TEXTO DEL NIGUN QUE CANTA EL RAV GINSBURGH AL FINAL
Atá sakum terajem Tzión ki et lejenena ki ba moed.
Ki ratzu abadeja et avanea veet afera iejinenu
“Tú Te alzarás y Te compadecerás de Tzión, pues es tiempo de mostrarle gracia,
ha llegado la hora señalada. Porque Tus servidores desearon sus piedras, y amaron su tierra.”
Erigir un reinado
Acerca de la continuación del primer Mandamiento, “[Yo soy Havaiá tu Elokim] Quien te sacó de la tierra de Egipto de la casa de esclavos”: explica Rabi Najman de Breslov, que “…te sacó de la Tierra de Egipto.” es erigir el reinado.
El propósito principal de la Entrega de la Torá es para establecerles un rey, porque el reinado se encuentra exiliado. Hay que sacar el reinado del exilio, como está escrito “Quien te sacó de la Tierra de Egipto”. ¿Cómo hacemos esto? A través de conectarnos con el tzadik, y en especial confesando las cosas ante el tzadik. Esto es uno de los principales temas de la Torá.
“Te saqué de la casa de esclavos” – Sacar los Elementos Nocivos del Alma
Dice Rabi Najman que “esclavos” son los cuatro elementos nocivos, fuego, aire, agua y tierra conectados a la impureza, opuestos a los cuatro elementos básicos de lo sagrado. Expliquemos de abajo hacia arriba: al final del capítulo 4 de Tania, está traído de los libros de Cabalá que el elemento tierra del alma animal es la pereza y la depresión, el agua son los deseos y placeres del hombre, el aire son la charlatanería, la burla y bufonadas, el fuego es el orgullo y la ira. Trae varias fuentes de que los “esclavos” son los elementos básicos. Así como hay fuego-aire-agua-tierra esclavos también hay mineral-vegetal-animal-parlante esclavos. Mineral, vegetal, animal y parlante son elementos compuestos, que utiliza la ciencia en vez de los anteriores.
Salir de la “casa de esclavos” es salir de todas las malas cualidades. “Quien te sacó de la tierra de Egipto” significa redimir el reinado, “de la casa de esclavos”, significa liberarse, salir de todas las cualidades nocivas en la psiquis y rectificarlas. Todo depende de la revelación de “Yo soy Havaiá tu Dios”, que la persona sepa que todo lo que le sucede es para bien, todo es lo mejor que le puede suceder.
Como dijimos, este es el shuv, “retornar”, que llega después de “Y sacó Moshé al pueblo hacia Dios”.
Conectarse al Tzadik: ver, tzedaká, confesar
¿Cómo sacamos al Reinado de su exilio, “Quien te sacó de la tierra de Egipto”? A través de la conexión con el tzadik. La conexión con el tzadik se hace a través de 3 formas: con la vista, con tzedaká y confesión. Es algo muy grande que por la conexión vienen sólo para ver al tzadik, al Rebe. Sólo lo miran y nada más. En especial si yo lo veo y él me ve a mí (que es otra enseñanza en sí misma de rabi Najman correspondiente a la parashá Itró. Cuán grande es que el justo me vea) Pero aquí quiere decir simplemente que vienen a verlo. Esta es la primera etapa, y enseguida explicaremos qué produce. La segunda etapa es darle tzedaká al tzadik. La tercera etapa, que es la finalidad principal, es confesarle cosas, y en ella le digo al tzadik todo lo que tengo en mi corazón.
Si profundizamos en esta enseñanza y sus explicaciones, se entiende que la confesión aquí no es sólo relatar mis trasgresiones, como la confesión del Día del Perdón, sino contar todo lo que tengo en mi corazón. Como ir al psicólogo verdadero y contarle todo lo que me agobia. Si existen cosas que me oprimen, quizás tienen que ver con las trasgresiones que hice, pero no de la manera que yo pienso, lo que piensa el tzadik dejémosle a él, que lo interprete como él lo entiende. Que se imponga sobre su carácter.
Pero lo que yo tengo que hacer es llorar. Hay quien llora frente al tzadik porque tiene pecados y entonces llora. Pero hay quien llora porque un vecino lo molesta y no sabe cómo comportarse con el vecino. Toda clase de asuntos. O simplemente porque tiene ansiedad, todo tipo de problemas psicológicos. De momento que la persona viene y cuenta al tzadik todo lo que lo agobia, esto se llama confesión, y esta es la rectificación más grande que hay en el mundo. Es la principal forma de sacar la palabra-maljut del exilio que se encuentra en las klipot, y sobre esto está dicho “Quien te sacó de la tierra de Egipto”.
”Porque desearon tus siervos sus piedras”
Daremos una señal que Rabi Najman no da, un verso de los Salmos que conocemos y que enseguida también vamos a cantar:
“אתה תקום תרחם ציון כי עת לחננה כי בא מועד. כי רצו עבדיך את אבניה ואת עפרה יחֹננו”.
Atá sakum terajem Tzión ki et lejenena ki ba moed.
Ki ratzu abadeja et avanea veet afera iejinenu
“Tú Te alzarás y Te compadecerás de Tzión, pues es tiempo de mostrarle gracia, ha llegado la hora señalada. Porque Tus servidores desearon sus piedras, y amaron su tierra.”
Hubiera pensado que רצו , ratzú, “desearon”, era una palabra común en la Biblia, pero sorprendentemente no figura otra vez con el significado de “desear”. Figura otra vez con una connotación negativa, con el significado de “apurarse”, donde el profeta dice que los falsos profetas “corren” [ratzu] a decir su profecía. Pero “ratzú” con este significado de deseo o voluntad está sólo una vez en la Biblia, y la hemos elegido como una señal de las 3 cosas que Rabi Najman recuerda aquí, ראיה צדקה וידוי , reiá, tzedaká, vidui, “visión, caridad, confesión”. Dice que ratzú abadeja et avanea, “desearon tus siervos sus piedras”, es el mismo tzadik que construye la Tierra de Israel, construye el reinado, la conexión entre los patriarcas y los hijos (“He aquí que les envío a Eliá el profeta delante de mí, llega el día grande y tremendo de Havaiá, y hará retornar el corazón de los padres a los hijos”)
Tres aspectos en la conexión con el tzadik – La salida de los cuatro elementos malos y su raíz en el inconsciente
¿Qué sucede en cada etapa de “ratzu”? En cada etapa nos liberamos de diferentes elementos negativos. Por medio de la vista la persona sale de los dos “esclavos” inferiores, la pereza y la depresión del elemento tierra, el inanimado de las cáscaras impuras, y también de la lujuria y los placeres, los deseos malos que hay en el alma, el elemento agua de las cáscaras impuras. Esto es algo muy básico, quien está deprimido y quien tiene deseos malos sólo tiene que venir y mirar. Es suficiente que vea al tzadik y esto ya le soluciona todos los problemas.
Rabi Najman escribe –hay que leerlo correctamente- que esta visión no es simplemente mirar por curiosidad, sino con una verdadera voluntad de conectarse. Viene a mirar como el precepto de mirar en el Templo Sagrado. Si viene a ver al tzadik con el deseo de conectarse, de pertenecer, ya lo libera, lo saca de su depresión y también de sus malos deseos.
Pero más difícil son los niveles de animal y parlante, aire y fuego. El aire son las palabras vanas, la propensión a la charlatanería, a calumniar, a burlar (“y en el lugar de los burlones no se sentó” como el primer verso del Salmo del cual hablamos antes). Lo más difícil es salir de la arrogancia, el “parlante” de las klipot, las cáscaras de la impureza”. Salir de las palabras vanas, de la calumnia, etc. de la lascivia y la bufonería, y salir del orgullo es por medio de dar tzedaká al tzadik.
Quien es arrogante y es charlatán está propenso a la pobreza. Quien tiene problemas de parnasá, de sustento, tiene que fijarse en las palabras vanas que dice, cuántas dice durante el día, y también cuánto orgullo tiene. Esas son las causas de los problemas de sustento, la pobreza. Pero al darle tzedaká al tzadik solucionamos este problema, así escribe. Son todas patentes buenas, perfectas, simples, con unos cuantos pasos simples se puede solucionar todo para bien.
Pero en la confesión, retorna a un nivel general, el compendio de todos los aspectos, de todas las malas cualidades de inanimado-vegetal-animal-parlante. Porque los cuatro niveles tienen el “ápice de la iud”, el keter-corona que abarca todo, la raíz de todas las malas cualidades que está en el inconsciente del alma. La raíz de esos cuatro asuntos no buenos se rectifica a través de la confesión. Esto es lo principal de “el quinto al Faraón” del lado de lo sagrado, por medio del cual nos rectificamos conscientemente de las “cuatro objetivos”. La entrega del “Quinto al Faraón” en lo sagrado es la confesión, que rectifica todo en su raíz inconsciente.
Los tres asuntos hoy en día – Una vida más fácil hacia la redención
Hoy Hashem nos hace más fácil la vida: para ver, venimos a la conferencia. Para dar tzedaká, hacemos una suscripción para Gal Einai. Para confesar, está el email. Hoy se puede escribir todo por email. Hoy en día se hizo todo terriblemente simple. Hashem se apiada de nosotros, en vistas de la redención verdadera y completa por el Mashíaj ya mismo tal cual. Se puede cumplir con todo. Así explica el primer verso de los Diez Mandamientos que se lee este Shabat, “Yo soy Havaiá Tu Dios que te sacó de la Tierra de Egipto de la casa de esclavos”.
Canto del Nigún
Como hemos dado la señal “ratzu”, רצו , conectado con la tierra de Israel, podemos cantar este nigún:
“אתה תקום תרחם ציון כי עת לחננה כי בא מועד. כי רצו עבדיך את אבניה ואת עפרה יחֹננו”.
Atá sakum terajem Tzión ki et lejenena ki ba moed.
Ki ratzu abadeja et avanea veet afera iejinenu
“Tú Te alzarás y Te compadecerás de Tzión, pues es tiempo de mostrarle gracia, ha llegado la hora señalada. Porque Tus servidores desearon sus piedras, y amaron su tierra.”
El Sello de Verdad
Agreguemos el sello-guematria de איה-צדקה-ודוי , (cuyas iniciales son: רצו ). El valor numérico de las tres palabras es 441, אמת , emet, “Verdad”. Esta es la conexión con el tzadik verdadero, y la revelación del núcleo de verdad que hay en el corazón de cada uno y una. Nuevamente, el acento principal está en la confesión, que es simplemente derramar el corazón, como se derrama el corazón ante Dios así tenemos que derramarlo ante el justo. El Rebe también dice que hay que tener un buen amigo ante quien poder derramar el corazón, y aquí escribe que hay que derramar el corazón ante el tzadik, el justo.
Que seamos meritorios de recibir la Torá este Shabat con alegría y en nuestro interior, y está escrito que “No habrá otra entrega de la Torá”, sólo esta vez que leemos en Shabat.