וְהָיָה כִּי יֹאמְרוּ אֲלֵיכֶם בְּנֵיכֶם מָה הָעֲבֹדָה הַזֹּאת לָכֶם”
“Vehaiá ki iomeru aleijem bneijem ma haavodá hazot lajem”
“Y Será cuando les digan a ustedes sus hijos ¿qué es este servicio para ustedes”
Esta es la pregunta del hijo malo en la Hagadá “¿qué es este servicio para ustedes?”.
Dijo el santo Rabi Israel, el Maguid de Kozhenitz: el malvado se pregunta “¿Qué este servicio para ustedes?”. Está cuestionando ¿Cómo puede haber servicio a Di-s mientras se sirven comiendo la carne, la matzá y las hiervas amargas de Pesaj? Es tal vez un judío “religioso” que estudia Torá y ora, pero es negligente al comer…
La respuesta está en nuestro verso: “Y le dirás, es un sacrificio de Pesaj a Dios, que pasó por encima de las casas de los hijos de Israel en Egipto”. Sepan que por el mérito de comer el sacrificio de Pesaj, Di-s nos sacó de Egipto. Di-s eligió nuestros cuerpos físicos y nos dio la Torá y los preceptos para cumplir en este mundo. Hasta en los actos, o justamente en los actos más básicos del ser humano es donde debemos servir a Dios, reconocerlo en este mundo material.
El valor numérico de “¿Qué es este servicio para ti?” (מה העבודה הזאת לכם) es igual a בכורות, bejorot, ‘primogénito’. En el momento en que los judíos estaban comiendo su sacrificio de Pesaj en Egipto, estaban teniendo lugar la plaga de los primogénitos y la redención de Israel.
(Del libro del rabino Ginsburgh “Sodot min Haseder”, Los Secretos del Seder de Pesaj)