La cabalá enseña que el valor numérico de Elul – 67 – es igual al de biná, “entendimiento”. Este último mes del año trae consigo un entendimiento nuevo y profundo de los eventos del año que termina, qué pasó realmente y por qué, y sus consecuencias para el año que viene.
Durante Elul, el mes del “balance espiritual”, nos inspiramos con un nuevo entendimiento de cómo “reparar” (rectificar) el pasado para crear un futuro nuevo y mejor.
Durante Elul, uno entiende que el primer paso hacia la rectificación de nuestro ser interior y la realidad exterior es la introspección fervorosa en busca de las verdaderas motivaciones que hay detrás de nuestros esfuerzos en la vida. ¿Qué quiero real y verdaderamente lograr en la vida y por qué?
El verdadero deseo y el poder motivante del judío es siempre el bien. La cabalá explica que la rectificación (la “investidura” de un poder interior –“el alma”- dentro de uno exterior –“el cuerpo”) comienza con la fuerza de voluntad de concientizarse de las propias motivaciones internas (el agradable sentido del “placer” y la “complacencia” dentro de la motivadora fuerza de “voluntad”).
Al comprender esto uno se aboca a cristalizar y realizar en el plano físico los deseos más íntimos. Esto es, de hecho, nuestro retorno a Dios en su máxima expresión, al Creador de todo deseo y Quien lo otorga. Así nuestra alma y nuestro cuerpo se vuelven sanos.
En las palabras del profeta Isaías (6:10): “…y entenderá su corazón y retornará y será curado”.
Rabino Itzjak Ginsburgh