KISLEV

EL MES DE KISLEV

De acuerdo con el Sefer Ietzirá, cada mes del año judío tiene una letra del alfabeto hebreo, un signo del zodíaco, una de las doce tribus de Israel, un sentido, y un órgano controlador del cuerpo que le corresponde.

Kislev es el noveno de los doce meses del calendario judío.

Es el mes de Januca, la única festividad que combina dos meses, comienza en el mes de kislev y continúa y concluye en tevet.

Su nombre deriva de la palabra hebrea «seguridad» y «confianza». Hay dos estados de fé, uno activo y otro pasivo, que se manifiestan en el mes de kislev (bitajón, confianza). El milagro de jánuca refleja la confianza activa de los Jashmonaim (Macabim) para levantarse y luchar contra el imperio helenista y su cultura. El sentido de «dormir» ligado a kislev refleja la fé pasiva de que la providencia de Di-s siempre proteje a Israel.

En la tradición jasídica, el día 19 de kislev es conocido como «el Año Nuevo del Jasidut», día de la liberación de la prisión y redención del rebe Shneur Zalman, autor del Tania, texto clásico de jasidut, discípulo del Maguid de Mezerich, el sucesor del Baal Shem Tov. Fue encarcelado por diseminar los más profundos misterios de la Torá y su liberación implica que es a través del canal espiritual de este día que se baja a este mundo la sabiduría interna del jasidut y el poder de integrar esta sabiduría a nuestra vida diaria. La base del sendero del jasidut es la confianza y la fé en la omnipresencia de Di-s y la omnipotencia de Su providencia Divina.

Color: azul violeta

Letra: samaj.

Samaj significa «sostener» o «apoyar». La experiencia de sentirse apoyado corresponde a la fé y la confianza en la providencia Divina asociada con el mes de kislev como se describió arriba. Así lo encontramos expresado en los Salmos: «Di-s sostiene (somej) a todos los caídos y endereza a todos los encorvados»; «Aún cuando caiga no se lo dejará caer hasta el suelo, porque Di-s lo sostiene (ismaj) en sus manos».

La forma de la samaj es un círculo que representa la omnipresencia de Di-s y Su providencia que abarca o rodea . Según explica la cabalá y el jasidut el «gran círculo» de la luz Infinita de Di-s refleja Su «brazo derecho» que abraza (y soporta, desde abajo) la realidad toda con enorme e infinito amor, como está dicho: «Y desde abajo, los brazos del universo».

Mazal: «keshet», (sagitario, el arco)

El arco de kislev es el de los Macabim. Simboliza su confianza activa en Di-s para luchar contra el imperio y la cultura que entonces regían la tierra.

Aunque los Jashmonaim eran de la tribu de los Sacerdotes de Israel, el «arte» de la arquería es atribuido en la Biblia a la tribu de Benjamín en particular, la tribu del mes de kislev.

Los Cohanim (y Leviim) no son considerados como una de la tribus correspondientes a cada uno de los meses del año (de acuerdo con el Arizal). Como una manifestación «todo abarcadora» del alma judía, los Cohanim contienen y reflejan la fuente espiritual de cada una de las tribus. Esto es así especialmente con respecto a la tribu de Benjamín, ya que en su parte de la tierra de Israel estaba el Templo sagrado donde los Cohanim hacían su servicio. Por eso la relación entre estas dos tribus es similar a la del alma y el cuerpo. Los Cohanim libraron la guerra santa corporizada por el arco de Benjamín. El arco de guerra de kislev es realmente proyectado («disparado») desde el arco (el arco iris, que en hebreo corresponden a la misma palabra keshet) de paz (entre Di-s y la Creación) del mes anterior Jeshvan, como se explicó antes). Los dos arcos (semicírculos) se unen para formar el círculo completo de la samaj de kislev.

Tribu: Benjamín

Como se mencionó, esta es la tribu más dotada en el arte del arco. En su porción está el Templo Sagrado de Jerusalem, como consta en la bendición de Moisés a esta tribu en el final de la Torá (que sigue directamente a la de las tribus de Cohen y Levi, de acuerdo con la relación que hay entre ellos según se explicó antes) y que es una profecía de la guerra de los Macabiim contra los griegos: «Para Benjamín dijo: el amado de Di-s, El morará seguro sobre él, El sobrevolará sobre él todo el día, y reposará entre sus hombros» (Deuteronomio 33:12). Vemos aquí explícitamente que Benjamín simboliza seguridad y descanso, el sentido del mes de kislev.

De todas la tribus de Israel, Benjamín fue el único que nació en la tierra de Israel, el lugar donde podemos experimentar en mayor medida la Divina providencia y la omnipresencia absoluta de Di-s. En la palabras del Zohar: «No hay ningún lugar libre de El».

Sentido: dormir (sheiná).

El sentido del sueño es la tranquilidad y el reposo que viene de la confianza y la seguridad en Di-s y Su Divina providencia, por eso encontramos en la bendición del final del libro de Levítico (26:5-6): «Y morarás seguro en tu tierra. Y daré paz en la tierra, y podrás acostarte sin temor…».

Como la palabra «sentido» (jush) es semejante a «rápido» (jish), el sentido de dormir implica la capacidad de dormir bien pero rápido (como está dicho de los grandes tzadikim quienes necesitaban muy porcas horas de sueño por día).

El verdadero talento de Benjamín de disparar directo a su objetivo depende de una suma tranquilidad interior del espíritu. Dispara y acierta casi dormido, Di-s lleva su flecha a su destino. Una persona tranquila tiene muy poca fricción y tensión interior. Este sentido implica la habilidad de liberar el stress, confiando en el sustento de Di-s.

El sentido de dormir también trae consigo el de soñar. De acuerdo con nuestra fé en la Divina providencia, manifestada especialmente en relación con la conección entre las porciones semanales de la Torá y el ciclo anual de los meses y sus eventos, todos los sueños de la Torá están contenidos en las porciones que se leen durante el mes de kislev.

Cuando se posee una confianza absoluta en Di-s, se sueñan buenos sueños sobre el futuro. Los buenos sueños en la noche reflejan buenos pensamientos durante el día, especialmente la actitud y conciencia optimista enseñada por el jasidismo (cuyo año nuevo es el 19 de kislev): «Piensa bien, y estará bien».

Miembro dominante: el abdomen (kevá).

La Kevá es una de las tres ofrendas que se nos ordena dar a los sacerdotes al sacrificar un animal casher. Enseñan nuestros sabios que estas tres ofrendas, «el brazo, las mejillas y el abdomen», aluden al acto de autosacrificio de Pinjás al matar a Zimrí (el príncipe de Shimón) y Kozbí (la princesa de Midián), con el cual salvó a los hijos de Israel de la plaga que se había desatado entre ellos. Allí la palabra keiva se refiere al útero de Kozbí.

Vemos así que la keva, que significa «abdomen en el sentido general, incluyendo la región entera del abdomen, tanto como estómago, intestino grueso o útero (también en la Torá significa estómago o útero). Este último se relaciona con la tribu de Benjamín, que en cabalá personifica el secreto del iesod femenino.

Es clara aquí la relación entre el abdomen (cuando está «lleno» y saciado) y el tranquilo estado de dormir (y explícito en las enseñanzas de nuestros sabios).

La palabra keva deriva de kav, que significa «medida». Se dice del gran sabio tanaíta rabi Janina ben Dosa: «El mundo entero se sostiene por el mérito de rabi Janina ben Dosa, aunque para rabi Janina ben Dosa es suficiente una medida (kav) de algarroba de viernes a viernes». Un abdomen tranquilo es el que conoce su propia medida. Este concepto aparecerá nuevamente con respecto al mes de shevat, su sentido (de comer y el gusto) y su controlador (el estómago o kurkavan, desde el esófago hasta el estómago).

En la rectificación de nuestros rasgos de carácter, la keva rectificada (y el sentido del dormir) es no estar celoso de los demás. Enseñan nuestros sabios: «un hombre prefiere una medida [kav] de lo suyo que nueve de lo de su amigo». Y así se nos enseña en Pirke Avot: «quien es rico?, el que está contento con su porción».

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