Como se mencionó anteriormente, un no judío posee libre albedrío, por cuanto que él puede elegir entre cuidar o pasar por alto sus siete preceptos. Pero en un sentido más amplio, se puede elegir sólo una alternativa. Del dicho de nuestros sabios: “Todo está en manos del Cielo, salvo el temor al Cielo”, entendemos que el libre albedrío del hombre se relaciona específicamente con su temor al Cielo.
En cierto sentido, este precepto está relacionado, en particular, con el servicio Divino del no judío. Existen dos versículos similares en el Libro de Salmos, que empiezan con la expresión “Sirve a Di-s…”.El primero de ellos dice: “Sirve a Di-s con alegría…”, el otro: “Sirve a Di-s con temor…”.Nuestros sabios interpretan que la primera expresión se dirige particularmente a aquéllos que ya constituyen el pueblo de Di-s. El segundo versículo, se refiere a aquéllos que son gentiles en la actualidad. Es importante saber que la escala de fe puede ser escalada por cualquier ser humano; CUALQUIERA, cuya alma lo mueve a esa meta puede convertirse al judaísmo, y ser así, parte del pueblo de Di-s, una parte viviente de “el hijo de Di-s”.
Existen muchos niveles de temor a Di-s. El nivel más básico para el gentil es el que lo motiva a abstenerse del pecado, es decir, el temor al castigo. El nivel más básico para el judío es el temor a Di-s como el Rey omnipotente del universo. A pesar que ambos se refieren al poder Divino para decretar la vida o la muerte, el primero no tiene un enfoque hacia el Rey Todopoderoso propiamente tal, sino exclusivamente al temor a Su castigo.
Cuando el temor del no judío se conecta al del judío, aquél también se vuelve capaz de experimentar al Rey propiamente tal y retornar a Él con temor reverencial. Ésta es la esencia del poder del libre albedrío en el alma del no judío. La única elección que la persona realmente puede hacer en la vida es si tornarse a Di-s o no. Fundamentalmente, el judío vuelve a Di-s por amor, el amor de un hijo hacia su padre. El no judío al principio retorna a Di-s por temor, el temor de un sirviente hacia su amo. Sin embargo, es el temor al alma judía lo que eleva el temor del no judío.
El mejor ejemplo en la Biblia de una sociedad no judía que retorna a Di-s es el relato del arrepentimiento de los habitantes de la ciudad de Ninive, registrado en el libro de Jonás. Los judíos leen esta historia en el momento más sublime del día más santo del año, Iom Kipur, el Día del Arrepentimento. Fue el alma de un judío, el alma de Jonás, que se convirtió en una herramienta en las manos de Di-s, para estimular a una multitud de almas no judías y hacerlos retornar a Él con arrepentimiento sincero. Encontramos en el texto que los habitantes de Ninive fueron motivados por temor al castigo. Sin embargo, al escuchar los milagros que Jonás experimentó, ellos a su vez, se inspiraron y fueron también testigos del sentido de reverencia por el Di-s de Israel.