El Determinismo es una de las grandes cuestiones que enfrenta la ciencia moderna. Si creemos que podemos saber perfectamente todas las causas y sus efectos, entonces deberíamos ser capaces de saberlo todo. Si tan sólo pudiéramos poner todos los datos iniciales en nuestra computadora hecha por el hombre, podríamos ser capaces de predecir todos los eventos futuros.
Esta forma de entender el determinismo, el cual efectivamente contradice el concepto de libre albedrío que es la base de la Torá, fue un dogma de la ciencia clásica. Laplace, uno de los más grandes científicos del siglo pasado, escribió claramente que si pudieras decirle la posición exacta y el movimiento de cada partícula en particular dentro del universo, entonces él podría decirte todo lo que podría sucederle en el futuro.
Esto definitivamente contradice a toda la Torá, al completo sistema de la fe, que está construido sobre el principio de que el hombre tiene libre albedrío, y que es libre para determinar su propio sendero en la vida, que éste no está predeterminado, no es destino. Si hay una razón por la cual la ciencia contradice a la fe no es por la edad del universo o alguna otra cosa externa que pudiera, eventualmente, ser explicada por la ciencia misma. Es únicamente debido a este problema, el problema de la determinación. La evolución no es problema, a menos de que esté totalmente basada sobre el determinismo.
El determinismo clásico fue el dogma de la ciencia hasta la mecánica cuántica, entonces es una innovación muy importante. La mecánica cuántica declara que es imposible saber verdaderamente siquiera las condiciones iniciales, mucho menos se podría saber dónde terminarían las cosas. Por tanto, en principio parece que la mecánica cuántica fue la ruina del determinismo clásico. Sobre el cual podemos decir: “Baruj Hashem”, “Shehejianu”. Podemos hacer una bendición; ya que la mecánica cuántica vino y destruyó el determinismo clásico, para nuestro bien, para el bien de la Torá y para el bien de la fe.
Pero, después la mecánica cuántica llegó con otra forma de determinismo, no es el mismo, que parece ser más flexible que el determinismo clásico. Es llamado “determinismo cuántico”. ¿Qué es esto? El determinismo cuántico dice que aunque no puedo saber exactamente qué sucederá, puedo saberlo con mucha precisión (quizá el 99%); esto es debido a las consideraciones de la probabilidad. El fundamento de la mecánica cuántica es la probabilidad. La probabilidad es la esencia de la función de onda, que realmente es una función de probabilidad. Entonces, si existe una tremenda probabilidad de que algo pueda suceder, puedo decir con casi completa certeza que eso sucederá.
Aunque esto deja una muy delgada y pequeña puerta para la elección, realmente pequeña. Esto también, algunas veces, es llamado determinismo de probabilidad donde todo es posible, no es un determinismo 100% como se pensó antes de la mecánica cuántica. Aun Einstein tuvo un problema con este pequeño espacio dejado para la elección. Einstein fue judío, por tanto podría haber preferido este determinismo cuántico, pero tuvo un verdadero problema con este y prefirió el determinismo clásico. Fue muy duro para el aceptar que Di-s juega a los dados con el universo. Previamente explicamos que existe una conciencia mortal inherente en la naturaleza que es el resultado de pecado original de Adam, y el descenso de la naturaleza a un estado incierto.
En cualquier caso, esta es la segunda etapa del determinismo: aunque la ciencia no crea más en el determinismo clásico, acepta el determinismo cuántico.
Pero, junto con esto llegó Stephen Hawking, quien es la autoridad más grande en agujeros negros. Los agujeros negros ya estaban predichos por la relatividad general, Einstein sabía sobre ellos más o menos. Un agujero negro es una región de espacio que tiene tanta materia y tanta fuerza de gravedad que aun la luz que se aproxima a él puede ser desviada, absorbida e ingerida por el campo gravitacional que rodea al agujero negro. Esa es la razón de su nombre, porque su luz no puede reflejarse de su superficie, es negro. Es la prisión máxima, en donde lo que entra no puede salir.
Todo tiene un verso que lo describe. En este caso, el verso que describe una prisión así de donde es imposible escapar es: “Todo el que entra, no regresará”. Este verso se refiere realmente a la herejía, quien entra a ella no puede salir. Esto es lo que parecía ser Egipto. Ningún esclavo podía escapar. Era la prisión absoluta. Sin embargo, el Omnipotente nos llevó fuera de Egipto.
Lo primero que comprendió Hawking fue que debido al mar de Dirac (que discutimos en la lectura previa), la actividad continua en el espacio vacío aparente, forma ahí lo que Hawking llamó radiación o incandescencia. Recuerde que debido al principio de incertidumbre de la cuántica, los pares de partículas virtuales están siendo creadas constantemente de forma espontánea en todos lados del espacio. Ya que estos pares de partículas virtuales comprenden una partícula y a su anti-partícula, normalmente se aniquilan una a la otra inmediatamente.
Pero, en el caso de que sean creadas exactamente sobre el horizonte donde acontece un agujero negro, el horizonte de este acontecimiento es la barrera teórica más allá de la cual algo que entre no será capaz de escaparse del campo gravitacional del agujero negro, así, una partícula es expulsada y la otra es succionada en el campo gravitacional del agujero negro. Como una es expulsada, aunque el agujero negro no puede ser visto, tiene una incandescencia especial a su alrededor, hecha de estas partículas virtuales expulsadas.
Esta teoría es por supuesto totalmente matemática. Nadie ha observado realmente un agujero negro. Esta fue la primera idea de Howking sobre los agujeros negros. Es muy interesante. Usted podría pensar que todo lo que es negro no puede ser visto. El color negro es así porque absorbe todos los colores de la luz, pero aquí, de alguna manera el negro hace lo incandescente, algo sale de él.
Como explicaremos, los agujeros negros están relacionados con la manera en que fue creado todo el universo, y se ha conjeturado que todas las galaxias tienen un agujero negro en su centro, incluyendo la nuestra.
Entonces Hawking comprendió algo más, podría decirse una de las disputas científicas actuales más grandes del mundo. Tiene que ver con la información y con la pregunta de si cuando una partícula virtual es absorbida en un agujero negro, su función de onda se pierde para siempre y no se puede recuperar o no. Esta idea es controversial, porque si es correcta entonces el determinismo cuántico no tiene asidero. Si yo pudiera saber el estado del universo ahora, lo cual es toda la información, entonces yo podría, por probabilidad, predecir en un 99% de acierto el futuro. Pero si una parte de la información se pierde, destruiría la posibilidad de determinar el futuro aun con probabilidad. Esto es porque el determinismo cuántico asume que toda la información (todos los posibles resultados de la función de onda) está aun presente. Pero si de repente el universo pierde la información debido a un agujero negro, entonces hasta la probabilidad es incapaz de decir algo sobre el futuro.
Quizás la mayor innovación de la teoría de las cuerdas –aun mayor que la noción de las cuerdas, o de la existencia de más dimensiones. etc.– tiene que ver con la paradoja. La teoría de las cuerdas dice que aun después de la destrucción de la onda la información perdida en el agujero negro puede ser recuperada. Un agujero negro no sólo causa una radiación para ser emitida a su alrededor, sino que incluso la información que es tragada por él puede reemerger, significando que la información no está perdida para siempre. Podría parecer que regresa a nosotros por determinismo cuántico.
Entonces, si recuperar la información es como su resurrección, Hawking cree que una vez que algo es sepultado en un agujero negro, no puede volver a resucitar. Pero, la teoría de las cuerdas cree, lo mismo que la Torá, en la resurrección.
Todo esto, entonces, tiene tremendas ramificaciones científicas. Pero, nuestra meta aquí es responder cómo todo esto está aludido en la Torá, y cómo guarda relación con la Torá.
Existen dos imágenes simples y obvias para el concepto de “perdida de información”. La primera es que perder información es como olvidarla. Perder información psicológicamente es parecido a olvidar. De allí el interrogante acerca de lo que es la pérdida de información en un agujero negro: si hay algo inherente en el universo que le permita olvidar. De acuerdo a la Torá, es muy bueno olvidar, porque así uno puede abrir nuevas opciones de elección. Pero si el mundo nunca va a olvidar toda su información previa, sería un mundo mucho más determinante.
La segunda imagen, incluso más directa de la pérdida de información “perder”, como extraviar algo (en hebreo אבדה, avedah). Como dijo el Rey David en los Salmos: “Estoy perdido como una oveja, busca a Tu sirviente”. Como “perder y encontrar”. Cuando una persona pierde algo es costumbre decir: “Eloka de’Meir Aneini” (“el Di-s de Meir contéstame”) y después lo encontraremos. Perder psicológicamente es olvidar, perder un objeto físico es un extraviar, una אבדה.
Uno de los mandamientos más importantes en la Torá, es que si alguien ha perdido algo y tú lo encuentras, tienes que regresárselo. Este es un mandamiento que gobierna nuestra relación con las demás personas. Así, si el universo también “pierde” cosas (información), nosotros deberíamos preguntarnos si estamos obligados a devolvérselas.
Las iniciales de “perdido” y “olvidado” en hebreo forman la palabra “fuego”, esh (אש ,שכחה אבדה). Los sabios utilizan la imagen de encontrar algo que ha sido perdido para simbolizar todo el tema de encontrar nuestra alma gemela. Encontrar a tu cónyuge es como encontrar tu parte trasera (tu “costilla” perdida), como Adam y Eva originalmente, que eran una sola persona unidos espalda con espalda. Efectivamente, en hebreo la palabra para mujer (אשה, isháh) proviene etimológicamente de la palabra “olvidaré” (נשה, nasháh). La espalda representa el inconsciente, el “agujero” donde las cosas están olvidadas. Existen siete sinónimos de “tierra” en la Biblia83. Uno de ellos es נשיה, se pronuncia “neshiáh” y significa “el lugar donde las cosas son olvidadas”. Estas son expresiones que tienen miles de años de edad, los cuales son similares a agujero negro.
Veamos el valor numérico de estas palabras:
Algo perdido es אבדה, cuyo valor numérico es 12
Olvido ,שכחהshajejáh es igual a 333
La su suma es 345, que es el valor numérico de םשה, Moshé.
Es bastante extraño porque Moshé Rabeinu significa recuerdo, como en el verso en Malají: “Recuerda la Torá de Mí sirviente Moisés”
Moisés es el epítome de mente y sabiduría, por tanto, si es igual a “olvidadizo” o “perdido” juntos significa que es su opuesto. Esto es un caso de guematria rectificadora, donde un lado de la equivalencia rectifica al otro. Es muy importante que estas dos imágenes de información perdida en un agujero negro igualen el valor del nombre de Moshé Rabeinu. Esto, otra vez, es uno de los puntos más importantes de toda la ciencia moderna, pues puede cambiar todo nuestro entendimiento completo del determinismo en la naturaleza, el cual es especialmente relevante con respecto a la ciencia en relación a la fe.
Ahora, la raíz de la palabra “olvido” es:שכח . La permutación más importante de esta raíz es “oscuridad” חשר, joshej. Este es el significado literal de “agujero negro”, eterna obscuridad, un símbolo de la muerte o de ser quemado para siempre. Pero es más significativo el que estas dos palabras “obscuridad” y “olvido” tengan las mismas letras en hebreo.
La primera vez que la obscuridad aparece en la Torá es aun antes de la creación de la Luz. Antes de que Di-s creara la luz, la tierra estaba obscura. Esto sigue el orden natural de las cosas como está establecido por los sabios: “primero (viene) la oscuridad, después (viene) la Luz”86 Con respecto a la ciencia, esto significa que primero viene la obscuridad del agujero negro y sólo después, como una fenómeno segundario, se hace la Luz, la incandescencia (la radiación de Hawking) comenzando a salir del agujero negro. Este es el tipo de luz que está descrita en Eclesiastés como “la Luz es más ventajosa (cuando viene) de la obscuridad”. El orden en la creación es: primero la oscuridad y después la Luz.
El fenómeno más importante del agujero negro es su borde, su horizonte de sucesos.
¿Qué dice la Torá con respecto a la obscuridad primaria?: “Y la obscuridad sobre la faz del abismo”. Si existe un término en la Torá que se refiere al horizonte de acontecimiento de un agujero negro, es este: “La faz del abismo”, es el borde del abismo, donde el abismo es, por supuesto, una hermosa metáfora de un agujero negro. Todo está atrapado ahí. ¿Cuál es la única cosa que puede salir de ahí, que nosotros podemos resucitar? Su información perdida.
En el Talmud, la imagen para un caso de información perdida es la de talmid jajam, un estudiante quien ha olvidado lo que aprendió. Aun si parece haber desaparecido totalmente, está destinada a reaparecer. Esta es la razón por la que nuestros sabios dicen que debes honrarlo, aun si parece que él no recuerda nada. Al final será recuperado, resurgirá. Este resurgimiento de la información se alude en la parte final del verso que describe el “horizonte de sucesos”: “Y el espíritu de Di-s sobrevolaba sobre la faz de las aguas”. Y entonces “Di-s dijo: Haya Luz…”
Aquí tenemos hermosas imágenes en el principio de la Torá que representan agujeros negros, el horizonte de sucesos y la oscuridad antes de la Luz.
Podemos decir que todo lo que se sucede en la ciencia, respecto a la fe, gira alrededor de la pregunta si el universo olvida o no, y si este olvido es o no permanente. La respuesta a esta interrogante parece depender de si es o no completa la experiencia del colapso ondulatorio sucede cuando la partícula virtual entra al agujero negro. Si no lo es, la información pudiera reaparecer en algún lugar, o pudiera ser recuperada del mismo agujero negro.
Hasta la fecha no hay nadie que sepa cómo interpretar la mecánica cuántica respecto a la realidad que experimentamos cada día. Existen muchas interpretaciones que compiten entre sí. Dos de ellas están denominadas la Interpretación de Copenagüe y la Interpretación de Muchos Universos, y ellas difieren en el asunto de la necesidad del colapso de la onda. Según la Interpretación de Copenhague es esencial, para la mecánica cuántica, tomar el colapso de la onda en nuestra realidad, pues sin él la realidad no podría ser definida estrictamente y las cosas podrían quedar en un estado de indeterminación. Pero según la Interpretación de Muchos Universos, el colapso de onda no es esencial pues todos los resultados posibles ocurren, cada uno, en un universo diferente.
Digamos que la noción de Hawking acerca de que los agujeros negros se tragan la información para siempre, se encuentra en el verso “la muerte traga (las cosas) por siempre”. Mientras que la noción de la teoría de cuerdas sobre la información que nos dice que esta es recuperable de un agujero negro, corresponde al verso: “se ha tragado la fuerza y la ha escupido”. חיל בלע ויקיאנו
El punto que tratamos de enfatizar es el concepto del olvido. Está dicho que el Omnipotente recuerda todo lo que sido olvidado (זוכר את כל הנשכחות, zojer et kol hanishkajot). Todo lo que ha sido destruido aun es recordado por Di-s.
Nosotros decimos que algunas veces es bueno olvidar, porque esto abre la posibilidad de elección. Tal como el Ba’al Shem Tov dice que en general no es bueno saber tus encarnaciones pasadas pues esto podría limitar tu libre elección. El Arizal dijo que es bueno saber tus encarnaciones pasadas con el fin de enfocarte en qué es tu rectificación en esta vida.
Pero el Ba’al Shem Tov sintió que tal conocimiento bien podría fijarte, obsesionarte en una cierta imagen de lo que debería ser tu vida. Podría limitarte a cierta rectificación. Consecuentemente, no serías libre de progresar infinitamente en este periodo de vida hacia grandes cosas pues sólo estarías buscando una rectificación particular. La muerte es un paralelo clásico de la información que ha sido arrastrada y tragada por un agujero negro y el asunto de recuperar la información de un agujero negro es como el proceso de recordar las encarnaciones previas de una persona.
Ocupémonos ahora de la paradoja del determinismo y el libre albedrío. Es importante saber que en el judaísmo el determinismo y el libre albedrío no son proposiciones excluyentes. Ambas son paradójicamente verdad simultáneamente. Todo está predeterminado y aun así existe la libre elección. Esto es porque el Judaísmo es intrínsecamente paradójico.
En la filosofía judía, como por ejemplo en el pensamiento de Maimónides,, los dos lados de la paradoja son conocidos como “El conocimiento [de Di-s] y [nuestra] elección” o “El decreto [de Di-s] y [nuestra] elección.” Pero, en la forma original que esta paradoja fue dicha por los sabios, la paradoja no era entre el conocimiento de Di-s y nuestra elección. Sólo hay una forma en que esta paradoja es formulada, que no es la forma normal filosófica de poner esta interrogante de forma abstracta. Esta frase singular, la cual sostiene la paradoja del problema espiritual más importante de la vida es: “Todo está previsto, y el permiso está dado”.
Esta expresión es de Rabí Akiva, el Moshé Rabeinu de la Torá Oral, el único que pudo expresar la naturaleza esencial de esta paradoja en palabras. Es un lenguaje muy poético, donde aquí la poesía es muy significativa, y no es una cuestión intelectual muerta.
Esto está diciendo simultáneamente: “todo está previsto” y “el permiso está dado”. “Previsto” no significa la misma cosa que “sabido”; es decir, que Di-s sabe todo. Ciertamente no significa “decretó” (גזירה, guezeráh), significando que Di-s ha decretado que actuemos en una determinada forma. Por cierto, la respuesta usual dada al problema del conocimiento y el libre albedrio es distinguir entre “conocimiento” y “decreto”. Significando que el decreto es mucho más fuerte y afecta a nuestras acciones mucho más que el conocimiento, pero que en realidad Di-s sólo sabe, Él no decreta. “El determinismo” usualmente implica “decreto”. Pero, aquí, la palabra no es ni conocimiento ni decreto.
Ahora, quien tiene un conocimiento más profundo del hebreo sabe que la traducción de esta palabra no es tampoco “previsto” sino “previsible”. Esto es un matiz en hebreo. Es como decir que “esto era previsible, yo debí haber sido capaz de predecirlo. Ahora, esto suena bastante como el determinismo cuántico. Es una forma muy probabilística de decir. Pero, tú tienes permiso de hacer lo que quieras.
Otra vez, la palabra aquí no es que yo tenga libre elección, o libre albedrío, sino que tienes permiso; tienes luz verde para actuar como quieras.
Podremos seguir extendiéndonos en este punto, pero ahora hagamos una “marca” para esta enseñanza. El símbolo para esta paradoja es el pájaro, porque la palabra hebrea para “pájaro” (צפור, tzipor) es un acrónimo para las dos palabras claves de esta frase: צפוי רשות, tzapui reshut, “se espera permiso”. Di-s ve todo de un modo previsible y todo tiene libertad de acción. Así, ahora tenemos un símbolo de un pájaro para ir junto con nuestro zoológico de partículas.
El Zohar dice que el alma del Mesías, antes de que baje, reside en el Nido del Pájaro (קן צפור, ken tzipor). El nido mismo representa la consciencia.
El “Nido del Pájaro”, קן צפור = מודעות, “conciencia”. Si tuviera una consciencia perfecta, entonces me gustaría ser como un pájaro en el nido, como el Mesías, capaz de ejercitar una completa libertad de elección, pero aun en el nido esperando para salir volando y venir a nosotros. Como un pichón que está esperando madurar lo suficiente para volar en el mundo, en nuestras mentes y corazones.
Veamos una gematria ligeramente más sofisticada que la que tenemos hasta ahora.
Comencemos primero entendiendo un poco lo que sucede cuando sumamos dimensiones al espacio-tiempo. Cuando uno agrega una dimensión, uno realmente crece numéricamente por raíces cuadradas.
Uno de los principios fundamentales de la Cabaláh es llamado las “doce diagonales” (יב גבולי אלכסון, iud bet gvulei alaksón). Si tengo un cuadrado de uno por lado, la longitud de su diagonal es √2. Si es un cuadrado de largo y ancho n, entonces la diagonal sería igual a n√2. En cualquier caso, la √2 se debe asociar con la diagonal.
Rabí Levi Itzjak de Berditschev explica que la palabra “diagonal” en hebreo, אלכסן, alaksón, significa “ver la nada” סכל אן, sajel en. Entonces, si puedes ver la “diagonal” de algo, estás viendo el aspecto de la “nada” que hay en ello. Si quieres ver la nada, no lo veas en línea recta, mira en diagonal.
Todas las diagonales son múltiplos de raíces cuadradas. Pero si tengo un cubo unitario, entonces la diagonal es √3. Para calcular esto vemos que es la diagonal de la diagonal de dos de los lados más una dimensión. O en otras palabras:
La diagonal de dos lados es √2, como dijimos arriba. Y la diagonal de lo que con otra dimensión es, siguiendo el teorema de Pitágoras:
√(2〦1) = √3
Ahora, para espacio-tiempo, el cual tiene cuatro dimensiones, la diagonal es √4=2
Pero, el Libro de la Formación define que existen en total 5 dimensiones, 3 de espacio, 1 de tiempo y 1 valor de dimensión que corre del bien al mal (ya mencionamos que si la ciencia pudiera tomar esta dimensión en cuenta, muchos de los problemas que encuentran hoy podrían ser resueltos). La diagonal de una unidad de un cubo unitario de 5-dimensiones sería √5. Esta es también la base de la serie de oro, como explicamos en nuestro libro acerca de la Serie de Oro. Hay libros que claman que el número más importante en el universo es √2 y otros que es √5.
Entonces, primero establezcamos el principio general:
√n es la diagonal del cubo en el espacio de n-dimensiones. Entonces, por ejemplo, la diagonal de un cubo de 11 dimensiones es √11.
Y, otra vez, la diagonal representa la nada de la cual todo viene.
En la teoría de las cuerdas, que ahora conjetura 11 dimensiones, 10 de las cuales son espaciales, la √10 también es muy importante. Esta sería la diagonal del espacio en la Teoría de las Cuerdas.
Ahora escribamos las tres más importantes raíces cuadradas para cuatro lugares decimales:
√2 = 1.414
√3 = 1.732
√5 = 2.236
Si quitamos los puntos decimales, como se hace en Cabalá, obtenemos que:
2236 = 2 · 1118 ó
2 · שמע ישראל הוי׳ א־להינו הוי׳ אחד
Shemá Israel Havaiá Elokeinu Havaiá Ejad
2236 = 86 · 26, donde 86 es el valor del Nombre de Di-s de Elokim (א־להים), y 26 es el valor del Nombre esencial de Di-s Havaiah (י-היה). 1118 es el primer número que es un múltiplo de ambos, 86 y 26. Este número 2.236 es la base de la Razón de Oro, que es la base de la belleza y elegancia del universo.
Ahora, la suma de los otros dos números es también un múltiplo de 26, el valor numérico del nombre esencial de Di-s Havaiah (י-היה):
1414〦1732 = 121 · 26, ó 112 · 26
La suma de todo esto es
207· 26 = אור · הוי׳ = luz veces Havaiah
¿Cuál es la relación geométrica entre 86 (el valor de “Elokim”) y 207 (el valor numérico de “luz”)? Si dibujamos un cuadrado de longitud 86, la diagonal será 121, que es la diferencia entre 207 y 86.
Ahora, veamos en la última combinación, qué pasa cuando agregamos 5 al 3:
2236〦1732 = 248 · 16 = רמח· חוה, ramaj y hovéh
Donde 248 es el número de los mandamientos positivos y חוה (16) son el final de las tres letras Havaiah, que como palabra significan “presente” (pues, según la Cabalá, los mandamientos positivos rectifican el momento presente de la realidad, la realidad inherente de los tres mundos creados de: Creación, Formación, Acción, que corresponden a estas tres letras finales de Havaiah.
2236〦1414 = 365 · 10 = שסה·י, shasah y iud
365 es el número de preceptos negativos y la iud (10) es la primer letra de Havaiah, la cual corresponde al Mundo de Emanación (pura consciencia Divina, por encima de la experiencia de tiempo y espacio creados), el nivel de consciencia alcanzado por nuestra observación de los mandamientos negativos (el nivel de “no” por sobre el “si”, mientras que simultáneamente damos origen al “sí”)