Las letras construyen y dan vida a la realidad tal como las “letras” codificadas en el ADN construyen y definen las características del cuerpo vivo. En particular las veintidós letras del alfabeto hebreo están reflejadas en el número de cromosomas de la célula humana. Los veintidós cromosomas masculinos junto con los veintidós femeninos definen cuarenta y cuatro grupos de genes de la descendencia, el secreto de las letras ד מ (dalet mem = 44, que significa “sangre”) del nombre Adam, (אדם ) “hombre”.
Los 2 cromosomas sexuales adicionales del padre y la madre se combinan para definir una característica de la descendencia, su sexo, el secreto de la letra alef א(= 1) de אדם , representada en Cabalá por la unión de las aguas superiores (masculinas) e inferiores (femeninas) en el secreto “luz, agua y firmamento” discutido arriba, y como vamos a explicar en la discusión de la letra alef.1
Adam, el primer hombre, le fue concedida una sabiduría especial para reconocer y llamar a cada ser por su propio nombre, como está escrito “y de la tierra, Dios formó cada animal del campo y cada ave de los cielos, y los entregó a Adam para ver qué nombre les daría, y así como Adam llamó a cada criatura ese es su nombre”. Además de Adam, ninguna otra conciencia creada, incluso la de los ángeles celestiales, posee la habilidad de otorgar un nombre. Nuestros sabios enseñan que después que Adam le dio nombre a todas las criaturas, Dios le pidió que lo llame también a El por un Nombre. Inmediatamente Adam reconoció el Nombre Havaiá (י-הוה ) como el Nombre apropiado para Dios.
“Así como la Torá fue entregada escrita en la Lengua Sagrada, también el mundo fue creado con la Lengua Sagrada.”2 El nombre hebreo de cada ser es el poder Divino (o específicamente, la permutación de fuerzas divinas individuales, que son las letras del nombre) responsable y activo en su recreación continua “algo a partir de la nada”, como está explicado en el libro de Tania. En particular, el nombre hebreo de cada criatura es el canal a través del cual desciende la fuerza vital y la conciencia desde la raíz espiritual del alma de la criatura que está en lo alto, a su cuerpo físico aquí abajo. En cuanto a Dios, Su Nombre es el poder -inherente en El y entregado a nosotros- para que Lo revelemos aquí abajo.
Más en profundidad, el nombre de la persona contiene el secreto de nuestra misión sobre la tierra. Las últimas dos palabras de la frase “y como Adam llamó a cada criatura viviente, ese fue su nombre”, en hebreo es הוא שמו , hu shemó, literalmente “él es su nombre”, que numéricamente equivale al nombre Mashíaj (משיח =358). Cada criatura viviente posee una chispa del Mashíaj, una chispa en la que fue depositada el poder para cumplir su misión, traer redención a su “porción” sobre la tierra. En el alma judía esta chispa está activa, y en el alma de cada una de los otros seres vivientes la chispa es pasiva, aguardando la “fertilización de un alma judía”.
Adam, cuando otorgó los nombres, todavía no había pecado, y en ese momento era el judío prototípico “potencial”. Si hubiera resistido la tentación del pecado, hubiera podido concretar totalmente su potencial, para sí mismo y para todas las generaciones futuras. Su nombre Adam אדם , son las iniciales del Adam-David-Mashíaj, como fue enseñado por el Arizal. Solo él fue capaz de reconocer la chispa individual de sí mismo, por así decirlo, la chispa del Mashíaj latente en cada ser viviente. Este es el secreto al que se refieren nuestros sabios, al decir que en el acto de otorgar los nombres, Adam en realidad se “apareó” (como dice la Torá: “conoció”) con cada criatura viviente.
Betzalel, el artesano del tabernáculo, que era la “casa” de Dios durante nuestra travesía en el desierto, “sabía cómo permutar las letras con las cuales fueron creados los cielos y la tierra”. Su nombre Betzalel, (בצאלאל ) significa “a la sombra de Dios”. Siendo que a la sombra de alguien, significa seguir su sendero, en el sentido de imitarlo, así Betzalel por medio del conocimiento del poder de las letras y sus permutaciones, emuló a Dios en el acto de la Creación, cuyo propósito último es que toda la creación se convierta en una “casa” para Dios (como explicaremos en el secreto de la letra ב , bet).
Así mismo, uno de los significados del nombre Adam (אדם ) es “seré semejante”, como en el verso אדמה לעליון , “Semejante al Uno en lo Alto”. Esta frase equivale numéricamente a צלם אלקים , tzelem Elokim, “Imagen de Dios”, con la cual fue creado Adam. Esta “semejanza” a Dios, similar a la de Betzalel, se refiere a su habilidad de “conocer” la realidad por su nombre, como si fuera a través de los ojos de Dios, el Creador. Esto es para poder hacer descender (por medio del nombre de cada criatura) dentro de la experiencia de la creación, la conciencia de la omnipresencia de Dios, cuyas letras, palabras y Nombres creativos “nunca lo abandonan”, como se enseña en Jasidut.
Estas dos grandes almas, Adam y Betzalel, cuyas sabidurías y conocimientos estaban enfocadas en torno a las letras, sus permutaciones y los nombres, están relacionadas muy estrechamente. Numéricamente, Adam אדם = 45, que es el triángulo de 9 (es decir la suma de todos los números del 1 al 9). 9 es el valor numérico de la letra ט . Betzalel, בצאלאל = 153, el triángulo de 17. 17 es la guematria de טוב , “bueno” (como explicaremos en el secreto de la letra ט , tet). 9 es también el “punto medio” de 17. Juntos ט y טוב = 26, el valor del Nombre Havaiá. 45 ┴153 = 198 = 22 x 9, que es el producto de las veintidós letras del alfabeto hebreo y las nueve vocales hebreas,3 (ordenadas unas en relación a las otras como cuerpo en relación al alma, ya que las vocales son las que impulsan a las letras, y les insuflan vitalidad) como se enseña en Cabalá. El valor “ordinal” de Betzalel בצאלאל , es 45, justamente el mismo valor de la guematria simple de Adam, אדם .
En su tarea de artesano, Betzalel estaba involucrado en principio con la energía-materia física. Esto está a nivel general de Mundos, como se discutirá más adelante. Sin embargo el propósito consciente de la construcción del tabernáculo era como instruye la Tora: “y Me harán un Santuario y moraré dentro de ellos”. De esta manera, la “creación” de Betzalel sirvió desde un principio para revelar la Luz Divina en el mundo, el nivel general de Divinidad, como se explicará. (y por eso interpretaron los sabios su nombre como: בצל א-ל, betzel E-l, “A la sombra de Dios”.) Esta fue la “idea” que incorporó en cada una de sus obras de arte. Por esta razón el Templo construido por las manos de los tzadikim, es considerado en relación, como una “creación” mucho más grande que los cielos y la tierra creados por la mano de Dios.
Adam, en general, incorporó la completa experiencia de vida dentro de “cada criatura viviente” al llamarla por su nombre. La vida se relaciona con el nivel de Almas, como se explicara. En particular la vida de “cada criatura viviente” (incluyendo las almas de los no judíos) esta a nivel de “Almas en los Mundos”. El alma de Israel, sin embargo, que comenzó a aparecer en la propia alma de Adam antes del pecado, pero que fue primero integrada plenamente por Abraham, el primer judío, es el verdadero (estado de vida y) nivel de Almas.
Nivel | Expresión | Alma |
Divinidad | Intención en la construcción del Tabernáculo | Betzalel |
Almas per se Almas- Almas en Mundos | -Almas de Israel Llamar a la Creación por su nombre. La vida de cada criatura viviente | (Abraham) Adam |
Mundos | construcción del Tabernáculo | Betzalel |
NOTAS
1 Introducción y discusión de la forma de la letra alef.
2 Bereshit Raba 18:4. Este asunto lo aprendieron los sabios de bendita memoria del “juego de palabras” en el verso: “por eso la llamó אשה , ishá, ‘mujer’ porque fue tomada del איש , ish, ‘hombre’”. [Génesis 2:23]. De aquí se aprende que el tema del lenguaje en general pertenece en especial a la mujer, a ella le pertenece el poder del habla y la expresión (Ver Likutei Moharán 19, “porque diferentes lenguas aludieron a diferentes mujeres).
3 Nueve formas de nikud, “vocalización” diferentes entre sí (de acuerdo al orden de las sefirot, desde Corona hasta fundamento): kamatz ָ , pataj ַ , tzeire ֵ , segol ֶ , shevá ְ , jolom ֹ , jiriq ִ , kubutz ֻ , shuruk וּ . Como el nombre de las 9 vocales-puntos correspondientes a las nueve sefirot, así también los 9 valores en “número pequeño” de las 22 letras del alef-bet.