ELIEZER, EL CASAMENTERO SAGRADO
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En la Parashat jaiei Sará, La Vida de Sará, está la historia de Eliezer el sirviente de Abraham, que fue enviado por Abraham nuestro patriarca a encontrar una mujer para Itzjak, el hijo de Abraham. Esta unión, en cierto sentido es el más importante de toda la Torá, la pareja de Itzjak y Rivká, como está explicado al final de Likutei Torá. Allí el Admur Hazakén explica que es la conexión esencial de מ”ה y ב”ן , Mah y Ban, los aspectos espirituales masculino y femenino, en toda la Torá. Y esto está relatado aquí en nuestra parashá.
Para formar una pareja se necesita cierto intermediario, llamémoslo un catalizador, que es Eliezer el siervo de Abraham. Es sabido que por el mérito de servir fielmente a Abraham Avinu, “Eved Abraham anoji“, “Siervo de Abraham soy yo”, incluso sin identificarse por su propio nombre, porque estaba totalmente anulado a quien lo envió, “El enviado de la persona es como si fuera ella misma”, gracias a esto fue excluido de la condición de maldito. Porque era del pueblo de Cnaan, “Maldito Cnaan esclavo será de sus hermanos”, y él fue excluido de esta condición de maldito, e ingresó a la condición de bendito, como se le dice en esta historia “Ven Bendito de Havaiá“.
Hizo una suposición, y su conjetura fue exitosa, y cuando ve que “Rivka sale”, como está explicado en Jasidut, que sale de todas las klipot, de las profundidades de las cáscaras impuras, el alma más preciada y ve que ella presenta todas las señales de que es digna de la casa de Abraham, todas las señales de la bondad y la misericordia, entonces dijo así.
Antes que nada, antes aun de llegar a la casa, entonces le dicen “Ven Bendito de Havaiá” [Bereshit 24:31]. Antes él bendijo a Dios diciendo: “Baruj Havaiá Elokei adoní Abraham“, “Bendito Havaiá Dios de mi amo Abraham”.
Ahora, sobre estas palabras “Bendito Havaiá Dios de mi amo Abraham”, [Bereshit 24:27] está escrito en el Libro del Rokeaj: “De aquí aprendemos las características de las bendiciones”. Algo que es una novedad impresionante, porque justamente de Eliezer el siervo de Abraham aquí, quien después que le sucedió el milagro se “sorprendió… y quedó boquiabierto, etc.”, bendijo a Hashem, y de su expresión “aprendemos de esto la característica de las bendiciones”.
¿Qué significa “la índole de las bendiciones”? Cuando una persona bendice a Hashem, hay que bendecir 100 veces cada día, cuando decimos una bendición a Dios hay que decirlo con el Nombre y con el Reinado, esta es la regla. En esta bendición hay por lo menos en la introducción, en la introducción y el cierre, enseguida veremos esto en el comentario de Tosafot. Hay bendiciones del Shmoná Ezré, donde la bendición está al final, y allí no está el Reinado. En cada bendición está el Nombre pero no está el Reinado en cada bendición. Pero en una bendición en general, también lo veremos enseguida dentro de la guemará, tiene que haber Nombre y Maljut [Reinado].
Aprendemos esto de aquí, entonces es un poco sorprendente porque ¿Cómo lo aprendo de aquí si no está el Maljut?! Está escrito “Bendito Havaiá el Dios de mi amo Abraham, a quien no abandonó Su bondad y verdad de mi amo. Yo estoy en el camino aun ¡Y Havaiá me ha conducido a la casa de los hermanos de mi amo!” “De aquí aprendimos la característica de las bendiciones”.
Ahora, abramos la Guemará en el Tratado de Berajot, Bendiciones, y veamos que está escrito. Hay una discusión entre Rav y Rabí Iojanán: “Dijo Rav: ‘Toda bendición en la que no se recuerda a Hashem no es una bendición'”. Si hay una bendición y no recuerdo el Nombre de Dios, no se considera una bendición. “Y Rabi Iojanan dijo: ‘Toda bendición en la que no está el Reinado no es una bendición.'”
No significa que no se exige el Nombre de Dios, sino que agrega a lo que dice Rav. Para Rav es suficiente el Nombre, si está sólo el Nombre es suficiente, pero Rabí Iojanan no está de acuerdo y dice que toda bendición en la que no está el Nombre y también el Reinado no es una bendición. Es decir que no cumplió con su obligación si dijo una bendición sin Reinado tiene que volver a decir la bendición, y el Nombre lo dice en cierta medida en vano.
“Dijo Abaie:” [Nuevamente, hay aquí una discusión entre Rav y Rabi Iojanán. Algunas generaciones después vienen Abaie, y dice así] “‘Concuerda más la opinión de Rav'” [Dice que la opinión de Rav me parece más acertada, que es suficiente el Nombre, y no hace falta el Reinado. ¿Por qué?] “Aprendemos en Baraita: ‘no trasgredí Tus preceptos y no olvidé’,”
[Hay un verso al final de la Torá que dice: “no trasgredí”, que en la confesión del diezmo, “no trasgredí Tus preceptos y no olvidé'”. “No dejé de bendecirte y no olvidé de recordar Tu Nombre”. “No pasé” sin bendecirte, y no me olvidé dentro de la bendición de recordar Tu Nombre.
¿Entonces qué oigo en esta Baraita? Que hay que bendecir, cuándo hay que bendecir, y que hay que recordar el Nombre en la bendición. Si una persona bendice y se olvida de recordar el Nombre es una trasgresión, o sea que no es una bendición. ¿Cómo quién es esto? Como Rav, que si no está el Nombre no es una bendición, pero aquí no se habla para nada del Reinado: “Y he aquí que el Reinado no está escrito en la Baraita”. No está escrito en la Baraita el Reinado, sólo el Nombre. Por lo tanto, dice Abaie, de esta Baraita se entiende como la opinión de Rav.
“Y Rabi Iojanan”, ¿Y qué explicación trae Rabi Iojanan? “Rabí Iojanan aprende ‘Y no olvidé de recordar Tu Nombre y Tu Reinado sobre él'”. Dice que “y no olvidé” se refiere a recordar el Nombre, como está escrito, y también incluye el Reinado. O sea, se puede explicar esto que en realidad su intención es que la Baraita misma, está escrito literalmente “Tu Nombre y Tu Reinado sobre él”.
Pero también se puede entender como lo explica Tosafot aquí, que en verdad sólo se recuerda “Tu Nombre” en la Baraita, pero se sobreentiende que si se recuerda el Nombre, también comprende el Reinado. “Bendito el Nombre de la gloria de Tu Reinado por siempre jamás”, cuando está el Nombre de Dios automáticamente está allí Su Reinado.
Ahora, del hecho que Abaie escribe o dice que “concuerda la opinión de Rav”, y no hay nadie en la generación de Abaie o en generaciones posteriores que discrepen con Abaie, entonces teóricamente habría que haber dictaminado la halajá como Abaie, que concedes y dictaminar la halajá como Rav, que es suficiente el Nombre sin el Reinado. Pero en la halajáno es así, todos los legisladores de los preceptos, desde el Ri”f en adelante, dictaminan como Rabi Iojanan, que hace falta Nombre y Reinado, y si falta el Reinado la persona no cumplió con el precepto.
Leamos a Tosfot: “Dijo Abaie: la opinión de Rav concuerda, etc.” Existen algunos comentaristas que afirman que la Baraita se entiende como la opinión de Rav, porque en la Baraita está escrito “no olvidé de recordar Tu Nombre”, y nada más, entonces sólo hace falta el Nombre. “Y así dictaminó Rav Alfas como Rabi Iojanan y también dictaminó así R”I, que toda bendición en la que no está el Reinado del Cielo no es una bendición. Y por eso decía el R”I que si hubiera salteado el Reinado de la bendición del pan”, [si la persona come pan, bendice “…Quien extrae el pan de la tierra”, y se olvida de recordar el Reinado en esta bendición] “tiene que volver a bendecir, e incluso si saltea la palabra ‘el Universo'”.
Incluso si dijo “bendito eres Tú Havaiá Elokeinu Rey Quien extrae el pan de la tierra”, y sólo se olvidó de decir “Rey del Universo”, esta es una expresión muy bella, si digo que hay que recordar el Reinado en la bendición, es entonces que Dios es rey pero también hay que decir sobre qué es rey, que es el Rey del Universo”. Entonces no sólo si la persona olvidó la palabra Rey, dictamina el R”I, que la persona tiene que repetir, también si se olvida la palabra “El Universo” debe volver a bendecir. ¿Por qué? Dice: “Incluso si saltea sólo la palabra “El Universo”, porque ‘Rey’ sólo no es reinado”.
Esta es una expresión muy bella, muy jasídica. Se puede ser rey pero si no tienes universo… sí eres rey, pero no hay un reinado, y está escrito que se debe recordar el “reinado”, no recordar sólo “rey”, por eso es obligación decir la palabra “el universo”. Esto también es algo muy bello y profundo, que todo judío es un rey, “Todo Israel son reyes”, pero sin un mundo, sin producir una influencia en la práctica, ser rey no vale nada. Tiene que haber un universo, y si no hay un universo sólo rey no es nada.
Como también está escrito sobre el futuro por venir: “Y será Havaiá el Rey sobre toda la Tierra y en ese día será Havaiá Uno y Su Nombre Uno”. Si Hashem es Rey sobre toda la Tierra entonces es rey. Ahora también es rey, pero no está revelado sobre toda la Tierra, y antes de la creación del mundo es rey, “Amo del Universo que reinó antes de que todo ser fuera creado”, pero no es suficiente. Tiene que ser el Rey del Universo” en la acción concreta. Todo el asunto del reinado es que “la acción es lo principal”, y en la acción es lo principal. Entonces así dictamina el R”I, que tiene que haber Reinado y Universo.
Luego, ¿qué sucede con la plegaria de 18 bendiciones de la que dijimos antes que no está el reinado en todas las bendiciones? Dice que “y en la plegaria de las 18 bendiciones no hay en ellas reinado porque no comienza ni finaliza con “bendición”, no corresponde Reinado.” “Pero Dios de Abraham…”, ahora viene la principal novedad que respecta a nosotros. Dice que es así tal como se dijo, en la primera bendición de las 18 bendiciones, que sí comienza con “bendito”, “Bendito eres Tú Havaiá Dios nuestro y Dios de nuestros padres”, así comienza la plegaria de 18 bendiciones. Como dijimos antes hay que bendecir 100 bendiciones cada día, y se incluyen en ellas las 18 bendiciones dentro de las 100 bendiciones.
¿Pero dónde está allí Reinado? Dice que literalmente no hay para nada reinado, pero sí hay Reinado. Dice que cuando decimos “Dios de Abraham” es Reinado, esta es una novedad maravillosa del Tosafot. Cuando digo “Dios de Abraham”, dije Reinado. “Dios de Abraham”, y no “Dios de Itzjak y Dios de Iaakov”. Justamente “Dios de Abraham” es como Reinado”. ¿Por qué? “Porque Abraham nuestro patriarca coronó a Dios sobre todo el universo, anunció Su Reinado.”
Luego continúa, pero esta es una expresión muy jasídica de Tosafot, cuando recuerdo Dios de Abraham recuerdo lo que realizó, “La acción del justo es para la vida”, y él comenzó a obrar y construir el reinado de Hashem en el mundo. Es sabido que también fue el primero que llamó “Amo” a Dios, “א-דני” , “Ad-nai”, el Nombre del Reinado. Hasta a Abraham nadie lo llamó con este Nombre Adni. Entonces además de que Abraham difundió que hay un Dios en el mundo, que Dios es Uno, la principal novedad y la expresión de Abraham es que coronó Rey a Dios en la Tierra, lo hizo “Dios de la Tierra”, “El Rey del Universo” de hecho. Y de momento que digo “Dios de Abraham” he dicho Reinado. Esto es lo que surge de Tosafot.
Volvamos al Baal HaRokeaj. El Rokeaj dice que de la expresión de Eliezer “Bendito Havaiá Dios de mi amo Abraham” aprendemos la característica de las bendiciones. Aquí hay Nombre, “Bendito Havaiá” pero, ¿dónde hay Reinado? Si dictaminamos la halajá que hace falta reinado, ¿dónde está aquí reinado? De acuerdo a la opinión de Tosafot aquí hay Reinado, “Dios de mi amo Abraham”. Como Tosafot dicen acerca de la plegaria de las 18 bendiciones, aquí también es lo mismo, “Dios de mi amo…”.
Incluso aquí se remarca algo más. En la plegaria de 18 bendiciones se dice sólo “Dios de Abraham”. Aquí dice “mi amo”, que también es mí amo, pero también recuerda el Nombre Adnut, por lo menos como insinuación “Bendito Havaiá Dios de mi amo Abraham”. Ahora, es muy interesante que el Rokeaj mismo, todo esto es del Baal HaRokeaj, dice que aquí no hay Reinado. No dice como explicamos recién que de los Tosafot se puede aprender que aquí también hay Reinado, a pesar de que no está escrito explícitamente.
En cambio, escribe así el Baal HaRokeaj: “A pesar de que no hay Reinado en esta bendición” [de Eliezer] “es porque todavía Dios no dio a conocer Su Reinado”. Esto es lo que dice el Baal HaRokeaj. En la época de Abraham nuestro patriarca Dios no explicó en el mundo Su Reinado, entonces aquí no hay Reinado. Entonces afirma como Rav. Aunque sabe que la halajá es que es necesario Nombre y Reinado, de aquí aprendemos la característica de la bendición.
Hay aquí una enseñanza profunda respecto a la discusión de Rav y Rabi Iojanán. Da lugar a explicar que en la raíz la halajá sí es como Rav. O sea, en la raíz originaria antes era suficiente como aquí, el Nombre, bendecir el Nombre de Dios. Pero de momento que Dios da a conocer Su Reinado en el mundo y entrega la Torá, quiere que también nosotros, cada vez que recordemos Su Nombre, recordemos a la vez Su Reinado, no que es Rey, sino con Su Reinado que es “Rey del Universo”.
Entonces nos surgió algo muy bello aquí, que la índole de la bendición, de acuerdo al RoKeaj, comienza con Eliezer. En la clase anterior explicamos que cuando la persona dice una bendición tiene que tener la intención de acodar [una rama de la vid], “mabrij“, como si injertara a Dios. En Jasidut bendición, “brajá” es de “leabrij“, “acodar”, y también aquí lo dicen los sabios de bendita memoria, sobre el verso de la parashá “Ve por ti”, “Y se bendecirán [nibrejú] en ti todas las familias de las Tierra”, que injerta en nosotros las preciadas almas de Ruth y Naamá. Entonces también aquí, Eliezer mismo, por el mérito de que bendice y nos renueva la forma de bendecir, sale de la condición de maldito a la de bendito.
Hay otro ejemplo en Itró, también un guer tzedek, un converso justo, también dijo “Baruj Hashem”, bendito es Dios, antes de la entrega de la Torá. Está escrito que sin el “Baruj Hashem” de Itró la Torá no hubiera podido ser entregada al pueblo de Israel, y todo dependió del “Bendito es Dios”, y parecería que con esto también él mismo salió de la condición de maldito que tenía. No era exactamente Cnaán, “maldito Cnaán, pero era un sacerdote de toda la idolatría que hay en el mundo. Con su “Baruj Hashem” salió de la cáscara impura, de la impureza, e ingresó a lo sagrado.
Entonces he aquí que tenemos otra intención profunda e importante cuando digo una bendición. Cada día digo 100 bendiciones, y la intención que tengo que tener en cada una de ellas es sacar a Eliezer el siervo de Abraham de la condición de maldito e ingresarlo a la condición de bendito, “Ven, bendito de Dios”. Es decir, saber que el concepto de bendición lo aprendo de él. ¿En qué contexto lo aprendo de él? En este cuando va con mesirut nefesh, entregando su vida, a realizar el shiduj, conseguir la pareja de Itzjak, y lo que resulta de su esfuerzo es esta pareja, que ahora “se sorprende… queda boquiabierto” al ver la maravilla de Dios, y une en pareja a Itzjak y Rivká.
Entonces también en cada bendición que digo elevo a Eliezer, a la vez que produzco en cierta medida el enlace sagrado de Itzjak y Rivká.