RECTIFICANDO NUESTROS SUEÑOS

Pirkei Avot 6:10

Dios adquirió cinco adquisiciones en su mundo. Estas son: una adquisición es la Torá, una adquisición son los Cielos y la tierra, una adquisición es Abraham, una adquisición es el pueblo de Israel y una adquisición es el Templo Sagrado. (Pirkei Avot 6:10)

Rabi Itzjak de Homil proporciona una explicación profunda de nuestra mishná. Primero hace una pregunta: parecería que la palabra kinián (קינין, adquisición) no encaja aquí. Un kinián es un artículo que se transfiere de un propietario a otro. Generalmente, kinián no se refiere a algo que se adquirió porque no tenía dueño. ¡Pero todo pertenece a Dios! Claramente, una persona tiene que adquirir la Torá e invertir el esfuerzo para merecerla, pero ¿cómo podemos decir en este caso que Dios adquiere la Torá, o cualquier otra cosa?

Rabí Itzjak dice: Hay cosas que están por debajo de la realidad. Desde la ruptura de los recipientes (en el mundo del caos) todas las cosas importantes y grandes existen por debajo de la realidad. Esto se ejemplifica con los sueños: cuando una persona ve una imagen en un sueño, esa imagen pertenece a su mundo de imaginación. No podemos decir que no existe en absoluto, sino que existe por debajo de la realidad.

Todos los grandes elementos relatados en nuestra mishná existen por debajo de la realidad. Están atrapados y cautivos en el poder de la imaginación, en el mundo de la transposición y la idea, y es por eso que deben ser adquiridos. La palabra hebrea para ‘adquirir’ es liknot, לקנות, que es una permutación de tikun, ‘rectificación’. Adquirir algo es en realidad el acto de traerlo al mundo de la rectificación. Cuando Iosef resuelve (poter, פותר) un sueño, cose (תופר, tofer, una permutación de poter) y une las chispas caídas dispersas alrededor del sueño, reconectándolas en una imagen correcta y rectificada. Esto es cierto para todas aquellas cosas cautivas en los “sueños” de este mundo.

Nuestra mishná repite la expresión ‘una posesión’ cinco veces. Esto sugiere sutilmente el hecho de que cada adquisición revela al ‘Verdadero’. Maravillosamente, las palabras “קנין אחד (kinián ejad, una adquisición) equivalen a ein od milvadó אין עוד מלבדו (no hay nada más que Él). Las palabras חמשה קנינים (jamishá kinianim, cinco adquisiciones) suman tariag תריג (guematria 613) el número de mitzvot en la Torá.

Las Adquisiciones y las Sefirot

Como vimos arriba, las cinco adquisiciones (kinián) nos dan propiedad (lehaknot, להקנות – emparentado con kinián) y rectifican (tikun, תיקון – emparentado con kinián) el caos que se destruyó y cayó debajo de la realidad. La ruptura comenzó en la sefirá de daat (conocimiento) y está principalmente en los atributos del corazón que se dividen en los seis atributos emocionales (bondad, poder, belleza, eternidad, esplendor y fundamento). En la dimensión interior podemos comparar las adquisiciones de la siguiente manera:

  • “Una propiedad es la Torá” – Rectificación del atributo de daat (daat Torá).
  • “Una propiedad son los Cielos y la tierra”, correspondientes a los atributos de fundamento y reinado (que vienen juntos, como en el secreto de la Recámara de piedras de Zafiro). Alternativamente son los atributos de fundamento y la corona de fundamento.
  • “Una propiedad es Abraham”, correspondiente a bondad y poder. Abraham ejemplifica el amor, pero en la atadura de Itzjak también dominó el atributo de poder (“Ahora sé que eres temeroso de Dios”). La bondad y el poder son las dos alas que elevan las oraciones y las mitzvot al Cielo como se describe en el Tania.
  • “Una propiedad es Israel”, correspondiente al atributo de belleza, como en el dicho “Tiferet Israel” (Belleza de Israel).
  • “Una propiedad es el Templo Sagrado”, correspondiente a los atributos de eternidad y esplendor: “Y la eternidad es Jerusalén y el esplendor es el Templo Sagrado”

Foto por Jr Korpa en Unsplash

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