“¡GUEVALD, GUEVALD!, ¡IMPURO, IMPURO!
Al final del libro Tania, y como todo va de acuerdo a la rúbrica, hay una expresión especial, algo exclusivo que no figura en ninguna otra parte del libro. El Admur Hazakén escribe en idish, con una gran conmoción y clamor del corazón, “¡guevald, guevald, hasta cuando nos sucederá esto para vergüenza”. Se refiere a…