribuida en una forma adecuada, justa, asegurando que toda la riqueza sea usada para distribuirse al pueblo judío en la Tierra de Israel. Cada día de Sucot invitamos a otro tzadik a nuestra Sucáh (al ushpizin – “huéspedes” . Así, nuestra conexión, con el verdadero tzadik, es lo que nos permite a todos sentarnos bajo una sola sucáh.

El Reino: reconstruyendo la Sucáh de David

En el Agradecimiento Después de las Comidas, rezamos: “El Misericordioso reconstruirá la sucáh caída de David” ( הָרַחֲמָן הוּא יָקִים לָנוּ אֶת סֻכַּת דָּוִד הַנּוֹפֶלֶת , HaRajamán Hu iakim lanu et sucat David hanofelet ). Esto nos enseña que la sucáh está identificada claramente con el rey David. ¿Por qué se cae la Sucáh del rey David? Porque estamos en exilio; esta sucáh representa el reinado de judío, la verdadera soberanía judía en este mundo. Pero todavía seguimos en estado de exilio, un estado en el que no tenemos al rey recto y justo. Por supuesto este es aun nuestro estado actual, y no hay lugar donde se sienta más fuertemente que aquí, en la Tierra de Israel, donde la carencia de un auténtico liderazgo judío con un descendiente de la casa de David es la razón principal de todos nuestros problemas.

Cuanto entramos a la sucáh sentimos que es la sucáh de David, y que necesita ser reconstruida. El reino representa la acción práctica y tal vez no haya un mejor curso de acción para poder unificarnos, que identificar al verdadero líder de la generación, él puede guiarnos a todos juntos hacia la venida del Mashíaj. Entonces, la sucáh del rey David será reconstruida y su reino se levantará nuevamente, uniéndonos a todos bajo el Omnipotente. Por eso, nuestra oración común cuando entramos a la sucáh es que Dios restaure nuestra independencia y que nuestro justo líder nos unifique en relación a la sefiráh de reinado.

NOTAS

1Sucáh 27b

2 Levítico 23:42

3Zohar III, 103a.

4 Eclesiástes 7:12

5 Ver Hamoadim Bahalajáh de Rabi S.Y. Zevin, “Cuatro Períodos Históricos en la Definición de Rosh Hashanáh ”.

6 Salmos 51:12

7Levítico 23:43

8 Berajot 58a

9Cantar de los Cantares 8:3.

10Bava Metzi’a 84a

11Génesis 32:32.

12Ibid. 33:17

13Bava Batra 15a

14Isaías 29:22

15Génesis 30:23-4.