וַיְהִי הֶעָנָן וְהַחשֶׁךְ וַיָּאֶר אֶת הַלָּיְלָה וְלֹא קָרַב זֶה אֶל זֶה כָּל הַלָּיְלָה
Vaiehí haanán vehajoshej vaiaer et halaila
veló qarav ze el ze halaila.
“Y estaba la nube y la oscuridad e iluminaba la noche, y por eso, no se acercaron uno al otro toda la noche.” [Shemot 14:20]
La nube traía oscuridad a los egipcios. Pero ¿quién iluminaba la noche? Rashi explica que fue la Columna de Fuego que Hashem colocó delante de Israel toda la noche (como se menciona al principio de la parashá), y así también la noche iluminaba a Israel, mientras la nube nublaba a los egipcios y así los egipcios no podían acercarse a los israelitas. Sin embargo algo no está “claro” en el verso, porque la columna de fuego no se menciona aquí (y tampoco en los versos previos). En un caso como este el verso mismo “pide” descubrir en él la dimensión de remez y de sod, la alusión y el secreto…
El secreto más profundo es que el verso se puede entender literalmente: ¡la oscuridad iluminó la noche! ¿Qué quieres decir?
El acto de la creación HaKadosh Baruj Hu puso límites: “Y llamó Elokim a la luz día, y a la oscuridad llamó noche”, la luz ilumina el día y la oscuridad oscurece la noche. Pero en la apertura del Mar Rojo los límites se borran, el mar se convirtió en tierra seca. Se podría decir que también se anula el límite de la dimensión del tiempo, especialmente en la Canción del Mar que refleja el futuro “y entonces cantará Moshé” (de aquí se aprende la resurrección de los muertos de la Torá). Por lo tanto día y noche se han convertido en una misma cosa, y la oscuridad misma ilumina.
En la Cabalá y el Jasidut, la dimensión interior de la Torá, hay dos conceptos principales: luces y recipientes. En cierto sentido la herramienta es “oscuridad” en relación con la luz que transporta. Por ejemplo, la Torá y los preceptos son como las luces y los recipientes. En la Torá se percibe la Luz Divina y el cumplimiento de los preceptos físicos es el recipiente, en los cuales no vemos la luz en forma revelada. Aun así, precisamente el recipiente oscuro tiene una raíz muy profunda, y finalmente se revelará la luz de esta oscuridad. La oscuridad brillará.