La Buena educación del jardín de Infantes
Cuenta la Guemará acerca de Abaie, que escuchó una ley en nombre de Rav. Como era el Rabi de su propio Rabi, se supone que tiene que respetar algo que oye en su nombre. Hay una discusión si está permitido utilizar las luces de Jánuca. Nosotros sabemos que “No tenemos permiso para utilizarlas sino sólo observarlas”. Rabi Irmiá dice en nombre de Rav, que está prohibido utilizar las luces de Jánuca, pero Abaie no aceptó esto, aunque no escribió por qué, y hay varias versiones. Pasado un tiempo, no dice cuanto, aparentemente años después, los sabios dijeron la misma ley ante Abaie en nombre de Rabí Iojanán, y entonces Abaie aceptó la ley, y así se fijó la halajá. “Si hubiera sido meritorio, hubiera aceptado esto de su fuente principal”, la vez anterior en nombre de Rav. Pregunta la Guemará: “¿Por qué te preocupas?”, ya que al final lo aprendió, ahora sabe la verdad y cuál es la halajá, entonces por qué se lamenta tanto que no lo pudo recibir antes? Y contesta: “es diferente aprender de joven”. El pesar de Abaie es por la diferencia entre aprender la verdad más antes en la vida o más tarde. De todas las cosas debemos pensar en qué nos concierne, y el mensaje es que hay quien llega al punto de la verdad al principio de su vida, y quien llega a la verdad más tarde. A primera vista la Guemará pregunta ¿y qué importa? Gracias a Dios recibió la verdad, ¿y por qué hay que apenarse porque no la aceptó antes? Y luego contesta que la diferencia es la guirsa deiancuta , “aprenderlo de niño”, que ha perdido el estudio de la versión cuando era joven. Dice Rashi: “el estudio de la juventud perdura más que el de la vejez”. Lo que la persona estudia en su juventud perdura más que los que estudia cuando ya es más maduro. Es similar a como dice el “Tratado de los Padres”, que no es lo mismo cuando la tinta se escribe sobre papel nuevo que el que se escribe sobre uno viejo (usado). Teóricamente el estudio en la juventud es algo muy importante, y Abaie se apena de que no comprendió y acepto la versión antes. No se especifica cuánto tiempo pasó entre las dos ocasiones, a tal punto que según una versión es seguro que no era en el mismo año, entre Jánuca y Jánuca, porque en ese caso hubiera podido seguramente cumplir con la Halajá y no se hubiera lamentado. Pero si no fuera por esta razón, se podría pensar que pasó muy poco tiempo. Otra cosa importante es que hoy en día se acostumbra referirse a guirsa deiancuta a lo que se estudia en el jeider, en el aula de la escuela primaria judía, pero acá está claro que no se refiere a eso, porque es descabellado pensar que un niño de escuela no acepte la palabra de rabi Irmiá en nombre de Rav. Seguro que Abaie ya era posek, legislador de la ley, ya era adulto y se lo contaron para que él determine que así es la ley, pero no lo aceptó. Entonces el “estudio en la niñez” puede referirse perfectamente a una persona adulta, pero aún es guirsa deiancuta en relación a lo que uno estudia más tarde.