con el rabino Jaim Frim
Nos hubiera gustado tanto servir a Dios con fuerza, con ansias, con alegría. Nos gustaría tanto ser mejores personas, y judíos más fieles a nuestra misión. ¿Qué es lo que realmente nos molesta?
La respuesta habitual es “el ietzer hará”, el instinto del mal”. A veces lo llamamos “el satán” o “el ángel de la muerte”. Los “iodei Jen”, aquellos que conocen la Sabiduría Secreta, “la Cabalá, lo llamarán “sitra ájra” (= el otro lado), y los estudiosos del Tania responderán: el nefesh habehamit, “el alma animal”. En nuestra parashá esta es la lucha entre Iaacov y Eisav que tiene lugar incluso desde el vientre de su madre.
Y en general, es difícil para nosotros etiquetar algo como completamente malo; después de todo, a nuestros ojos no hay un instinto malo, solo hay un instinto que es malo para mí, que me perjudica…
Necesitamos una “historia” nueva. Nuevos apelativos y denominaciones que nos sirvan en el servicio de Dios y en nuestro crecimiento espiritual. Deben ser tales que nos “enciendan” y nos hagan querer movilizar todos los poderes del alma para luchar por el bien.
Nuestra propuesta es ver a los dos bandos en lucha como dos aspectos opuestos de un todo. Uno es el lado iluminado que vuelve su mirada hacia Dios. El otro es el lado oscuro, el que mira hacia atrás.
UNIVERSIDAD DE LA TORÁ
BIOLOGÍA, PSICOLOGÍA Y TORÁ