En el parashá de esta semana, parashá Bo, se describen las últimas tres de las diez plagas, donde la última es la muerte de los primogénitos. Antes de que esto suceda, Moshé Rabeinu habla con el faraón acerca de lo que va a suceder y le dice que esa noche, a media noche, cuando esta plaga ocurra, todo Egipto llorará de angustia y después dice un verso muy especial, sobre el que vamos a meditar hoy: “y a todo el pueblo judío, ningún perro ladrará”.
Y la continuación es: “Para que sepan que Hashem separó entre Egipto e Israel”. Entonces, este es el clímax de las diez plagas, es de mucha significancia que este fenómeno haya sido mencionado, enfatizando el hecho de que ni siquiera un perro ladrará. Debe haber algo muy especial acerca de los perros en relación a esta última plaga.
En el talmud, en el último capítulo del tratado de bejarot, hay toda una sección acerca de los sueños, dice ahí que si alguien sueña con un perro, (que haya un perro en sus sueños) deberá decir este versículo tan pronto como se despierte: “y a todo el pueblo de Israel ningún perro le ladró ”, antes de que algún otro versículo llegue a su boca, algún versículo negativo –este es un verso positivo para el pueblo judío- y lo deberá decir inmediatamente, antes de que algún otro versículo negativo llegue a su boca como: “ los perros son muy voraces, de espíritu audaz .” La palabra audacia, hazei nefesh , tiene distintas implicaciones, algunas positivas, algunas negativas y en este contexto es muy negativo. A veces hazut nefesh significa “codicioso,” algunas de las interpretaciones dicen que en este contexto, significa que los perros eran muy codiciosos, nunca se saciaban.
Algunas personas dicen que este versículo se refiere a que los perros son los animales más promiscuos de los animales, lo que significa que hay una relación entre perro y sexualidad, e incluso prostitución. Y por eso uno de los versos en la Tora –sólo es mencionada en tres ocasiones la palabra perro, en una de ellas, es para compararlo a una prostituta; esta es una muy negativa connotación sobre los perros. Existe un verso sobre los perros que es positivo, dice que si se encuentra un animal que no ha sido sacrificado de manera kosher, taref , se le da a los perros, como en la expresión “ tirarle un hueso ”, es realmente un buen pedazo de carne para el perro.
Los sabios dicen que esto es en realidad una recompensa para los perros, una recompensa por el hecho de que no ladraron en el clímax de la décima plaga, fueron recompensados y se les alimentó, se los alimentó con todos lo que no era kosher para nosotros, y se las dieron a los perros.
Una vez más, los sabios dicen que si sueñas con un perro, escoge un buen verso, porque los sueños siguen a la boca, se realizan de acuerdo a la interpretación. Hay dos versiones diferentes del dicho de los sabios: si una persona sueña y quiere darle solución al sueño, dependerá justo del verso que escojas decir con tu boca, así que escoge un bien versículo, será una buena expresión, un buen fenómeno perruno.
¿Qué hay de grandioso con este hecho? ¿Por qué se enfatiza en la Torá que los perros no ladraron? Esta es una expresión, la manera en la que es explicado en algunos de los comentarios más profundos, del hecho que hasta en la naturaleza hay distinciones, diferencias entre el pueblo judío y los egipcios que permean la misma naturaleza. Esto no es una parte de la plaga per se , es algo adyacente, es la percepción de la plaga desde afuera; la naturaleza observaba la plaga y la misma naturaleza percibe, experimenta la diferencia existencial entre Israel y Egipto. Aquí la naturaleza está simbolizada completamente por los perros ”y ningún perro ladró”, “ningún perro movió la lengua”, así dice literalmente en la Torá.
“Ni siquiera mueven la lengua,” significa que no ladran, no muerden, no hacen nada negativo pues están experimentando el milagro de la revelación de la Divinidad que se está llevando a cabo mientras que los recién nacidos de los egipcios están siendo matados y al mismo tiempo el pueblo judío está siendo redimido (sanado y redimido).
Por naturaleza cuando los perros ladran, la gente teme. El ladrido de un perro asusta, especialmente a mujeres y niños pequeños (especialmente si la mujer está embarazada podría, Dios no lo quiera, tener un aborto). Así que el hecho de que los perros no ladraran, era en el momento en que todo el pueblo judío que se preparaba para reunirse y abandonar Egipto. Todos estaban en movimiento; de hecho, los perros hicieron que el pueblo judío se sintiera seguro de su confianza en Hashem, nadie temía.
Se dice que hubo tres cosas milagrosas con respecto a que los perros no ladraron:
La primera: Los sabios dicen que los perros tienen un sentido del olfato muy desarrollado, pueden oler el peligro. Entonces realmente pueden oler al ángel de la muerte, (cuando hay una plaga o cualquier cosa que tenga que ver con la muerte, lo huelen y ladran). Y ahora la muerte llenaba todo Egipto, pero siguieron sin ladrar.
Segunda: ¿Cuándo ocurrió? Ocurrió en medio de la noche. “En medio de la noche” se lo llama la segunda guardia de la noche y esta es la hora en que los perros ladran por naturaleza, sin embargo, ninguno ladró.
La tercera cosa que dicen es que, en medio de la noche, si los perros ven gente levantada y caminando, ladran puesto que no están acostumbrados a ver gente moviéndose a media noche.
Así que no ladraron debido a las personas, lo ladraron a pesar de su naturaleza de hacerlo a la media noche y no ladraron, aunque estuviera ocurriendo la plaga de la muerte entre los egipcios. Se dieron cuenta, experimentaron de alguna manera profunda el elemento supra natural involucrado allí y no ladraron. Así que tenemos que darles su hueso.
Y hay otras dos cosas que los perros merecieron:
Una es que merecieron, ya que no ladraron, cantarle una canción muy especial a Hashem. Existe un conjunto de 70 versos [ Perek Shirá ] que se les atribuyen a 70 creaciones diferentes, entre ellas a distintos animales. Cada uno de ellos canta una canción al Creador, a Dios. El último de los 70 es el perro, y ellos Le cantan una canción muy especial que dice: (le incumbe a todos, se acerca y abarca a toda la creación) le dice a la creación: venid, reverenciémosLe y bendigamos a Hashem que nos ha creado, nuestro Hacedor.
¿Cómo es que merecieron cantar esta canción? Los sabios dicen que lo merecieron debido a este fenómeno especial, que no ladraron en la noche, que no asusto al pueblo judío, no sólo no les asustó, sino que dejo que la misma naturaleza sellara la confianza, confidencia y alegría del pueblo judío en el éxodo de Egipto mientras esta terrible plaga azotaba a los egipcios.
Una tercera cosa que dicen que merecieron. Hay tres cosas que los perros merecieron:
Uno es que merecieron nuestro agradecimiento. Les agradecemos a los perros al alimentarlos.
El segundo es algo muy espiritual: cantarle la más hermosa canción al Creador.
Y el tercero, es que del mismo excremento del perro se procesan y preparan las pieles de los animales kosher para pergaminos en los cuales están escritos los rollos de la sagrada Torá, los tefilím , las mezuzot . El proceso se realiza con excremento de perro. Así que hay tres resultados positivos que los perros recibieron por no ladrar. Todos los comentarios de los sabios dicen que tenemos que aprender de los perros, los perros son los más leales, dedicados y devotos a sus amos.
De la misma manera que los perros poseen propiedades negativas, así como son audaces, muchas veces de manera negativa, así el pueblo judío tiene que ser audaz de manera positiva. Se dice que los judíos son las personas más audaces y los perros los animales más audaces, y una vez más, por audaz se entiende al animal más valiente ni al más fuerte, sino que tienen una audacia interna que ningún otro animal posee.
Entonces, se puede ser negativo o positivo, y lo positivo es la lealtad y la dedicación, y en este sentido particular, son la expresión de la misma naturaleza observando lo que está sucediendo –la naturaleza pudo haber objetado, pudo haber dicho “no, no quiero que esto ocurra ni la diferencia existencial entre israelitas y egipcios, pero no, aquí la naturaleza reverenció, y notó la presencia de Hashem. Así que aquí también el perro expresa por toda la naturaleza, toda la gratitud y alabanza a Hashem en su éxodo de Egipto.