CONSULTAS DE HALAJÁ: RABINO NAJMENSON DE REJOVOT

Consulta: un vecino escuchó un grito de una mujer desde la casa del vecino y llamó a la ambulancia. La ambulancia vino, y se aclaró que el grito que dio la mujer fue porque estaba amasando jalot, entró una paloma por la ventana y por el susto repentino dio un grito. La ambulancia tiene que ser pagada. ¿Quién la tiene que pagar? ¿El que llamó a la ambulancia o la señora que dio el grito?

 Ambos fueron a un din Torá, un juicio de acuerdo con la halajá donde uno o más daianim, jueces dan su veredicto. Se le preguntó al hombre: ¿por qué llamaste sólo a la ambulancia y no a la policía o a los bomberos? ¡Quizás la mujer fue atacada por alguien o entraron ladrones o comenzó un incendio! La explicación es que si la persona no sabe exactamente cuál fue la causa del grito, y la persona no sabe 100% de acuerdo con sus posibilidades si lo que va a hacer es lo que corresponde, la persona que llamó está obligado a pagar porque no se cercioró de la causa y tomó sobre sí la responsabilidad por las consecuencias de sus actos. (Aclaración, en Israel todas las personas tienen un servicio de salud, y por ley a alguien se le va a cobrar.) 

CASO 2: 

Una persona va por la calle y ve un hombre tirado en el piso y no sabe qué hacer. Llama a la ambulancia, lo llevan al hospital y allí ven que el hombre estaba borracho y feliz. No tenía nada especial, presión arterial normal, corazón, riñones todo bien, sólo un poco borracho. Cuando se repone de la borrachera le pasan la cuenta de la ambulancia y la atención en la sala de primeros auxilios del hospital. “¿Yo tengo que pagar? De ninguna manera!” Como de todas maneras era respetuoso de la Torá, fue a consultar con el rabino-daian. ¿Quién tiene que pagar?

Este caso es diferente del anterior. Cuando uno ve a alguien tirado en el piso tiene que pensar que es porque no se siente bien. Y se sabe que si alguien no se siente bien en la calle quiere que llamen a la ambulancia. La persona que lo ve no puede saber lo que le pasa, no es médico, no se le puede preguntar al caído porque no está consciente de su estado, está borracho, cómo puede saber qué problema de salud tiene? Por eso en este caso, dice la Torá que el que pidió la ambulancia hizo lo correcto. Y eso es lo justo, así actúa una persona recta y es lo que corresponde hacer.   

CASO 3:

 Un conductor ve que sale humo de la tapa del motor y se detiene al costado del camino. No logra abrir la puerta, no puede salir y grita por todos lados que lo ayuden a salir. Se detiene una buena persona, saca su martillo especial para romper ventanas, rompe el parabrisas y saca al hombre que estaba atrapado. ¿Qué sucedió al final? No pasó nada, el motor no explotó, y además después se supo que la puerta del conductor se podía abrir de afuera, sólo estaba trabada de adentro. Viene al daian el conductor y pide que el que le rompió el parabrisas le pague el daño, porque tenía que haber probado abrir la puerta primero. ¿Qué dice la Torá sobre esto?

 Cuando estabas adentro y gritabas auxilio no les dijiste que abran la puerta desde afuera, y no avisaste que la puerta se podía abrir. Cuando una persona corre a salvar a su prójimo, no se detiene a verificar, sino que hace todo con celeridad para salvar una vida. Así actúan las personas en caso de emergencia y tensión, por eso el que vino a tu auxilio actuó correctamente, y te salvó.

CASO 4: 

El día de la independencia la gente acostumbra festejar entre otras cosas haciendo un asado. Este año estuvo un poco lluvioso, pero el hombre no quería dejar de cumplir con la “mitzvá” del día, y decidió hacerlo dentro de su casa. Comenzó a salir humo afuera por las ventanas y los vecinos percibieron el humo y el olor y uno de ellos llamó a los bomberos. Llegaron los bomberos y vieron que el hombre disfrutaba mientras además fumaba un cigarrillo, ¿cuál es la emergencia? En este caso los bomberos le cobraron el importe a… ¿a quién hay que facturarle los gastos, al vecino que los llamó o al asador? 

RESPUESTA: en este caso debe pagar el asador. Conocemos muchos casos de ver salir fuego por las ventanas de un apartamento y en general es verdaderamente una emergencia. Si se culpa al que avisó a los bomberos, la próxima vez en un caso similar nadie va a llamar a los bomberos. Y esto puede ser peligroso no sólo para los moradores del departamento, sino de todo el edificio y de toda la vecindad. Por eso cuando una persona ve algo así, es bendición, es lo correcto y es una mitzvá dar la alarma avisando a quien corresponda, y la Torá lo absuelve de todo pago, como está escrito en el Shulján Aruj, en simán 186 del Joshen Mishpat, y aunque en un caso como este en realidad la halajá dice que debería pagar porque avisó en vano, los sabios de bendita memoria lo absolvieron de todo pago. ¿Por qué? Para que las personas no dejen de salvar a su prójimo. 

Me pueden preguntar entonces, dice el rabino Najmenson, ¿por qué se le hizo pagar entonces al que avisó en el caso de la mujer que gritó porque entró una paloma? Si sale humo de una casa, no puedo saber si es de un cigarrillo o una mesa que se quemó o algo que explotó. E incluso puede no haber nadie en la casa a quien preguntar. Pero si escucho un grito puede ser una pelea o cualquier otro motivo, por lo tanto podía haber averiguado antes. 

En otros casos en que no es posible averiguar la causa, entonces el que avisa está absuelto.

Todos estos casos nos muestran en qué medida los judíos estamos unidos, que nos importa el prójimo, si uno ve un borracho por la calle trata de ayudarlo. Cuando uno va por NY, la gente sale a la mañana y corre y corre para ir al trabajo, toma el subterráneo, si llega a caer alguien al piso le pasan por encima. De repente alguien se detiene a auxiliar, ¿quién es? Alguien que vino de la Tierra de Israel. Porque somos misericordiosos hijos de misericordiosos, nos importa el prójimo, y todo esto es sumamente importante en la Tierra de Israel, al Todopoderoso le da satisfacción estas cosas que hacemos, entonces no hay que discutir o temer por un importe que haya que pagar. En un caso como este en que hay peligro, no se hacen estos cálculos, y la persona debe realizar todo esto de buena gana, hay que aprender a ganarse el sustento honorablemente y también a veces perder con honor. Fue la voluntad de Dios y no hay que presionar porque fue todo por Providencia Divina.

Quiera Dios que todas estas cosas que estudiamos y aprendemos, las hagamos con amor, alegría, paz y amor al prójimo.  

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