Es conocido el proverbio 

“A Jasid oiz a lametereshtzik”,

“un jasid es un hombre que camina por las calles 

para encender las lámparas de la ciudad”.

Es decir, el papel de un jasid es salir a la calle, al “dominio público”, un lugar donde prevalece la oscuridad, y encender una “lámpara” que alumbre la oscuridad de la calle, incluso si no ve gente en la calle, o la gente se esconde “en agujeros y grietas”, incluyendo “agujeros y grietas” que no se sabe si fueron revisados para ver si tienen jametz antes de Pesaj… porque así cuando cumple su función de encender la “lámpara”, entonces toda la gente de todos los lugares se reunirán espontáneamente, incluso de lugares donde nunca imaginó que pueda haber gente allí… y todos vendrán al lugar de la luz, es decir, no solo que no tendrán temor de la luz, sino por el contrario, a tal punto que ellos mismos se convertirán en “lametereshtzik“, “lámparas para iluminar”.

Y esto también se entiende con respecto al “Banquete del Mashíaj” en el último día de Pesaj, (fuera de Israel el octavo día, este año domingo) así como las generalidades de la revelación de la iluminación del Mesías y su pertenencia a todos y cada uno de Israel – y que también sea de esta manera en todos los asuntos relacionados con el servicio a Hashem de cada uno y una de Israel.

Y que se Su voluntad que el trabajo en todo lo dicho antes, (“el hacha sobre el árbol”, o sea en la acción práctica) sea con un gran y extraordinario éxito.

Y lo principal – que por nuestras acciones y ocupaciones en todo lo anterior, que, el punto de interés es reunir a todos los judíos que se pueda llegar a ellos (el papel de “Lamatereshtsik”) apresure el asunto de la reunión de los alejados del pueblo de Israel a través de nuestro justo Mashíaj.

El Rebe de Lubavitch

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