JUDAÍSMO PARA TODOS LA VIDA DE SARA

*DOMINGO 18 JESHVAN 5786 – 9 11 2025*

🕘*21:00 HORAS DE ISRAEL*

*📖Con el Rabino Jaim Frim*

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Cada alma tiene su “Cueva de Majpelá”: un lugar interior donde lo físico se vuelve transparente a la luz divina. La tarea espiritual que hereda cada judío de Sará es dar vida espiritual al mundo, revelar la presencia de Di-s en lo cotidiano y material, hasta que cada rincón del mundo se vuelva una morada para Él.

💬 “El cuerpo puede morir, pero la misión divina del alma —dar luz y bondad— continúa sin fin.” (Baal Shem Tov, Keter Shem Tov §44)

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NIGÚN NÚMERO 3

ESÁ EINAI: ELEVO MIS OJOS

Sobre el Salmo 121

Es verdad que en Marjeshván no hay festividades, y se dice que es como si fuera un mes “vacío”, ¡lo cual no es cierto!

Porque el 17 del mes comenzó el Diluvio, y el 27 del mes, un año después, terminó, y Noaj y su familia, junto con los animales, las aves y todas las criaturas, salieron del Arca. Esto es una metáfora de cómo el alma sale del cuerpo para descansar y respirar el aire de un mundo nuevo, como nunca antes se había visto. 🌈

En Rosh Hashaná, el 1 de Tishrei, quitamos la cubierta del Arca y ya vimos que el mundo había cambiado.

Del 17 al 27 de Marjeshván, en un lapso de diez días, el mundo se renueva: desde los cielos que anuncian lluvias de bendición, hasta la tierra que reverdece con el pacto del arcoíris que se estableció por primera vez.

No necesitaremos esperar a que termine el diluvio durante todo un año solar como Noaj…

🕊️ Baruj Hashem (Bendito sea Dios), diez días buenos para Israel.

«Y murió Sará en Kiriat Arba, que es Jevrón, en la tierra de Canaán» (Bereshit 23:2).
 Al comienzo de nuestra parashá, el santo Zohar explica que todos los detalles mencionados en este versículo, que abre la sección, no son sino una descripción del evento de la muerte, que es el tema central de la parashá y por el cual es nombrada.

“Vida” es el espíritu infundido dentro de la materia, el estado transitorio de “atar algo espiritual con algo físico” [קעט] que constituye al ser humano tal como vive sobre la tierra. Sin embargo, el evento de la muerte encierra más que la mera desconexión de este vínculo. Como vemos sensiblemente: en el momento de la muerte, el espíritu de vida abandona el cuerpo, y desde ese instante, este comienza a desmoronarse y a perecer. La desconexión revela a los ojos del observador que la materia solo se sostiene sobre el espíritu, y cuando este la abandona, se consume y desaparece. Entropía.

sigue aquí:

Los sabios se preguntan:

> “¿Por qué la parashá que relata la muerte de Sará se llama ‘La vida de Sará’?”

El Baal Shem Tov explica que la vida verdadera del tzadik no se mide por los años físicos, sino por los momentos en que el alma está unida a su Fuente Divina.

Sará vivió 127 años en la tierra, pero su vida espiritual continúa en cada acto de fe, pureza y entrega que heredaron sus descendientes.

El Rebe enseña que el nombre “Jaiei Sará” indica que su vida se intensificó después de su fallecimiento, porque su influencia espiritual se expandió más allá de los límites del cuerpo. En el cielo, su luz se volvió más fuerte; en la tierra, esa luz brilló a través de Itzjak y Rivká, que continúan su camino.

🕊️ La compra de Majpelá — La eternidad en la materia

Abraham compra la Cueva de Majpelá con dinero completo.

El Zóhar y el Maguid de Mezritch explican que “Majpelá” (מכפלה, “doble”) alude a la unión de lo físico y lo espiritual.

Abraham no quería sólo un terreno, sino santificar la materia, revelar Divinidad en lo físico.

La adquisición con dinero simboliza la elevación del mundo material, cuando el oro y la plata (símbolos del amor y del temor a Di-s) se convierten en instrumentos de santidad.

Por eso, la primera posesión judía en la Tierra de Israel fue un cementerio: un lugar donde la muerte misma se transforma en portal de vida eterna.

💍 Itzjak y Rivká — La continuación de la fe

El relato de Eliezer y Rivká se repite dos veces en la Torá, lo que indica su importancia.

Según el Jasidut, Eliezer representa el intelecto fiel al alma, que busca una unión divina perfecta.

Rivká, con su gesto espontáneo de bondad, encarna el atributo de jesed (amor) en su forma más pura —amor que da sin calcular, simplemente porque siente la presencia del Creador en el otro.

Cuando Itzjak la recibe, dice la Torá:

> “Y la trajo a la tienda de Sará su madre, y la amó” (Bereshit 24:67).

Los sabios comentan que, en ese instante, la presencia de la Shejiná regresó a la tienda.

La llama que se había apagado con la muerte de Sará volvió a arder: la Divinidad encontró una nueva morada en la siguiente generación.

🌅 El alma del justo — Siempre creciente

El Rebe de Lubavitch enseña que la palabra “jaiei” (vidas, en plural) alude a que la vida del tzadik tiene dos dimensiones:

1. Una vida espiritual en el Cielo,

2. Y una vida continuada en sus discípulos y descendientes.

Así, mientras Abraham y Sará abren el camino de la fe, Itzjak y Rivká lo hacen florecer.

En la vida de cada judío que sigue su ejemplo —que transforma su hogar en una tienda luminosa de santidad— Sará sigue viviendo.

✨ Enseñanza para el alma

Cada alma tiene su “Cueva de Majpelá”: un lugar interior donde lo físico se vuelve transparente a la luz divina. La tarea espiritual que hereda cada judío de Sará es dar vida espiritual al mundo, revelar la presencia de Di-s en lo cotidiano y material, hasta que cada rincón del mundo se vuelva una morada para Él.

💬 “El cuerpo puede morir, pero la misión divina del alma —dar luz y bondad— continúa sin fin.” (Baal Shem Tov, Keter Shem Tov §44)

🌸 “La vida de Sará” — La vida que no muere

Los sabios se preguntan:  “¿Por qué la parashá que relata la muerte de Sará se llama ‘La vida de Sará’?”

El Baal Shem Tov explica que la vida verdadera del tzadik no se mide por los años físicos, sino por los momentos en que el alma está unida a su Fuente Divina. Sará vivió 127 años en la tierra, pero su vida espiritual continúa en cada acto de fe, pureza y entrega que heredaron sus descendientes.

El Rebe enseña que el nombre “Jaiei Sará” indica que su vida se intensificó después de su fallecimiento, porque su influencia espiritual se expandió más allá de los límites del cuerpo. En el cielo, su luz se volvió más fuerte; en la tierra, esa luz brilló a través de Itzjak y Rivká, que continúan su camino.

🕊️ La compra de Majpelá — La eternidad en la materia

Abraham compra la Cueva de Majpelá con dinero completo.

El Zóhar y el Maguid de Mezritch explican que “Majpelá” (מכפלה, “doble”) alude a la unión de lo físico y lo espiritual.

Abraham no quería sólo un terreno, sino santificar la materia, revelar Divinidad en lo físico.

La adquisición con dinero simboliza la elevación del mundo material, cuando el oro y la plata (símbolos del amor y del temor a Di-s) se convierten en instrumentos de santidad.

Por eso, la primera posesión judía en la Tierra de Israel fue un cementerio: un lugar donde la muerte misma se transforma en portal de vida eterna.

💍 Itzjak y Rivká — La continuación de la fe

El relato de Eliezer y Rivká se repite dos veces en la Torá, lo que indica su importancia.

Según el Jasidut, Eliezer representa el intelecto fiel al alma, que busca una unión divina perfecta.

Rivká, con su gesto espontáneo de bondad, encarna el atributo de jesed (amor) en su forma más pura —amor que da sin calcular, simplemente porque siente la presencia del Creador en el otro.

Cuando Itzjak la recibe, dice la Torá:

> “Y la trajo a la tienda de Sará su madre, y la amó” (Bereshit 24:67).

Los sabios comentan que, en ese instante, la presencia de la Shejiná regresó a la tienda.

La llama que se había apagado con la muerte de Sará volvió a arder: la Divinidad encontró una nueva morada en la siguiente generación.

🌅 El alma del justo — Siempre creciente

El Rebe de Lubavitch enseña que la palabra “jaiei” (vidas, en plural) alude a que la vida del tzadik tiene dos dimensiones:

1. Una vida espiritual en el Cielo,

2. Y una vida continuada en sus discípulos y descendientes.

Así, mientras Abraham y Sará abren el camino de la fe, Itzjak y Rivká lo hacen florecer.

En la vida de cada judío que sigue su ejemplo —que transforma su hogar en una tienda luminosa de santidad— Sará sigue viviendo.

✨ Enseñanza para el alma

Cada alma tiene su “Cueva de Majpelá”: un lugar interior donde lo físico se vuelve transparente a la luz divina.

La tarea espiritual que hereda cada judío de Sará es dar vida espiritual al mundo, revelar la presencia de Di-s en lo cotidiano y material, hasta que cada rincón del mundo se vuelva una morada para Él.

> 💬 “El cuerpo puede morir, pero la misión divina del alma —dar luz y bondad— continúa sin fin.”

(Baal Shem Tov, Keter Shem Tov §44)

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