1 ZOHAR –
2 EL PALACIO DE LA MÚSICA –
3 TORÁ Y CIENCIA – 4 PSICOLOGÍA
En los maamarim anteriores [del Ain Beis] hablamos de la conexión entre la Tora y la ciencia. La comprensión de los cuatro reinos inanimado-vegetal-animal-parlante [דצח”מ , datzja”m, domem-tzomeaj-jai-medaber, “silente-creciente-viviente-parlante”] presentado esta semana es diametralmente opuesto a la aproximación científica, y si podemos entender bien la diferencia seremos mucho más sabios. Vamos a decir que “esto y aquello [es verdad]”.
Primero diremos el punto en general, y luego iremos a los detalles. El argumento principal [del Rebe Rashab] establece, de acuerdo con el Jasidut, que cuanto más alto asciendes, de lo inanimado a lo vegetal, a lo animal a lo parlante, por los peldaños de la jerarquía de la naturaleza, las diferencias se hacen más grandes. Es decir que la diferencia inmensurable entre tú [un ser humano] y un mono, entre los parlantes [humanos] y los animales [las otras formas de vida], y entre todos los animales y bestias, la diferencia, el peldaño, es enorme.
También hay una enorme diferencia entre los animales y los vegetales [las plantas], pero no tan grande como la diferencia entre el ser humano y el animal. Y la brecha más pequeña, según el Rebe Rashab, y así lo destaca en el maamar, es aquella entre lo vegetal [plantas] y lo inanimado, que son casi idénticos, así surge del maamar, que la piedra y la planta son casi la misma cosa. Pero por supuesto, cada una de estas brechas, todo el maamar se ocupa de diferenciar entre los niveles, porque [lo inanimado y la planta] no son exactamente lo mismo. Su argumento es que ciertamente son diferenciables, pero el interrogante permanece: ¿cuán grande es la brecha entre los otros niveles?
Ahora bien ¿Cómo ve esto la ciencia? La ciencia lo percibe exactamente al revés. La ciencia te explicará simplemente que la diferencia más grande, que el salto cuántico más grande es aquel entre la piedra y la planta, es decir, entre lo inanimado y lo vegetal. Así pues, la diferencia entre la planta y el animal es menor, y el menor de todos es entre los animales y el hombre. De hecho, es tan poca la diferencia que no se necesita diferenciar completamente entre ellos.
Así como lo dice el Rebe Rashab que no hay que diferenciar entre lo inanimado y lo vegetal, así en la ciencia apenas hay diferencia entre el mono y el humano. Éste no es más que un mono más desarrollado, pero no mucho más desarrollado, la diferencia no es tan grande como la que hay entre un árbol y un animal. Ahora bien, este es un punto fundamental. ¿Cuál es la explicación [de ambos puntos de vista diferentes]? Es muy simple, cada uno [Torá y ciencia] está estudiando algo completamente diferente. El Rebe Rashab estudia las cualidades internas y la ciencia las cualidades externas.
De nuevo, esta es una lección muy básica que debería ser enseñada incluso a los niños en el jeider [en la escuela elemental], pero, específicamente mostrando ambos puntos de vista, que es la unificación de la Torá y la ciencia, justamente porque hay dos puntos de vista de la realidad totalmente opuestos, y casi no hay otro ejemplo tan bello y sencillo que pueda ilustrar dos puntos de vista opuestos, y que permita explicar que ambos son correctos, y por lo tanto, como ambos son correctos, pueden ser combinados.
De nuevo, desde un punto de vista externo, y la vida física que puede ser medida… Comencemos a detallar. ¿Por qué dice el Rebe Rashab que una piedra y un árbol son la misma cosa, casi lo mismo? Lo dice porque incluso una piedra tiene una nefesh [alma] silenciosa [domemet], y un árbol es en realidad una piedra, a excepción de que tiene además una nefesh [alma] creciente, que en relación con [las nefesh] de lo viviente [animales] no merece ni siquiera ser llamada nefesh [alma], más bien tendría que ser llamada un agregado de fuerza vital.
En su explicación el Rebe Rashab distingue entre fuerza vital y nefesh [alma]. No lo dice explícitamente, pero la palabra nefesh también significa “voluntad”, ratzón. Así pues, ¿dónde está la nefesh? Voluntad equivale a movimiento, movimiento voluntario. ¿Dónde se empieza a expresar la nefesh como para que pueda decir que esta cosa tiene una nefesh? Sólo con lo viviente [los animales]. Eso es lo que escribe. En el viviente y el parlante hay nefesh, salvo que la mente del parlante [los humanos] lo hace tan único y lo diferencia del resto de los animales, que una vez más, la brecha la más grande, la más absoluta, donde el salto cuántico, desde una perspectiva interior, es aquella entre un mono y un ser humano.
Mirando sus caras, cuando miras al espejo, puede ser difícil distinguir entre un mono y un humano. Es un ejemplo, un punto de vista externo. Ambos son inteligentes [el mono y el humano], realizan acciones voluntarias, por ello los científicos dicen: “de acuerdo, el humano está más desarrollado, pero no de una manera fuera de lo normal. Y la prueba, es que si miras al espejo y miras sus caras, son exactamente iguales, apenas diferentes”.
Ahora bien. ¿Qué escribe el Rebe Rashab? Escribe que lo inanimado y lo vegetal tienen una fuerza vital, pero no una nefesh verdadera [voluntad o alma]. Y mantiene la premisa, un axioma, como está escrito en el Tania en nombre del Arizal, que la piedra también tiene una nefesh. Así que en definitiva no hay una gran diferencia [entre la piedra y la planta].
Ahora, el científico no puede aceptar este axioma, pero nosotros en el jeider [la escuela elemental] le explicamos a los niños que “esto y aquello son verdad. ¿Por qué la ciencia no quiere aceptar que la piedra inanimada tiene nefesh? Dicen “¿hay nefesh en una piedra? ¡No hay nefesh!” La ciencia utiliza un criterio muy simple, existe la materia orgánica y la inorgánica. Algo que no es orgánico no está vivo. No hay más que hablar. Y algo orgánico puede potencialmente vivir. Y este criterio se puede explicar muy bien utilizando la química para distinguir lo orgánico de lo inorgánico, por lo que en realidad brecha más grande está entre la materia orgánica y la inorgánica. Fin de la historia. Esto es entre la piedra y la planta.
Pero aquí el Rebe Rashab dice claramente, y aquí está la disputa, todo cambia a causa de la nefesh de lo inanimado. Si es que hay algo vivo en la piedra.
El Arizal dice que sí. ¿Cómo se lo explicamos a un niño? Le diremos que hay algo espiritual que la ciencia todavía no conoce. A pesar de todo, hoy en día la ciencia avanza a pasos agigantados, hay estudios sobre las gotas de agua [y otras cosas hermosas descubiertas] que demuestran que pese a ser una substancia inorgánica, totalmente inanimada, es sensible y reacciona a los estímulos humanos, especialmente si estás enfadado. Si has transgredido la aveirá [pecado] de prender fuego en Shabat [“No encenderás fuego en todos tus asentamientos en el día de Shabat]. De esta forma, el agua, por ejemplo, es sensible y diferencia entre el Shabat y el resto de los días de la semana.
¿Cómo sé que justamente el agua es sensible al Shabat? Hay un río, el Sambatión, que descansa el séptimo día. Toda la semana arroja piedras de ira, está enojado con todo el mundo, y será porque refleja que la gente está enojada, tal como sucede en el Guehinom. Pero en Shabat está tranquilo, sereno, “serenidad y calma”. En cualquier caso, incluso respecto a esto, tenemos esperanza en que llegue el día en que todas estas cosas se conecten conscientemente. O sea que la ciencia aceptará todo esto, pero depende de que nosotros expliquemos las cosas correctamente, para que sea aceptado por la ciencia. Por supuesto esto es lo que queremos.
Para nosotros es simple, todas las cosas tienen nefesh, incluso una piedra. Es por eso que está escrito que incluso un alma puede reencarnarse en una piedra. Pero ciertamente la ciencia no está para nada a este nivel, no es capaz de estudiar la reencarnación, o sea que haya un alma humana que se puede reencarnar en una piedra. Pero además del secreto de la reencarnación, está la fuerza vital de la piedra, que es un axioma por sí misma.
Entonces, si hay fuerza vital en una piedra, y hay algo más, otro nivel de fuerza vital en lo vegetal [plantas], entonces no están realmente tan separados. De paso, quien desea entender bien esto hay una sijá, una de las primeras sijot [discursos del Rebe de Lubavitch] de la que ciertos seguidores jasídicos ancianos del Rebe de Lubavitch dicen que es la primera de las sijot del Rebe que se debe aprender, aquella sobre inanimado-vegetal-animal-parlante, en la Parashat Iitró, volumen 6.
¿Qué nos explica ahí el Rebe? Nos explica cómo se puede ver el corte en cualquiera de los intervalos. Puedes ver el corte entre el parlante y lo inanimado-vegetal-animal, o puedes verlo entre parlante-animal y vegetal-inanimado, o también entre los niveles de parlante-animal-vegetal y lo inanimado. Todas estas aproximaciones son correctas. El corte significa dónde ves la brecha principal. Esto es mucho más que todo lo que hemos dicho hasta ahora, que se puede ver la brecha principal entre animal y parlante, que es lo que se desprende del maamar [del Ain Beis del Rebe Rasha”b].
Hay una posibilidad de ver el salto cuantitativo, o sea la novedad especial entre los niveles vegetal y animal, también mencionado por el Rebe aunque no diga que sea la brecha principal, el salto que él identifica entre la fuerza vital y el nefesh. Y también se puede ver el salto principal entre lo inanimado y los niveles que están por encima, que es como la ciencia ve las cosas, el intervalo entre lo inorgánico y lo orgánico. Podemos decir, de acuerdo a esto que cortar justo en el medio es un punto de vista intermedio entre la ciencia y la Torá, a medio camino entre un punto de vista externo, lo que externamente ven nuestros ojos, y el punto de vista interior.
Tenemos que agregar a favor de la ciencia que tiene el potencial de crecer en sabiduría y convertirse, ya que desde hace bastante tiempo sostiene que la realidad no es sólo lo visible a nuestros ojos. De momento que la ciencia admite que lo externo no es la verdad, este principio científico puede ser usado para argumentar que toda la ciencia se basa en un punto de vista externo, ya que ella misma dice que el punto de vista externo no es el verdadero. Por lo tanto, dentro de la ciencia está la clave que permitirá dominar, deshacerse de su enojo por la Torá, porque ciertamente existe ira, y evacuar, expulsar esa ira, y hacer una ciencia libre de ira, quedando sólo sumisión, y todo estará en orden.
Así que, una vez más, estos fueron los dos puntos de vista acerca de la jerarquía de la naturaleza.