“El secreto de Dios es para los que le temen” (Salmos 25:14). ¿Cuál es el secreto que Dios revela a los que le temen? La frase “El secreto de Dios es para los que le temen” (סוֹד י-הוה לִירֵאָיו, sod Hashem Leireav) es igual a 353, el valor numérico de alegría (שִׂמְחָה, simjá). El temor o asombro frente a Dios es la fase preparatoria para recibir el secreto de la felicidad al servicio de Dios.
¿Qué tiene de secreto la felicidad? El arrepentimiento motivado por el temor a Dios reduce la gravedad de los pecados y transforma los pecados intencionales en pecados no intencionales. El arrepentimiento y el remordimiento testifican el hecho de que la persona realmente no quiere pecar. Pero el arrepentimiento motivado por el amor y la alegría transforma los pecados intencionales en méritos. Este es el poder secreto de la felicidad, que el intelecto no comprende fácilmente. ¿Cómo es posible que lo que inicialmente era un acto prohibido se transforme en algo meritorio, incluso deseado y apreciado? En otras palabras, ¿cómo puede un pecado convertirse en una mitzvá?
Las personas que temen a Dios se preocupan por sus pecados, y Dios les revela el secreto de la felicidad. Es el secreto de convertir los pecados pasados en mitzvot, el secreto más profundo de la Torá.
El Alter Rebe de Jabad afina este punto. En su libro el Tania, él explica que el arrepentimiento motivado por el amor transforma los pecados intencionales en méritos porque son esos mismos pecados los que motivaron a la persona a arrepentirse completamente y regresar a Dios con gran sed. Sin embargo, mirado retrospectivamente se logra identificar la Providencia Divina de Dios, el gozo y la alegría adicionales de poder acercarse a Dios después de arrepentirse por el pecado demuestra que el acto (negativo) realizado previamente fue una mitzvá a priori – gozosa y apreciada – cuyo propósito final era acercarse a Dios a través de ella. Este razonamiento es mucho más grande que una justificación retrospectiva de algo que era preferible que no habría tenido lugar.
Regocíjate sin razón
Además de la expresión común, “la alegría de (realizar) una mitzvá” (שִׂמְחָה שֶׁל מִצְוָה, simjá shel mitzvá) que nos dirige a realizar cada mitzvá con gran gozo, el Rebe de Lubavitch acuñó una nueva frase: “Gozo en su estado puro” (שִׂמְחָה בְּטָהֳרָתָהּ).
Generalmente, la alegría aparece envuelta en alguna vestimenta, lo que significa que hay una razón para sentir alegría. La mejor razón para gozar de esa alegría es realizar una mitzvá. Pero un nivel superior es la alegría pura, la alegría que no depende de ninguna razón externa, ni siquiera del cumplimiento de una mitzvá. Solo regocíjate, sé alegre. ¡Este es el gozo que traerá al Mashíaj, que sea pronto en nuestros días!