P: Estoy interesado en lo que Cabalá tiene que decir sobre los perros.
R: En la Torá, en la historia del Éxodo de Egipto dice “Lo iejeratz kelev leshonó” (ningún perro ladró). Por el mérito del hecho de que los perros no ladraron en ese momento, merecieron cantar ante Dios.
La última canción de alabanza en Perek Shirá es la canción del perro, después de lo cual el midrash presenta una larga explicación sobre el mérito que tiene el perro para cantar esta canción. La canción del perro “Vamos a inclinarnos y seamos bendecidos, ante Hashem nuestro hacedor.” [Salmos 95:6] es el llamado de Adám a toda la creación para conocer al Creador y manifestar sumisión hacia Él por su propia buena voluntad.
El buen perro es fiel a su amo, por lo tanto en la naturaleza el perro (kelev) se sienta especialmente (se inclina) sobre sus rodillas. Los sabios escriben que las letras de kelev, ,כלב significan “culó lev“, “es todo corazón”. Sin embargo, si el kelev no tiene la guía del cerebro selo compara con una persona malvada que está subordinada a su corazón, en lugar de que su corazón sirva al cerebro. En santidad, la revelación del punto interior del corazón es el servicio a Dios con gozo y tuv levav merov kol (bondad de corazón por tener abundancia de todo). (“Levav” y “kol” nuevamente son las letras de kelev.)
Kalev ben Iefuné se le dio su nombre por el kelev. Sabía fingir que se identificaba con los espías desleales, pero al final mostró su verdadero rostro y su lealtad a Moshé, quien es verdadero y su Torá es verdad. Esta es la verdadera rectificación del kelev, el secreto de entrar y vivir verdaderamente en la Tierra de Israel.
Antes de la llegada de Mashíaj, sucederá que “Pnei hador kifnei hakelev” (“La cara de la
generación es como la cara de un perro”). Esto se refiere a los líderes de la generación que siempre están mirando hacia atrás para verificar la opinión pública. No tienen iniciativa y liderazgo verdadero, sino que actúan como el perro que, aunque corre por delante del carro y parece estar liderando el rumbo, siempre mira hacia atrás para ver a dónde va su amo. Como líder, este sería el perro malo. Sin embargo, en santidad, un líder debe ejercer su liderazgo mientras verifica cuál es la voluntad de Dios y la voluntad de la Congregación de Israel.