Reparando a Javá
Nuestra parashá comienza con el verso que resume la vida de nuestra matriarca Sará:
La vida de Sará fue de ciento veinte años y siete años; los años de la vida de Sará.
וַיִּהְיוּ חַיֵּי שָׂרָה מֵאָה שָׁנָה וְעֶשְׂרִים שָׁנָה וְשֶׁבַע שָׁנִים שְׁנֵי חַיֵּי שָׂרָה
Según la Cabalá, la matriarca Sará fue la rectificación más importante de Javá, la primera mujer. Esta yuxtaposición de Javá y Sará se alude en el nombre, del nombre más común que se le da a nuestra parashá – Jaié que significa “la vida de” y alude a Javá, que es descrita como “la madre de toda vida” (ֵ אֵם כָּל חָי)), y Sará.
La conexión matemática entre Sará y Javá es que los valores de sus nombres son ambos números en la llamada serie de “números de Eva”. Formalmente, la serie Eva de números es la secuencia A028387 en la Enciclopedia en línea de secuencias de enteros. Los primeros 29 números de esta secuencia son:
1, 5, 11, 19, 29, 41, 55, 71, 89, 109, 131, 155, 181, 209, 239,
271, 305, 341, 379, 419, 461, 505, 551, 599, 649, 701, ..
El valor de “Sará” (שָׂרָה) es 505 y el valor de “Javá” (חַוָהּ) es 19, por lo que Javá es el cuarto número de la serie y Sará es el 22. No nombramos esta serie en honor a Eva solo porque el valor de Eva es uno de los números de la serie. Más bien, la figura geométrica con la que se pueden dibujar todos los números de esta serie está relacionada con la afirmación de los sabios de que la forma de una mujer es estrecha por encima y ancha por debajo. Además, los primeros cuatro números muestran un claro “desarrollo” del nombre Javá: la suma de los dos primeros números es 6, el valor de la letra vav (ו), el tercer número es 11, o vav-hei (וה ), y finalmente el cuarto número es 19, el valor de jet-vav-hei (חַוָהּ), o Javá. Javá, como dijimos, fue llamada “la madre de toda vida”. El valor de solo “madre” (אֵם) es 41, el sexto número de la serie. El valor de la frase completa, “madre de toda vida” (אֵם כָּל חָי) es 109, el décimo número de la serie.
Algunos fenómenos adicionales en la serie fuertemente asociados con lo femenino son:
• El séptimo número es 55, el valor de “novia” (כָּלָה).
• La suma de los primeros 7 números es 7 veces Jaiá (חַיָה), el nombre de Eva-Javá antes de ser seducida por la serpiente, llamada jiviá (חִוְיָָא) en arameo.
• La suma de los primeros 13 números es 13 veces Jaiá (חַיָה) multiplicado por 3.
• El número 16 de la serie es 271, el número de días en un embarazo completo, y también el valor de la palabra “embarazo” (הֵרָיוֹן), en hebreo.
• La suma de los primeros 20 números es 10 veces “mujer” (אִשָּׁה).
• La suma de los primeros 4 números es Leá (לֵאָה), la matriarca.
• La suma de los primeros 26 números es 13 por 502, donde 13 es el valor de “amor” (אַהֲבָה) y 502 es el valor de “Shejiná entre ellos”(שְׁכִינָה בֵּינֵיהֶם), la descripción esencial de la paz marital entre el esposo y esposa.
Sará rectifica a Javá
Sará y Javá comparten otro punto en común: ambos nombres tienen 3 letras. Cuando dos palabras tienen el mismo número de letras, podemos desarrollar un cálculo del tipo de “producto escalar” en sus letras, multiplicando las letras entre sí y sumando los productos. En este caso, vamos a multiplicar las letras en orden inverso, es decir, la primera letra de Sará con la letra final de Javá, las letras intermedias entre sí y la letra final de Sará con la primera letra de Javá. Espiritualmente, podemos describir esto como el alma de Sará que abandona su cuerpo – el primer tema de nuestra parashá – y, por lo tanto, se conecta aún más con la realidad, como es el caso de los justos; en su presencia e impacto intensificados sobre la realidad, Sará es capaz de elevar el alma de Javá que ha descendido como resultado de su pecado. Por tanto, el orden de las letras refleja el descenso de Sará por así decirlo y el ascenso de Javá.
El cálculo es así:
La suma de los tres productos es 2740, o 10 veces 274, donde 274 es el doble de 137, un número muy importante en muchos aspectos, pero en el contexto de Sará es el valor de la palabra “su voz” (ְּבְּקֹלָהּ) en la instrucción fundamental que Dios le dio a Abraham: “Todo lo que Sará te diga, escucha su voz” (כֹּל אֲשֶׁר תֹּאמַר אֵלֶיךָ שָׂרָה שְׁמַע בְּקֹלָהּ) también era la edad de Abraham en el momento de la Akeidá, la atadura de Itzjak.
De hecho, se alude matemáticamente a Javá al comienzo de nuestra parashá. Las primeras tres palabras, “La vida de Sará fue” (וַיִּהְיוּ חַיֵּי שָׂרָה) igual a 570, que es 30 veces 19, el valor de “Javá” (חַוָּה). Las últimas tres palabras del versículo inicial de la parashá, “los años de la vida de Sará” (שְׁנֵי חַיֵּי שָׂרָה) es igual a a 893, que es 47 veces 19. La diferencia entre las tres palabras iniciales y las tres palabras finales del primer versículo es en solo dos de las palabras, “fue” (וַיִּהְיוּ) y “años” (שְׁנֵי) y la diferencia entre sus valores es en sí misma un múltiplo de 19, específicamente 17 por 19. 30 y 47 aluden a la palabra “mazal” (מַזָל), cuyas dos primeras letras (מז) equivalen a 47 y la letra final (ל) es igual a 30; así, el primer verso alude al mazal de Sará o la raíz de su alma. Javá manchó su mazal – la raíz de su alma – al comer del Árbol del Conocimiento antes de que llegara el momento, pero gracias a Sará, nuestra matriarca, su mazal se elevó en santidad.
Los buenos años
Sará tenía 90 años cuando dio a luz a Itzjak. Dado que vivió 127 años, se deduce que disfrutó de 37 buenos años como madre. Estos 37 años no se mencionan explícitamente en la Torá, pero ciertamente se alude a ellos, ya que la primera palabra de la parashá Jaié Sará, “fue [lit., fueron]” (וַיִּהְיוּ) ¡es igual a 37!
Además, Sará se menciona exactamente 37 veces en el Pentateuco. De estas, 28 veces, su nombre se menciona claramente y otras 9 veces con una letra-prefijo.
Los valores ordinales de las palabras, “La vida de Sará fue” ((וַיִּהְיוּ חַיֵּי שָׂרָה) son 37, 28, 46, y su suma ordinal es por lo tanto 111, que es 3 veces 37.
Cuando el alma de Sará partió de su cuerpo y ascendió, descendió el alma de Rivká, la esposa destinada a Itzjak. Rivká era similar a Sará en muchos aspectos y continuó con su forma de vida. Dio a luz a sus hijos gemelos a la edad de 23 años, por lo que disfrutó de 100 buenos años de maternidad. La suma de los buenos años de Sará y Rivká es 137, nuevamente el valor de “su voz”.
Valores posicionales de Sará
Jaié Sará es la quinta parashá de la Torá. En el primer episodio de la parashá, la muerte de Sará y su entierro en la Cueva de la Majpelá, el nombre de Sará aparece cinco veces. Está en las posiciones 3, 12, 14, 24 y 252 desde el comienzo de la parashá. La suma de los 5 valores posicionales es 305, que es el número decimoséptimo de Eva, así como 5 veces 61, el valor de “Yo” (אֲנִי) y de “nada” (אַיִן). En un hermoso ejemplo de autorreferencia, la 61ª palabra en la parashá es “en la elección” (בְּמִבְחַר, bemibjar) cuyo valor es 252, ¡el valor posicional de la quinta aparición de Sará!
Las cinco apariciones de Sará que estamos describiendo están escritas, שָׂרָה שָׂרָה שָׂרָה לְשָׂרָה שָׂרָה, y su suma es 2555, también un múltiplo de 5, lo que significa que el valor promedio de estas cinco apariciones es 511, que es 7 veces “sabiduría” (חָכְמָה), o 73, en alusión al verso seminal de Proverbios, “La sabiduría de la mujer edifica su casa” (חַכְמוֹת נָשִׁים בָּנְתָה בֵיתָהּ). 511 es también el valor de otra mujer sabia, Osnat (אָסְנַת), que fue la esposa de Iosef, como se analiza en detalle en otra parte en referencia a las siete categorías de sabiduría en el mundo antiguo.
Las series de la vida de Sará
Los sabios y los comentarios han discutido mucho sobre la forma única en que se presenta la extensión de la vida Sará de 127 años en el verso inicial de nuestra parashá. Matemáticamente, se puede tomar como una invitación a desarrollar una serie utilizando el método de diferencias finitas. Desarrollaremos la serie en 13 lugares alrededor del primer número, 7 de la siguiente manera. Empezamos encontrando la base de la serie.
7 20 100
13 80
67
La base, 67, es el valor de “entendimiento”, biná, (בִּינָה), conocido como el principio madre (אּמָּא) en la Cabalá y aludiendo a, “la madre de toda vida” (אֵם כָּל חָי), como antes se indicó y a Sará estando referido como a “nuestra matriarca”, imenu, (אִמֵּנווּ).
Resulta, que cuando extendemos la serie hacia atrás, antes del 7, encontramos que todos los números siguen siendo positivos. Esto se debe a que se trata de una serie cuadrática que adopta la forma de una parábola. En este caso, el mínimo de la parábola se encuentra por encima del eje x, por lo que todos los números son positivos. Este hecho también puede servir para ilustrar la noción de que todos los años de Sará fueron igualmente beneficiosos. Extendiendo la serie hacia atrás y hacia adelante, seis números en cada dirección, obtenemos:
1336 947 625 370 182 61 7 20 100 247 461 742 1090
-389 -322 -255 -188 -121 -54 13 80 147 214 281 255
67 67 67 67 67 67 67 67 67 67 67
Los sabios aprendieron del versículo, “Y Dios construyó del costado que Él había tomado de Adam,” que la mujer tiene una medida adicional de entendimiento por encima y más allá de lo que le fue dado al hombre. La comprensión se describe muchas veces como la capacidad de diferenciar adecuadamente. La mayor comprensión de Sará se demostró cuando exigió que Abraham desterrara a Hagar e Ismael y con su capacidad predice correctamente que, “el hijo de esta sirvienta no heredará junto con mi hijo, junto con Itzjak.”
Siempre que encontramos números en una serie, los estudiamos para determinar su significado. Como se mencionó en la introducción de este volumen, uno de los propósitos principales de la dimensión cuantitativa de la Torá es servir como un tipo de taquigrafía que rápidamente hace referencia a una enseñanza completa que tomaría mucho tiempo explicar completamente. Al señalar algunos de estos significados, nos tomaremos la libertad de no explicar completamente todas sus connotaciones.
La suma de la base, 67, junto con los tres números de los que derivamos la serie, 7, 20 y 100, es 194, el valor de “Justicia” (צֶדֶק), uno de los sinónimos de la sefirá de reino , o dominio, que vimos anteriormente es el significado del nombre de Sará. 194 es el doble del valor de Meheitavel (מְהֵיטַבְאֵל), la esposa de Hadad, el rey que simboliza el inicio del mundo de la rectificación.
Los números a la izquierda de 7 comienzan con 61, que es el valor promedio de los valores posicionales de Sará, como vimos anteriormente. 182 es el valor de “Iaacob” (יַעֲקֹב). 370 alude a las 370 luces del rostro. El siguiente número 625 es 25 al cuadrado. La suma de estos 7 números (100, 20, 7, 61, 182, 370 y 625) es 1365, o 7 veces 13 por 15. Los factores primos de 1365 son, 3, 5, 7 y 13. El primero tres —3, 5 y 7— son una referencia directa a los versículos que componen la Bendición Sacerdotal, que tienen 3, 5 y 7 palabras, respectivamente, mientras que 13 es el valor de “amor”, el sentimiento con el que los sacerdotes están ordenados a bendecir al pueblo siguiendo a su progenitor Aharon, quien era conocido como “el que ama a las creaciones de Dios”.
La suma de los 5 números alrededor de 7 (100, 20, 7, 61 y 182) es 370, el valor del siguiente número a la izquierda.
La suma de los 13 números que hemos escrito es 6188, o el valor de Havaiá (י-הוה) , 26 veces “Rajel” (רָחֵל), así como 34 veces “Iaacob” (יַעֲקֹב).
Los números 20 y 67 aparecen uno encima del otro en la forma en que construimos la serie. El primer párrafo (parshiá) de nuestra parashá tiene 20 versículos, el segundo, que relata el shiduj hecho entre Itzjak y Rivká, tiene 67.
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