DONDE NO HAY UN HOMBRE…
Se dijo en nombre de nuestro santo maestro, el Ba’al Shem Tov, acerca de un judío que está ocupado todo el día con sus negocios en las calles y mercados. Casi olvida que hay un Creador, y sólo cuando llega la hora de la Oración de la Tarde (Minjá), suspira en su corazón al contemplar…