ROSH HASHANÁ Y MÚSICA JUDÍA

En Rosh Hashaná, el día de la creación del mundo, tenemos el mérito de escuchar el sonido del shofar.
¿Qué relación existe entre las voces y la estructura del mundo? ¿Cómo se conecta esto con el secreto de Jashmal? ¿Y de qué manera todo esto se une con Jái Elul y los tzadikim que recordamos en esta fecha?

✍️ Escrito por Rajel Ferensi
📂 Categoría: Jái Elul | Rosh Hashaná | Música judía

EL RABINO GINSBURGH ENTONA AVINU MALKEINU, ACOMPAÑADO DEL VIOLINISTA JASÍDICO MORDEJAI BRODSKI (TEXTO DEL POEMA AL FINAL)

“Con diez declaraciones fue creado el mundo”: el universo nació a través de la voz.
Las ondas sonoras son vibraciones del aire – ruaj.

En el Séfer Ietzirá se explica que todas las existencias del mundo fueron formadas a partir del nivel de ruaj, que en el Tanaj significa despertar y fuerza vital, como el movimiento descrito en la visión de la Merkavá que contempló Iejezkel el profeta: “ki ruaj hajaia baofanim”, “pues el espíritu de vida en las ruedas”.

En la creación del hombre está escrito: “Y sopló en su nariz un nishmat-alma de vida, y fue el hombre un nefesh Jaia, un espíritu vivo”. Nishmat Jaim, “Alma de vida” se relaciona con el sentido del canto, mientras que “espíritu vivo” corresponde al sentido del habla (como traduce Onkelos: nefesh jaiá – “un espíritu que habla”).

Nuestros Sabios dijeron: “Todo lo viviente se mueve” – y si se mueve, genera sonido.

La física moderna demuestra que en todo lo que existe, incluso en lo inanimado, hay un movimiento constante.

En esencia, no es posible unir lo material con lo espiritual sino en el roce de “toca y no toca”, mati velo mati, o en un movimiento de “correr y retornar”.
Estas oscilaciones entre el ser y el no-ser son el pulso de la vida del universo, y están ligadas al secreto del Jashmal.

EL CANTO DENTRO DEL JASHMAL

¿Qué es más importante, el silencio o la palabra?

Sobre los seres vivientes que vio Iejezkel se dice: “A veces callaban y a veces hablaban”.

Así interpretan nuestros Sabios la palabra Jashmal en la visión de la carroza: Jash–mal, donde jash es el silencio, y mal es la palabra, como en “mi malel” (¿quién hablará?) o “ruaj memalelá” (espíritu parlante).

Nuestros Sabios enseñan: “Una palabra vale una moneda, el silencio vale dos”.

Entonces, ¿cuánto vale un canto?

El Baal Shem Tov explicó que, en verdad, la palabra Jashmal se compone de tres partes: Jash–mal–mal. Es decir, entre el “jash” (silencio) y el “mal” (palabra) se oculta un mal adicional.

Mientras que el primer mal significa palabra, el mal intermedio significa corte, diferenciación, como en brit milá, el pacto de la circuncisión.

En el contexto de silencio y palabra, este mal intermedio es como un puente en el alma que conecta entre el callar y el hablar – ¡y eso es el canto!

Desde un punto de vista numérico, el mal intermedio se sitúa entre el dos del silencio (jash) y el uno de la palabra (mal final). Puede considerarse entonces como un valor de uno y medio, que corresponde al concepto de “entero y medio”, explicado en muchos lugares como la plenitud que surge de la unión de dos (por ejemplo, las letras iud–hei del Nombre de Hashem).

El silencio, sin duda, tiene una gran superioridad sobre la palabra.
Pero el canto está mucho más allá de ambos.

EL CANTO COMO “ENTERO Y MEDIO”

El concepto de “entero y medio” se relaciona profundamente con el mundo de la música – que está construida sobre tonos y medios tonos.

Así, el canto es la armonía secreta que surge de la danza entre el silencio y la palabra, entre el ser y el no-ser, entre el movimiento del universo y el pulso oculto de la vida.

Puedes leer más sobre el secreto del Jashmal y el “entero y medio” en el artículo: “Recordaré mi melodía en la noche”.

https://galeinai.org.il/t/books/toc_h3_0_16/content/toc_h1_5

EL ESPÍRITU DE JÁI ELUL

En Jái Elul, el día que infunde vitalidad al trabajo del mes de Elul, recordamos y nos fortalecemos con tres acontecimientos importantes:
– El día del fallecimiento del Maharal de Praga.
– El nacimiento de nuestro maestro, el Baal Shem Tov.
– Y el nacimiento del Admor HaZaken, Rabí Shneur Zalman de Liadí.

El Admor HaZaken estaba genealógicamente vinculado al Maharal, generación tras generación; se consideraba nieto espiritual del Baal Shem Tov, y cita a ambos en su obra Tania.

Una observación sobre las fechas de estos eventos revela un vínculo aún más profundo entre ellos:

📜 Entre el fallecimiento del Maharal en Jái Elul del año 5369 (שס”ט) y el nacimiento del Baal Shem Tov en Jái Elul del año 5458 (נח”ת) hay 89 años, cuyo valor numérico equivale a la palabra דממה” – silencio.

📜 Más adelante, entre Jái Elul del año 5369 y el nacimiento del Admor HaZaken en Jái Elul del año 5505 (קה”ת), hay 136 años, cuyo valor numérico corresponde a la palabra קול” –, sonido, voz.

Así, la secuencia de los acontecimientos está insinuada en el versículo del libro de Iov:
“Silencio y voz escucharé” (Iov 4:16).
Silencio: los años entre el Maharal y el Baal Shem Tov.
Voz: los años entre el Baal Shem Tov y el Admor HaZaken.

El silencio alude al nacimiento del Baal Shem Tov y la voz al nacimiento del Admor HaZaken.

Como vimos en la palabra “Jashmal”, el silencio (jash) y la voz (mal) se enlazan y se perciben como una sola continuidad, aunque sean opuestos.

EL SIGNIFICADO ESPIRITUAL

El Baal Shem Tov representa el secreto del “silencio” (dmamá).
El Admor HaZaken representa el secreto de la “voz” (kol).

🔹 El Baal Shem Tov trajo al mundo el “dmamá” – un estado de asombro y sobrecogimiento silencioso: “A Ti el silencio es alabanza” (Tehilim 65:2). Él reveló en cada judío el punto divino “silencioso”, el resplandor del nivel oculto de la corona del alma, que se manifiesta como un recogimiento reverente ante el misterio divino.

🔹 El Admor HaZaken vino a transformar esa “d’mamá” en “voz”: a mostrar cómo se puede tomar ese silencio extático del alma frente a la infinitud de lo divino, y traducirlo en palabras, en comprensión, en los recipientes de la mente.

Estos dos procesos no están separados, sino que son en realidad un mismo proceso con dos etapas: “Silencio y voz” – que resuenan juntos en el secreto del Jash–mal.

En el mundo espiritual de Atzilut ambos niveles pueden revelarse al unísono. En nuestro mundo físico, en cambio, sólo podemos captar y “escuchar” cómo están entrelazados y llamados a sonar en armonía.

Jojmá y Biná: silencio y voz

La labor del “silencio” corresponde a la sefirá de Jojmá (Sabiduría), sobre la cual dijeron los Sabios: “Una valla de la sabiduría es el silencio”.

La labor de la “voz” corresponde a la sefirá de Biná (Entendimiento), como se expresa en la bendición: “para escuchar la voz del shofar”. El shofar, de hecho, está asociado a Biná.

Jojmá y Biná son llamados en el Zohar “dos compañeros que nunca se separan” (trein rein delo mitparshin le-almin). En el alma, se revelan y “suenan” siempre juntos, como silencio y voz que se complementan eternamente.

UN ESPÍRITU ATRAE A OTRO ESPÍRITU

En Jái Elul se revelan tres espíritus: el espíritu del Maharal, el espíritu del Baal Shem Tov y el espíritu del Admor HaZaken.

Estos tres espíritos están insinuados en la expresión del Zohar:
“Ruaj aiti ruaj veamshej ruaj” – un espíritu atrae a otro espíritu y continúa un espíritu.

Un espíritu que ascendió en Jái Elul dio la fuerza para que otros dos descendieran al mundo.

LOS TRES ESPÍRITUS

🔹 El primer espíritu es el del Maharal de Praga, quien sentó las bases y brindó una inspiración inmensa para toda la Torá y el movimiento jasídico. Su espíritu ascendió y retornó a lo alto en Jái Elul.

🔹 En un movimiento complementario, descendieron al mundo dos espíritus:
– El del Baal Shem Tov, espíritu de despertar y entusiasmo, sobre el cual se aplicó el versículo: “Una ciudad y un santo descendieron del cielo”, aludiendo a su nacimiento en el año “Naját” (נח”ת, descanso). La palabra “ir” (ciudad) se interpreta aquí como “despertar”. El Baal Shem Tov apareció en una época de gran oscuridad y abatimiento, cuando el pueblo de Israel yacía casi desvanecido. Su propio nombre, Israel, refleja su misión: susurrar el nombre “Israel” al oído del pueblo, para despertarlo del desmayo espiritual en que estaba sumido. También insufló un nuevo espíritu de vida en el canto judío, transformándolo en parte esencial del servicio a Dios.

– El segundo espíritu es el del Admor HaZaken, que guía y enseña cómo realizar esa inspiración y entusiasmo. Ya no basta con el susurro o el silencio; ahora se requiere una voz clara y comprensible. Con el desarrollo de la doctrina de Jabad, reveló a muchos la profundidad interna del alma y del propio canto judío, con su tono característico y refinado.

LA CUARTA DIRECCIÓN: EL ESPÍRITU DEL MASHÍAJ

Por lo general, se habla de cuatro espíritus (como los cuatro vientos del cielo), insinuados en la palabra צדיק (tzadik): tzafón (norte), darom (sur), yam (oeste) y kedem (este). El tzadik incluye en sí todos los vientos y sabe cuál espíritu corresponde a cada persona.

Así también en Jái Elul debe reconocerse un cuarto espíritu: el espíritu del Mashíaj. Los tres espíritus (del Maharal, del Baal Shem Tov y del Admor HaZaken) deben despertar al cuarto.

En la profecía de Yejezkel sobre la resurrección de los huesos secos, se dice:
“De los cuatro vientos ven, espíritu”.
El espíritu del Mashíaj está asociado con el norte (tzafón), para rectificarlo. El norte representa algo negativo – “Del norte se abrirá el mal”–, símbolo del instinto del mal llamado tzafoni, como en el versículo: “Y alejaré de vosotros al del norte”, que alude a la futura eliminación del iétzer hará.

Pero el norte también se asocia con lo bueno: “¡Cuán grande es Tu bondad, que reservaste para quienes Te temen!”. Incluso la melodía que inspiraba al rey David venía del norte, como enseña el Talmud: “Dijo Rabí Levi: un arpa estaba colgada frente a las ventanas de David, y el viento del norte soplaba sobre ella de noche, y sonaba por sí sola”.

ESCUCHAR LA VOZ DEL SHOFAR

“Y se tocará con gran shofar, y se escuchará una voz de delicado silencio…”

Estos días, especialmente a partir de Jái Elul, son días de preparación para Rosh Hashaná.

Buscamos despertar: “La voz de mi Amado llama: ábreme”, y recordar que el Santo nos colocó en el mundo para hacer resonar nuestra voz.

La Torá misma comienza y termina con un canto:
Bereshit (בראשית) puede leerse como “shír taav – un canto anhelado”.
Israel (ישראל), la última palabra, contiene las letras “shír El – canto de Dios”.

El proceso de “un espíritu atrae a otro espíritu y continúa un espíritu” se relaciona especialmente con el mes de Elul, acrónimo de “Ani ledodi vedodi li – Yo soy de mi Amado y mi Amado es mío”. La inspiración desde abajo (ani ledodi) provoca una respuesta y ayuda desde lo Alto (vedodi li).

Pero en verdad, este proceso comienza con un paso previo: una ayuda oculta desde lo Alto, que se manifiesta en la primera “ruaj”. Es la atmósfera espiritual que viene a auxiliarnos para iniciar. Es esa bat kol (voz celestial) que diariamente proclama: “Retorna, hijos descarriados”.

LA BENDICIÓN

Que sea la voluntad de Hashem que, por el mérito de estos tzadikim, logremos insuflar vitalidad en Elul y merezcamos la revelación del espíritu del Mashíaj, sobre quien dice el versículo con las cuatro “rujot”:

“Reposará sobre él el espíritu de Hashem: espíritu de sabiduría y entendimiento, espíritu de consejo y fortaleza, espíritu de conocimiento y temor de Hashem” (Ieshaiahu 11:2).

Y que incluso antes de Rosh Hashaná podamos ya escuchar la voz del shofar:
“Y será en aquel día, se tocará con gran shofar…”.

TEXTO DEL POEMA AVINU MALKEINU

PADRE NUESTRO REY NUESTRO

(El Arca se abre.)

Padre nuestro, Rey nuestro, hemos pecado ante Ti.
Padre nuestro, Rey nuestro, no tenemos Rey más que Tú.
Padre nuestro, Rey nuestro, actúa [benevolentemente] con nosotros por amor a Tu Nombre.
Padre nuestro, Rey nuestro, renueva para nosotros (en días de ayuno: bendícenos con) un buen año.
Padre nuestro, Rey nuestro, un buen año.
Padre nuestro, Rey nuestro, quita de nosotros todos los decretos severos.
Padre nuestro, Rey nuestro, anula las intenciones de nuestros enemigos.
Padre nuestro, Rey nuestro, frustra los planes de nuestros adversarios.
Padre nuestro, Rey nuestro, elimina a todo opresor y adversario contra nosotros.
Padre nuestro, Rey nuestro, cierra las bocas de nuestros adversarios y acusadores.
Padre nuestro, Rey nuestro, quita la peste, la espada, el hambre, el cautiverio y la destrucción de los miembros de Tu pacto. Padre nuestro,
Rey nuestro, retén la plaga de Tu herencia.
Padre nuestro, Rey nuestro, perdona y perdona todas nuestras iniquidades.
Padre nuestro, Rey nuestro, borra y quita nuestras transgresiones de delante de tus ojos.
Padre nuestro, Rey nuestro, borra en tus abundantes misericordias todos los registros de nuestras deudas [pecados].
Padre nuestro, Rey nuestro, tráenos de vuelta a ti en un arrepentimiento sincero.
Padre nuestro, Rey nuestro, envía una sanación completa a los enfermos de tu pueblo.
Padre nuestro, Rey nuestro, rasga el mal [aspecto] del veredicto decretado contra nosotros.
Padre nuestro, Rey nuestro, recuérdanos con un recuerdo favorable ante ti.

Entre Rosh Hashaná y Yom Kipur :
Padre nuestro, Rey nuestro, inscríbenos en el libro de la buena vida.
Padre nuestro, Rey nuestro, inscríbenos en el libro de la redención y la liberación.
Padre nuestro, Rey nuestro, inscríbenos en el libro del sustento y la subsistencia.
Padre nuestro, Rey nuestro, inscríbenos en el libro de los méritos.
Padre nuestro, Rey nuestro, inscríbenos en el libro del perdón y la remisión.

En un día de ayuno público (excepto el ayuno de Gedalías ):
Padre nuestro, Rey nuestro, recuérdanos por una vida buena.
Padre nuestro, Rey nuestro, recuérdanos por la redención y la liberación.
Padre nuestro, Rey nuestro, recuérdanos por el sustento y la subsistencia.
Padre nuestro, Rey nuestro, recuérdanos por nuestros méritos.
Padre nuestro, Rey nuestro, recuérdanos por el perdón y la remisión.

Padre nuestro, Rey nuestro, haz que la liberación florezca pronto para nosotros.
Padre nuestro, Rey nuestro, exalta la gloria de Israel tu pueblo.
Padre nuestro, Rey nuestro, exalta la gloria de tu ungido.
Padre nuestro, Rey nuestro, llena nuestras manos con tus bendiciones.
Padre nuestro, Rey nuestro, llena nuestros almacenes con abundancia.
Padre nuestro, Rey nuestro, escucha nuestra voz, ten piedad y compasión de nosotros.
Padre nuestro, Rey nuestro, acepta nuestra oración con misericordia y con favor.
Padre nuestro, Rey nuestro, abre las puertas del cielo a nuestra oración.
Padre nuestro, Rey nuestro, que se recuerde que solo somos polvo.
Padre nuestro, Rey nuestro, te suplicamos, no nos alejes de ti con las manos vacías.
Padre nuestro, Rey nuestro, que esta hora sea una hora de misericordia y un tiempo de favor ante ti.
Padre nuestro, Rey nuestro, ten compasión de nosotros y de nuestros infantes y niños.
Padre nuestro, Rey nuestro, hazlo por el bien de aquellos que fueron asesinados por tu santo Nombre.
Padre nuestro, Rey nuestro, hazlo por los que fueron masacrados por Tu Unicidad.
Padre nuestro, Rey nuestro, hazlo por los que pasaron por el fuego y el agua para la santificación de Tu Nombre.
Padre nuestro, Rey nuestro, venga la sangre derramada de Tus siervos.
Padre nuestro, Rey nuestro, hazlo por Ti, si no por nosotros.
Padre nuestro, Rey nuestro, hazlo por Ti y líbranos.
Padre nuestro, Rey nuestro, hazlo por Tus abundantes misericordias.
Padre nuestro, Rey nuestro, hazlo por Tu gran, poderoso y temible Nombre que se proclama sobre nosotros.
Padre nuestro, Rey nuestro, ten piedad de nosotros y respóndenos, pues no tenemos obras meritorias; trátanos con caridad y bondad y líbranos.

(El Arca está cerrada.)

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