Lectura de la Torá Vaishlaj 5780: “Y envió Ángeles”
Iaacov nos enseña cómo tomar decisiones: si quieres mejorar el mundo, primero envía ángeles, enviados para ver si aquello o aquel que quieres rectificar está listo. Si no está listo espera.
Pero sobre todo para verificar si tú estás listo para la tarea. Si eso que vas a realizar es para el objetivo de Hashem, y si lo que vas a realizar no te producirá un descenso no deseado.
Esos enviados son los sabios, los rabinos, los amigos verdaderos, los padres, los asesores en general, pero sobre todo tu mente y tu corazón. Mira que lo que te dice tu mente está de acuerdo con la Torá y lo que te indica tu corazón está dirigido por la mente.
Genesis Capítulo 32
4 Iaakov envió mensajeros delante de sí a su hermano Esav, al campo de Edom en la región de Seír.
5 Les ordenó que dieran el siguiente mensaje: “A mi señor Esav. Tu humilde siervo Iaakov dice: He estado morando con Laván, y he demorado mi retorno hasta ahora.
6 He adquirido ganado, asnos, ovejas, esclavos y esclavas, y ahora envío un mensaje para decir a mi señor, para ganar favor a tus ojos”.
7 Losmensajeros regresaron a Iaakov con el informe: “Fuimos a tu hermano Esav, y él también está dirigiéndose hacia ti. Tiene consigo 400 hombres”.
8 Iaakov estuvo muy atemorizado y afligido. Dividió a las personas que lo acompañaban en dos campamentos, junto con las ovejas, el ganado y los camellos.
9 Dijo: “Si Esav viene y ataca un campamento, al menos el otro campamento sobrevivirá”.
10 Iaakov oró: “Oh Dios de mi padre Avraham y Dios de mi padre Itzjak. Tú Mismo me dijiste: ‘Retorna a la tierra donde naciste, y haré que las cosas vayan bien contigo’.
11 Soy indigno de toda la benevolencia y fe que me has mostrado. [Cuando dejé mi hogar,] crucé el Jordán con [sólo] mi bastón, y ahora tengo suficiente para dos campamentos.
12 Rescátame, lo ruego, de la mano de mi hermano, de la mano de Esav. Tengo miedo de él, puesto que puede venir y matarnos a todos, madres e hijos sin distinción.
13 Una vez dijiste: ‘Haré que las cosas vayan bien contigo, y haré a tus descendientes como los granos de arena del mar, que son demasiado numerosos como para ser contados’”.