En la visión de la zarza Hashem se dirige a Moshé Rabeinu llamándolo “Moshé Moshé”, duplicando el nombre. Previamente vimos un fenómeno como este en la atadura de Itzjak, cuando al final se dirigen a Abraham Avinu diciéndole “Abraham Abraham”. Luego, antes de que Iaacov Avinu baje a Egipto está escrito “Iaacov Iaacov”, Hashem le habla, duplicando su nombre. Más tarde en el Tanaj, cuando Hashem se revela a Shmuel, le dice “Shmuel Shmuel”.
Rashi dice en nombre de los sabios de bendita memoria que duplicar el nombre es una expresión de cariño. Cuando te amo mucho te llamo dos veces. En el Tanaj esto se ve en Abraham, Iaacov, Shmuel y aquí con Moshé. Pero hay una diferencia importante entre ellos. En los signos de lectura de la Torá, en “Abraham Abraham” hay una línea vertical para separar los nombres, llamada psik tamia, también es así en “Iaacov Iaacov” y “Shmuel Shmuel”, pero en el caso de Moshé Rabeinu no está. El Zohar dice que “Moshé Moshé” no hay con él signo de separación. Todo es afecto, pero en el caso de Moshé hay un cariño especial; no hay una línea de separación.
¿Cómo se explica esto? Como en todo hay diferentes explicaciones. En la Guemará está escrito que la explicación primera es que la raíz del alma de Moshé, tal como es antes de bajar al mundo y luego cuando baja a este mundo y se desempeña como redentor de Israel y entrega la Torá, es la misma. Tiene el mismo nivel de conciencia sin perder nada. Tal como es en su raíz en el Mundo de Emanación, así es abajo.
No es así en “Abraham Abraham”, porque Abraham tal como es en lo alto, Bondad de Emanación, no es así abajo. Él recuerda la raíz y se identifica con ella, pero no es el mismo nivel que la que tiene al descender e investirse en un cuerpo en este mundo. Lo mismo sucede con Iaacov Iaacov y Shmuel Shmuel. Pero en el caso de Moshé se produce un fenómeno único, que es igual en lo alto y abajo.
¿Cómo se expresa esto en el servicio a Hashem de Moshé Rabeinu? Que le permite cumplir con la orden, que también es uno de los fundamentos del Jasidut, que puede estar arriba y abajo al mismo tiempo. Puede estar adherido a Hashem y ocuparse de los asuntos de este mundo. No es algo simple redimir al Pueblo de Israel, es una ocupación enorme, y en cierta medida es una ocupación desagradable, porque tiene que vérselas con el faraón malvado, castigarlo con plagas, cosa para nada sencilla. Y a pesar de eso puede cuidar su apego Divino, que es la conciencia de la raíz de su alma, y junto con eso ocuparse de todos los problemas que se generan.
Es capaz de ocuparse del mundo sin perder ni una gota de su conciencia. Esto tiene un dicho en idish, puede estar: in velt ois velt, “en el mundo fuera del mundo”. Esta es una cualidad en la que nuestro maestro el Baal Shem Tov era excelente. También en cuanto a Moshé está la expresión: “Del monte al pueblo”. No se dirigió a ningún otro, directamente desde arriba a abajo. De todas maneras, es una manifestación empírica de que no hay separación en “Moshé Moshé”.
Una tercera explicación, la más práctica: hay un Moshé en cada generación. También hay Abraham en cada generación, Iaacov en cada generación y Shmuel en cada generación. Todos los demás justos se encuentran en cada generación, pero no exactamente el mismo; hay una contracción, una disminución de generación en generación. Ellos pueden saber que son ellos mismos, y también otro puede saberlo, “entiende”, que es una persona de bondad. Rabi Levi Itzjok de Berditchov, el amante de Israel, quizás fue Abraham Avinu de la generación. Quizás Aarón, que también ama a Israel. Todos se encuentran, pero cada uno es una versión diferente, no exactamente la anterior, aunque haya una identificación.
Pero en Moshé Rabeinu hay una continuidad. No significa que sea la misma cara, o inclusive el mismo estilo, porque el estilo cambia, pero hay algo esencial que es exactamente el mismo de Moshé Rabeinu, sin alteración. Es algo asombroso, Hashem concilia la paradoja de que aunque hay cambio, es el mismo sin ninguna diferencia. No hay ninguna diferencia entre el Moshé primero y el siguiente –“una expansión de Moshé en cada generación”.
Que consigamos este fenómeno, de la revelación de Moshé como redentor final, y “Una Torá nueva de Mí saldrá” en nuestros días, inmediatamente verdaderamente ya mismo.