6 de KISLEV 5772 – Kfar Jabad – ISRAEL – 2 DE DICIEMBRE 2011
En la Parashat Vaieitze nacieron la mayoría de las tribus de Dios, 11 de las 12 tribus nacieron en nuestra parashá. Comenzando por Lea, sus hijos fueron Reubén, Shimón, leví, y el cuarto fue Iehudá. Luego dejó de parir, y la Torá continúa contando acerca del resto de las tribus. Cuando Lea nuestra matriarca dio a luz a su cuarto hijo -el hijo ligado a la realiza, la cuarta pata de la Carroza Divina del cual surge el reinado de Israel, el rey David, y de él el Mashíaj- ¿Qué está escrito en la Torá, acerca de por qué lo llamó Iehudá, יהודה , el único nombre en toda la Torá que tiene todas las letras del Nombre Havaiá y una letra más, la dalet ד , que también es la dalet de David, דוד , como vamos a explicar?
Está escrito así: [Bereshit 29:35]
“ותהר עוד ותלד בן ותאמר הפעם אודה את הוי’ על כן קראה שמו יהודה ותעמד מלדת”
“vatahar od vateled ben, vatomer hapam odé et Havaiá. Al ken kará shemó Iehudá vataamod miledet”
“y concibió nuevamente y parió un hijo y dijo ‘esta vez agradeceré a Dios’ y por eso lo llamó Iehudá, y dejó de parir”.
Sobre esto hay una enseñanza de los sabios en el tratado de Berajot: “Dijo Rabí Iojanán en nombre de rabí Shimón Ben Iojai: ‘desde el día en que el Santo bendito Es creó Su mundo, no hubo una persona que agradeció al Santo Bendito es, hasta que vino Lea y le agradeció, como está dicho: ‘esta vez agradeceré a Havaiá'”. No sólo esta vez [הפעם , hapaam] es la primera desde el nacimiento de sus hijos, sino la primera vez [הפעם , hapaam] en la historia desde la creación del mundo, como dice Rabi Shimon Bar Iojai, que alguien se preocupó de agradecer a Dios.
Explican los comentaristas por qué justamente aquí en el cuarto nacimiento agradeció a Dios. La explicación simple es que vio proféticamente que Iaacov Avinu iba a tener 12 tribus, y tendría 4 esposas, por ahora desposó sólo 2, dos hermanas, pero en el futuro iba a desposar a otras 2 mujeres. Entonces iba a tener 4 esposas, y por un simple cálculo, si tiene 4 esposas y 12 tribus, a cada esposa le corresponde 3 hijos.
Y he aquí ahora que tuvo el cuarto hijo entendió que “no lo merezco”. Y por cuanto que recibió más, que “no lo merezco”, entonces agradeció. De aquí aprendemos que debemos agradecer cuando recibimos algo que sentimos íntimamente que “no lo merezco”.
Ahora, quien estudia Jasidut, en especial Torát Hanefesh, psicología de la Torá, y tikún hanefesh, la rectificación de la psiquis, sabe que al final de cuentas “no me corresponde nada”. Nos dirigimos a Dios a manera de súplica, “el pobre dirá palabras de súplica” [Proverbios 18:23] porque no merezco nada. Es algo muy importante repetirnos y aprender hasta que lo arraiguemos en lo profundo de nuestra psiquis que nada me corresponde y por lo tanto todo es un regalo gratuito de Dios. Cada neshimá, respiración, “Toda Neshamá tehaleliá“, “toda respiración te Alabará Dios”, “Col Atzmotai tomarna Havaiá“, “Todos mis huesos te dirán Dios”, hay que agradecer. Y en realidad Iehudá, el agradecimiento, tiene que nacer en cada momento, no hay que esperar hasta el cuarto hijo. Todo es Iehudá, y por eso es el reinado, el reinado es todo, todo es Iehudá y por eso él es la tribu real en el pueblo de Israel. Entonces hay que llegar hasta el punto en que “no merezco nada”, y automáticamente agradezco por todo lo que Hashem me da.
Hay quienes preguntan, puesto que Adam el primer hombre estuvo antes que Lea, y en los Salmos capítulo 139, adjudicado a Adam Harishón, relata cómo Dios lo creó, etc., y allí hay un verso que dice:
[Salmos 139:14]
“אודך על כי נוראות נפליתי נפלאים מעשיך ונפשי ידעת מאד”
“Odeja al ki noraot nifleti niflaim maaseja venafshi iodaat meod“
“Te agradeceré, pues fui formado de manera maravillosa e imponente; insondables son Tus obras, aunque mi alma comprende muy bien.”
Vemos que este es un verso de agradecimiento a Dios “porque has hecho maravillas, etc.”, agradeciendo a Hashem por los actos maravillosos. Entonces ¿por qué Rabi Shimon Bar Iojai dice no hubo nadie hasta que vino Lea y agradeció a Hashem? Explican que, y así lo vamos a explicar nosotros más claro y simple, tal como escribimos en varias lugares que para las palabras הוד , hod, “reconocimiento” o “agradecimiento” y להודות , lehodot, “agradecer”, hay varios significados.
Está el agradecimiento por un regalo, “muchas gracias”. Te agradezco porque me has hecho un bien que no merezco. Y está el agradecimiento, como trae el Tania en Igrot HaKodesh, la Epístola Sagrada 15, en donde explica el Rebe Shneur Zalmen todas las sefirot superiores, hay que agradecer por todas las maravillas de Dios. Hay quien diferencia entre las dos formas gramaticales הודיה והודאה, hodaiá y hodaá, “agradecimiento” y “reconocimiento” pero en esencia ambos son un agradecimiento. Está el agradecimiento por la verdad de Hashem, en especial por aquellas cosas que son terribles y maravillosas como dice el verso citado, “Te agradeceré, pues fui formado de manera maravillosa e imponente; insondables son Tus obras, aunque mi alma comprende muy bien”, que enorme y maravilloso es todo lo que Tú haces.
Y está el agradecimiento simple por el regalo que Me has dado, que no es el agradecimiento por las maravillas de Dios. Aquí vemos el origen de que agradecer por las maravillas ya lo había hecho Adam HaRishón, pero dar gracias por cosas simples, por lo que no merezco, no hubo una persona que agradeció hasta que llegó nuestra matriarca Lea.
¿Qué hay de especial en Lea nuestra matriarca? “El nombre de la mayor es Lea.” [Bereshit 29:16] Lea es la hei ” ה grande”, es “biná“, “entendimiento”. Como trae la Cabalá:
“בינה עד הוד אתפשטת”
“Biná ad hod itpashetet“
“Entendimiento se extiende hasta Agradecimiento”.
Estudiamos hace algunas clases que Lea es un estado de humildad, como en Proverbios 22:4: “La base de la humildad es el temor a Havaiá”. Entonces Lea es pensamiento, es entendimiento, biná, Lea es modestia, y allí está el origen del agradecimiento simple. Por cuanto que entiendo perfectamente que no me corresponde nada en el mundo, entonces agradezco a Dios.
Ahora, dijimos que en el nombre de Iehudá, “יהודה , “y lo llamó Iehudá”, están todas las letras del nombre Havaiá, “Hashem es todo”, y por eso Iehudá es todo, esa acción espiritual de agradecer a Dios abarca todo, es maljut, el reinado. Como está escrito “hod maljut“, el resplandor del reinado”, “Ella [Maljut] está en Hod“. Además hay una dalet, ד , de David, דוד . Cuando interpretamos las letras de acuerdo a “Las Letras de Rabí Akiva” donde la alef, א , se deletrea תלף , אמת למד פיך , emet lamed pija, “verdad enseñará tu boca”. ¿Y qué es dalet?
ד’ע ל’ומר ת’ודה
da lomar todá,
“sabe decir gracias”.
Entonces está el Nombre Havaiá y la dalet está entre las letras vav y hei de Iehudá, en cuyo nombre está el Nombre Havaiá en su orden, iud-hei-vav-hei. Entre la Vav y la Hei, que forman en Cabalá lo que se denomina Iuda tataá, “unión inferior”, y para generar esa unión tiene que estar en medio la dalet de “sabe decir gracias”. Esto comprende toda la Torá porque toda la Torá es para unir a Havaiá con la Presencia Divina en nombre de todo Israel, [Leshem Ijud Kudsha Berij Hu uShjinte beshem col Israel] Esto es la unión vav-hei del Nombre.
Y para unirlos tiene que estar allí la raíz del rey David que viene de Iehudá, “Da lomar todá”, “sabe decir gracias”. Y de esta manera será Hashem, Havaiá, Rey sobre toda la Tierra”. Cuando todos reconocerán a Dios, no sólo su existencia, no sólo por Sus maravillas tremendas, sino que simplemente agradecerán por cada respiración, por cada movimiento del cuerpo, por cada instante de vida. Esto es Iehudá, el cuarto hijo, [רבע , reva] el secreto de רבע ישראל מספר את , mispar et roba Israel, que también implica “zivug, “pareja”, el aparejamiento de la vav y la hei del Nombre de Dios.
Entonces que logremos cumplir con esto tan simple como “sabe decir gracias”, “y viene a Tzión el redentor”.