En general, podemos afirmar que la mayor parte de los desórdenes psicológicos, tienen su raíz en la ansiedad. En principio, la misma tensión y las presiones que acompañan la angustia por los temas más básicos, como la salud y el dinero, causan y exacerban muchos problemas psicológicos. A un nivel más profundo, un examen íntimo revela que casi todos los desórdenes provienen, ya sea de algún miedo o fobia conciente o subconciente, o de alguna frustración proveniente del inevitable conflicto, entre las básicas urgencias animales del hombre, y sus aspiraciones espirituales (en el caso del judío, debemos agregar también el conflicto entre estos últimos y su tercer nivel de conciencia, la de su alma Divina, cuyo único deseo es cumplir la voluntad de Di-s). En una persona que cree en Di-s y trata de vivir de acuerdo con las enseñanzas de la Torá, estos miedos y frustraciones también pueden expresarse como miedo al pecado. La confrontación y el tratamiento de la ansiedad, en cualquiera de las formas que pueda asumir, es la base de toda terapia psicológica.
Las enseñanzas de la cabalá, como del judaísmo en general, están íntimamente ligados a los matices del texto escrito de la Torá. Toda pesquiza dentro del enfoque cabalístico de un tema en particular, debe comenzar con un análisis de cómo es tratado por el texto sagrado. La ansiedad es mencionada varias veces en la Torá escrita, pero la instancia seminal es el siguiente versículo del libro de Proverbios, 12:25.
“Si hay ansiedad en el corazón del hombre, déjenlo que la suprima.
Y que la convierta en alegría con una buena palabra.”
El libro de Proverbios fue escrito por el rey Salomón, que fue el más sabio de todos los hombres, particularmente en el campo de la psicología humana. En este versículo, entonces, podemos esperar encontrar la clave para el bienestar psicológico, y el apropiado enfoque para enfrentarse con los problemas de la salud mental. La frase “déjenlo que la suprima”, es el sentido básico del verbo que describe qué es lo que tenemos que hacer con la ansiedad. La tradición registra otros dos significados auxiliares: “déjenlo que la ignore”, y “déjenlo que la articule”. Tenemos entonces tres instrucciones distintas, que representan tres técnicas terapéuticas diferentes y complementarias para enfrentar la ansiedad. Cuando son implementadas correctamente, se puede esperar de estas técnicas en conjunto, que impidan que la ansiedad devenga en una condición más seria, e incluso hasta que curen completamente al paciente.